Sostenibilidad: Cómo la sostenibilidad cambiará la industria de gestión de activos
La industria está en un momento de cambio a la hora de implementar y distribuir estrategias de inversión socialmente responsable a través de fondos de inversión. Una oferta sobre todo impulsada por las instituciones extranjeras, con más experiencia en materia de inversión sostenible, que viene a cubrir una demanda creciente por parte del inversor español. Una implementación, dice el sector, en la que todavía queda por hacer.
Han participado (izda a dcha y de delante a atrás): Inés del Molino (Schroders) Silvia Morcillo (Ei), Ana Fernández Sánchez de la Morena (AFS Finance EAFI), Iván Diez (Groupama), Francisco Ibañez (Ética Patrimonios EAFI), Javier Garayoa (Spainsif), Carlos Garay (Sabadell Urquijo Gestión), Luis Martín (BMO Global AM) e Ignacio Perea (Tressis)
Se entiende por inversión sostenible y responsable (ISR) aquella filosofía de inversión que, desde una aproximación de largo plazo, integra criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en el proceso de estudio, análisis y selección de valores de una cartera de inversion. Una definición, consensuada por los distintos Foros de Inversión Sostenible Europeos y recogida por Spainsif que sirve de punto de partida a la hora de entender que la inversión sostenible es un concepto amplio que engloba distintas formas de inversión.
Un tema que, aunque cuenta con potencial de crecimiento, en España contabiliza 30.000 millones de activos bajo gestión, con una tasa de crecimiento del 32% en los dos últimos años, cifra superior a la del total del mercado de fondos de inversión que creció, en el mismo período, un 20%. Datos que muestran que la industria (sobre todo aquella que está adoptando criterios ASG en el método de selección de compañías) se encuentra en un punto de inflexión. Luis Martín, director en España de BMO Global AM reconoce que “en la industria española cada vez hay una gama de productos mayor, hay un movimiento claro hacia la temática de ISR aunque el volumen de activos es bajo comparado con otros países, sobre todo los nórdicos”. De hecho, en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU, el país con un grado de cumplimiento más elevado es Suecia mientras que España se encuentra en el primer cuartil (posición 30 de 149 analizados) pero lejos de los países más destacados.
Javier Garayoa, director de Spainsif asegura que “la industria va más rápido que el marco regulatorio. Ahora mismo hay aportaciones, el desarrollo de la taxonomía (sistema unificado de clasificación de la UE) ya está aprobado, está en ebullición y quienes están en el mercado operando no pueden ser ajenos”. Esta propuesta establece criterios armonizados para determinar si una actividad económica es ambientalmente sostenible. Un sistema que puede servir como base para el establecimiento futuro de normas y etiquetas para productos financieros sostenibles. Ese es el primer reto que tiene la industria pues a día de hoy no hay criterios estandarizados ni homogéneos. Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis asegura que en el mundo de la sostenibilidad el universo es enorme, con estrategias distintas “y es responsabilidad de cada casa hacer una reflexión sobre qué criterios utilizar (inversion temática, best in class, exclusión, integración…). Yo siempre me fijo en los grandes fondos de pensiones que tienen la sostenibilidad en vena y han tenido su propia evolución”. Este experto asegura que todas las acciones del Ibex tienen informe de sostenibilidad porque el fondo soberano noruego tiene 12.000 millones metidos en la bolsa española con lo que “si tus accionistas te piden que vayas por un camino, te irán guiando hacia ahí”.
Rentabilidad: objetivo de la sostenibilidad
Iván Díez, responsable de Groupama AM cree que el punto de partida de cualquier inversión es generar rentabilidad, el de la ISR también. “La diferencia es cómo se toman esas decisiones de inversión para generar dicho rendimiento”. Este experto cree que es importante hacer hincapié en que aquellas compañías que integren criterios extrafinancieros en sus estrategias serán más sostenibles y rentables a largo plazo, sobre todo porque permitirá conocer mejor los riesgos y oportunidades. De hecho, si uno echa la vista atrás se puede ver que el origen de todas las crisis ha estado en la falta o no aplicación de las buenas prácticas en las compañías o gobiernos (2001 caso Enron, 2007 crisis subprime, 2012 crisis europea de los estados…).
