Calzado vs confección: cara y cruz del empleo en moda desde el inicio de la crisis
La industria de la moda sigue sin recuperar su plantilla precrisis. Desde que comenzó la recesión en 2008, el sector ha destruido casi 34.000 puestos de trabajo, un 19,2% de su fuerza laboral. Los avances registrados en 2014 y 2015, los primeros de la recuperación, han perdido impulso, hasta situarse en sólo el 0,2% el año pasado. Sin embargo, la evolución ha sido desigual sector a sector. El calzado es el único que ha logrado salvar los muebles y volver a niveles de 2008, mientras que el textil y la confección se han dejado a casi 40.000 trabajadores por el camino.
El calzado cerró 2018 con 45.231 afiliados a la Seguridad Social, un 0,3% menos que el año anterior. El sector encadena tres años con tímidas reducciones de empleo, pero su aguante en años duros como 2010, 2012 o 2013 ha permitido al sector sumar 7.215 trabajadores en la última década, un 19% más.
Esta industria fue ya la menos afectada por la crisis: aunque en 2008 y 2009 la caída de su fuerza laboral estuvo en línea con la del textil y la confección, pronto recuperó el empuje y logró salvar cada año hasta 2015 con crecimientos, salvo un moderado traspié en 2012.
En cambio, la evolución del textil y la confección ha sido la opuesta. Esta última, que se mantiene como el primer empleador en el sector, ha pasado de sumar 70.127 trabajadores en 2008 a emplear a 49.102 personas diez años después. El saldo deja 21.025 empleados menos, lo que lo sitúa como el subsector que más empleo ha destruido en la última década.
Su golpe, sin embargo, llegó ya antes de la crisis, cuando el fin del Acuerdo Multifibras y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) trasladaron gran parte de la producción a Asia. Entre 2005 y 2008, el sector perdió más de 21.000 trabajadores.
La crisis fue una nueva embestida para el empleo en la confección, que llegó a encoger hasta un 13,5% su plantilla en 2008. A partir de 2014, el sector volvió a crear empleo, aunque con subidas moderadas, pero el año pasado puso fin a una racha de cuatro años al alza con una caída del 0,9%, la primera desde la crisis.
El textil, por su parte, es el que más empleo ha recuperado desde el fin de la recesión, sumando 5.871 nuevos empleos (frente a los sólo 1.569 que incorporó la confección y los 5.096 del calzado).
Es también la única industria de la moda que continuó aumentando su plantilla en 2018, con un alza del 1,9%, hasta 47.207 afiliados. Con todo, sus niveles siguen muy lejos de los de antes de la crisis.
En la última década, el textil ha destruido 19.845 puestos de trabajo, tras registrar caída de hasta el 30% en 2009. De hecho, fue el sector que más empleo destruyó entre 2007 y 2013, el último de la crisis, eliminando 35.968 empleos, frente a los 33.562 que perdió la confección y los apenas 3.911 que se destruyeron en el calzado.
¿El motivo? El calzado ha logrado encontrar su hueco tras el traslado de la producción a países asiáticos y con menores costes productivos, con hubs como Elche (Alicante) como punta de lanza.
El comercio exterior ha sido crucial para que la industria española del calzado aguantara el envite de la recesión. De hecho, es el único sector de la moda que mantiene superávit exterior. Además, pese a que en los últimos años se ha apostado por un producto de mayor valor añadido, el calzado español continúa siendo muy competitivo en precio.
En 2017, el precio medio de exportación del calzado español fue de 16,43 euros por par, por debajo de los 18,5 euros de la media europea y muy lejos de los 41,96 euros a los que se venden los zapatos italianos, los más caros de Europa.