Yerse avanza en el extranjero: acelera en Italia de la mano de Coin

Yerse gana posiciones en el exterior. La compañía catalana de moda sella un acuerdo con el grupo italiano de grandes almacenes Coin para acelerar su expansión en Italia. Por el momento, la firma inicia su expansión con Coin en sus complejos de Milán y Rímini.

La empresa cuenta ya con trayectoria en el mercado italiano, en el que ha avanzado hasta ahora a través del canal multimarca. En la actualidad, Yerse tiene presencia en alrededor de 130 establecimientos multimarca del país. Se trata del tercer mayor mercado de la marca.

La compañía, propiedad de la familia Generó, también selló hace unos meses un acuerdo con el grupo francés de grandes almacenes Galeries Lafayette para acelerar en Francia. En España, Yerse también ha continuado su expansión con la puesta en marcha a principios de año de una nueva tienda en Barcelona, en la calle Santaló.

Especializada en moda femenina en un segmento medio-alto, Yerse echó a andar en 1964 en la localidad de Sabadell. Con una facturación de en torno a doce millones de euros, la marca opera en los mercado europeo, estadounidense, asiático y australiano.

Foot Locker invierte tres millones de dólares en el ecommerce deportivo Ntwrk

Foot Locker sigue invirtiendo en compañías de distintos ámbitos del deporte. La cadena de distribución deportiva ha inyectado tres millones de dólares en el ecommerce deportivo Ntwrk, una start-up estadounidense de mida urbana ligada al deporte. En total, han levantado diez millones de dólares (9,1 millones de euros).

Netwrk, cuya sede está en Los Ángeles (California), fue fundada por el actual consejero delegado, Aaron Levant, quien previamente había trabajado como vicepresidente senior de Reed Exhibitions. Allí desarrolló The Agenda Show, una feria de intercambio de ropa deportiva urbana que creció hasta convertirse en la ComplexCon, una convención que aúna todos los aspectos que rodean a la cultura de la moda deportiva.

“La innovación y la capacidad de engage de Netwrk como plataforma de contenidos es pionera en la forma en la que las marcas cuentan sus historias y en la que compran las nuevas generaciones”, ha afirmado Richard Johnson, consejero delegado de Foot Locker.

Actualmente, la compañía se encuentra en pleno proceso de transformación de sus tiendas, a las que quiere convertir en focos culturales antes de 2023, integrando una amplia oferta de actividades que refuercen la experiencia de compra. Foot Locker cerró los primeros seis meses de 2019 con una facturación de 2.852 millones de dólares (2.572 millones de euros), un 1,1% más, pero recortó su beneficio un 8,3%, hasta 232 millones de dólares (209,2 millones de euros). 

El comercio remonta en julio con una subida del 5%

El comercio recupera vigor en julio. El Índice de Cifra de Negocios Empresarial (Icne) del sector ha cerrado julio con un incremento del 5% en relación al mismo mes del año anterior. Con esta subida, las ventas del sector retoman impulso después de elevarse sólo un 0,7% en junio, marcando el ascenso más débil desde julio de 2016.

El indicador de la facturación del comercio al por mayor y menor (incluyendo la reparación de vehículos de motor y motocicletas) bajó ya una marcha en mayo, cuando registró un alza del 3,9%, por debajo del pico marcado en abril, cuando se disparó un 6,2%, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La curva del comercio está en línea con la que traza el Icne general, que avanzó en julio un 4,6%, después de marcar una evolución plana en junio. En el séptimo mes del año, todas las categorías que componen este indicador se mantuvieron en positivo.

En concreto, la actividad más alcista volvió a ser la de servicios no financieros de mercado, con un avance del 5,6% en julio. Más débil fueron las subidas de la industria extractiva y manufacturera, con un incremento del 2,9%, y del suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos, del 3,4%.

En el caso del comercio, el sector defiende mes tras mes una clara tendencia alcista, encadenando ya más de setenta meses de ascensos. En lo que va de año, esta actividad comenzó registrando subidas del 4,8% en enero y del 4% en febrero.

La moda, ante el fin de una era: unión, sostenibilidad y formación, la receta de las patronales

Una tormenta perfecta ha cogido a las compañías de moda con el pie cambiado. Con el sector en transformación, el consumo de ropa en descenso y la amenaza de una recesión en el horizonte, la industria y la distribución se enfrentan a un cambio de dimensiones titánicas con poco pulmón. En este contexto, las patronales y asociaciones de la moda en España reivindican la necesidad de crear “un relato” común para poner en valor el sector tanto de cara a los consumidores como a las instituciones.