Pero ¿realmente son más rentables las estrategias que adoptan criterios ASG? Ana Fernández Sánchez de la Morena, socia directora de AFS Finance EAFIrecuerda un estudio que hizo Deutsche Bank con la Universidad de Hamburgo en el que estudiaron el impacto que tuvo en los resultados financieros adoptar criterios ASG desde 1970 hasta 2014 “y el 62,6% de los resultados financieros fueron positivos para la empresa y sólo el 10% tuvo incidencia negativa”. El experto de BMO reconoce que “en renta fija, el número de downgrades de compañías que tienen puntuación alta en ISR es más bajo que el número de compañías con puntuación más baja que tiene rebajas de rating”. Al final la inversión es rentabilidad – riesgo, es importante controlar la volatilidad pues esto se traduce en que a largo plazo la estrategia funcionará mejor.
Los expertos tienen claro que la implementación de la sostenibilidad es algo que afectará transversalmente al sector. “No es sólo que como gestor las compañías que compres tengan que ser sostenibles sino que nuestras propias gestoras tiene que tener políticas internas e incluso con sus propios empleados, que tengan sentido con respecto a los productos que fabrica”, asegura Francisco Ibañez, director de Ética Patrimonios EAFI. Esa es la siguiente ola que llegará: una gestora no sólo será responsable porque tiene X fondos ISR sino porque tiene una política social en la compañía muy potente y, si eso no ocurre, el mercado lo sabe y pierdes una cualidad que es imprescindible en el sector, la reputación. Este experto cree que si el sector cambia es porque a largo plazo se ha demostrado que es más sostenible, sobre todo porque el inversor institucional está haciendo que la industria cambie. El fondo de Noruega, que es una economía basada en el petróleo, cuando quiere invertir en Repsol lo primero que le pide es el informe sostenible. “Eso es lo que cambia realmente, la demanda”, asegura el experto de Ética Patrimonios EAFI. Sin embargo, aunque el institucional sí está cambiando el sector “el porcentaje de retail que demanda estas estrategias aunque está creciendo es ridículo”.
Y es la demanda precisamente lo que creen que desde el sector hay que generar para cubrir una oferta que, aunque baja, es creciente. Carlos Garay, responsable ISR de Sabadell Urquijo Gestión cree que “la presión del inversor es clave. Si haces una cartera IRS óptima actualmente solo hay dos fondos de renta variable americana ISR y uno no está registrado, todos vamos en la misma dirección pero hay que aunar esfuerzos para enfocar estas ideas y sobre todo que lleguen a cliente final”. Algo que se conseguirá, como todo, con formación e información de todos y cada uno de los actores implicados en el proceso de inversión.
La generación millenial, el gran reto
Porque los expertos tienen claro que esto no es una moda, es un tema que ha venido para quedarse. Más con las demandas de las generaciones que vienen. Inés del Molino, responsable de ventas de Schroders alude a la encuesta que elabora anualmente la gestora entre más de 20.000 inversores a nivel mundial para determinar la importancia que ha ganado este tipo de inversión en el último año para el 78% de los inversores mientras que solo el 22% afirmaba que pierde rentabilidad con esta estrategia. Un dato que compara con el de la Universidad de Oxford que recogía que en 2015 “los mejores precios en bolsa los generaron mejores comportamientos gubernamentales dentro de las compañías. Tanto inversores como gestoras son más conscientes de que tienen que implementar estas estrategias”.
Si se analiza por edades, el grupo de los millenial son los que tienen un concepto más claro de que sí o sí tienen que entrar en productos que cumplan unos requisitos mínimos a la hora de invertir. “Los millenial, que serán nuestros inversores del futuro, cada vez demandan más productos que cumplan criterios de sostenibilidad y esa será la pregunta obligada en el momento de contratación de un fondo”, asegura esta experta.