Representantes de las mayores organizaciones del sector en España se dieron cita ayer en Madrid en el marco de la última edición de 10 Years, 10 Topics, un ciclo de encuentros organizado mensualmente con motivo del décimo aniversario de Modaes.es.

En esta ocasión, el encuentro coincidió con la presentación de la última edición de Informe económico de la moda en España, elaborado por Modaes.es junto con el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc) y con el apoyo de Moddo.

El informe revela que el peso de la moda sobre el conjunto del Producto Interior Bruto (PIB) de España se redujo una décima en el último año, hasta representar el 2,8% del total, aunque continúa estando por encima del aporte del sector primario.

Los participantes en el encuentro coincidieron en que, aunque los datos no pueden aislarse del contexto global de desaceleración, el negocio de la moda se encuentra ante un problema estructural mucho más desafiante.

“Lo que nos viene es un terremoto de igual o similar magnitud al que supuso la entrada de China en la OMC en 2005”, sentenció Manuel Díaz, vicepresidente del Consejo Intertextil Español (CIE). “Se disfrazará de crisis coyuntural, pero si miramos los cimientos, sólo hay arena porque estamos ante un cambio de modelo definitivo”, opinó. 

El mensaje fue suscrito por gran parte de los participantes, que hicieron hincapié en el papel que tendrá la sostenibilidad en el nuevo modelo de la moda y en la necesidad de mostrar un frente unido.

“El Fashion Pact nos va a caer a todos”, resumió Joan Canals, presidente de la Agrupación Española del Género de Punto (Aegp). “Vamos a pasar de un escenario en que lo que prima es la producción por la producción, el low cost, a otro donde seguramente no se van a hacer tantas prendas, pero serán mejores, con más durabilidad”, opinó el empresario.

Una de las barreras para afrontar esta transformación es, según los empresarios, el tamaño. “El gran problema es el tamaño”, sostuvo David García, secretario general del clúster catalán de la moda Modacc. “Estamos ante un cambio de modelo, pero la mayoría de empresas son familiares y no están dispuestas a acelerar esta transformación”, coincidió Javier Oñate, director general del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (Ctcr).

La tiranía del precio fue otro de los asuntos recurrentes en la mesa. En este aspecto, Josep Moré, presidente de Texfor, recordó que en el último año han subido los precios del personal, de la energía, de los tintes y de los productos químicos. “Estamos trabajando con márgenes irrisorios”, opinó. “Si desde las empresas de distribución se mirara un poco más aquí, la industria respiraría”, afirmó.

El problema se extiende también a las empresas de distribución. Eduardo Zamácola, al frente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), apuntó que “el gran problema es la rentabilidad: cómo hacemos que nuestros negocios sobrevivan”. “Tenemos que apostar por crear marca y, aunque la sosteniblidad está en boca de todos, todavía son pocos los consumidores que lo valoran: la gente sigue buscando el chollo”, opinó.

En la misma línea, José Monzonis, presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), recordó que el sector se enfrenta a este escenario con los márgenes a la baja. “La absoluta imposición del precio en Europa nos hace recurrir a otros mercados no europeos, y eso supone también más costes; la única opción para seguir avanzando es ganar tamaño”, opinó.

Ahí entra también el rol de las patronales: unir fuerzas para compensar el hándicap del tamaño. “La competitividad del sector tiene que ver con tener una estrategia global como empresa, pero las pymes no tienen tanta capacidad; para eso estamos las asociaciones, para hacer tejido entre las pequeñas empresas”, apostilló.

Un relato común

Sin embargo, no sólo el tejido empresarial de la moda está atomizado: también lo está el asociativo. En este sentido, los asistentes al encuentro apostaron por una necesidad de una mayor unidad entre las patronales y una mayor implicación por parte de la administración.

“Debemos elaborar un relato común para que el mensaje de los operadores sea uniforme; con la apuesta por la sostenibilidad, seguramente tendrán que subir los precios, y esto hay que explicarlo”, sostuvo Félix Bellido, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Marroquinería (Asefma). “Va a ser determinante, muchas empresas tendrán que cerrar”, aseguró.

Manuel Díaz también insistió en la necesidad de ejercer como lobby ante las administraciones, aunque otros participantes opinaron que también el Gobierno debe mover ficha. “Yo le pediría que se implique en la problemática del sector”, opinó Canals. “En otros países hay un cierto tutelaje, aquí se nos reúne cada seis meses sólo para hablar de los Premios Nacionales de la Moda, la Administración pasa de nosotros todo lo que puede”.

Marta Castells, por su parte, apostilló que sí se trabajó de manera conjunta para elaborar la Agenda de la Industria, aunque el proyecto todavía no ha salido adelante porque el Gobierno está en funciones.

Los empresarios también reclamaron una mayor agilidad en materia formativa, otro aspecto clave para el sector. “No puede ser que el Sepe lleve cinco años con un documento sobre la especialidad de patronaje por ordenador y todavía no esté publicado en el BOE”, reclamó Carmen Torres, secretaria general de Modaespaña. “Llevamos cinco años sin poder formar a patronistas, y cuando se publique, ya no sirve”, sentenció.

“Hay que agilizar todos los procedimientos –coincidió Marián Cano, presidenta ejecutiva de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Ateval)-; si en el País Vasco se puede modificar un certificado de profesionalidad en seis meses, estamos en desventaja”.

Otras de las peticiones que se trasladaron al Gobierno fue una mayor regulación: “que las empresas paguen por la huella de carbono –propuso Javier Morillo, presidente de la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (Aitpa)-; si Amazon decide traer una prenda en avión desde Bangladesh, que pague impuestos”.

¿Y a las grandes empresas? Modesto Lomba, al frente de la Asociación Creadores de Moda de España (Acme), pidió a grupos como Inditex que “lideren el movimiento sostenible”. “Se nos está empujando hacia una nueva etapa en el sector de la moda, con una mayor presión sobre el impacto medioambiental”, subrayó.

¿La economía española arrincona a la moda? Por qué baja el peso del sector

El negocio de la moda ralentiza su evolución después de seis años consecutivos de crecimiento. En 2018, la aportación relativa del negocio de la moda en España al Producto Interior Bruto (PIB) del país perdió una décima, hasta situarse en el 2,8%, después de tres años consecutivos en un 2,9%. En un contexto económico dinámico, la débil evolución de los indicadores de la industria nacional de la moda genera una señal de alarma. ¿Por qué cae el peso de la moda en la economía y qué implica este cambio de tendencia?

Según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española creció un 2,4% en 2018. Aunque más bajo que en los años anteriores, este fuerte desempeño del conjunto de la economía explica en buena medida que el valor añadido bruto agregado de toda la cadena de valor de la moda haya perdido una décima en relación a la renta global del país.

La moda pierde peso tras años de estabilidad, sí, pero lo hace de forma controlada. En 2016 y 2017, la contribución de la moda al conjunto de la economía española se mantuvo estable porque logró que sus grandes magnitudes (los elementos que configuran el valor añadido bruto del sector) crecieran o mejoraran al mismo ritmo que la recalentada economía española. En 2018, este efecto no se mantuvo de forma lineal, pero no hubo una ruptura y la contribución de la moda al PIB cayó sólo una décima.

El Informe Económico de la Moda en España, impulsado por Modaes.es y el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc) y que cuenta con el patrocinio de Moddo, hizo ayer pública su octava edición, la sexta en la que se calcula la aportación del negocio de la moda al PIB español. En 2014, primer año en que se hizo esta estimación con datos relativos a 2013, el peso de la moda en el conjunto de la economía quedó determinado en el 2,7%. En la siguiente edición del informe, esta tasa pasó al 2,8% y, en la edición de 2016 (con datos de 2015), llegó al máximo del 2,9% que se mantuvo en los dos años siguientes.

Todo este ciclo ha estado caracterizado por la recuperación de la economía española tras siete años de larga crisis. En este sentido, el PIB español registró un crecimiento del 1,4% en 2014, que se aceleró hasta ritmos del 3,8% en 2015 y se estabilizó en los ejercicios siguientes, con un alza del 3% en 2016, del 2,9% en 2017 y del 2,4% el pasado año.

El documento, que cada año ofrece una completa panorámica de las grandes magnitudes del negocio de la moda, utiliza una completa fórmula econométrica para calcular el valor añadido bruto generado por el conjunto de las actividades de la cadena de valor de la moda en España, desde el diseño y la industria hasta la distribución, así como su impacto en actividades vinculadas. 

De esta forma, la moda pierde peso en la economía del país tanto en industria como en el comercio. No obstante, mantiene una aportación al PIB por encima del 2,6% del sector primario y sólo algo por debajo al 3,6% de la banca y los seguros. En el ámbito productivo, el valor añadido bruto de las actividades productivas vinculadas a la moda se situó en el 4,8% del total generado por toda la industria manufacturera nacional, excluyendo las industrias extractivas, energía, agua y residuos. En el año anterior esta tasa se había situado en el 5,1%. Por su parte, la moda también perdió importancia en el conjunto del comercio del país pasando de un 13,2% en 2017 a un 12,4% del valor añadido bruto en 2018.

Los sectores textil, confección, cuero y calzado sumaban un total de 20.269 empresas en España, lo que equivale a 543 compañías más que en el año anterior. Un crecimiento que representa la mayor evolución que se ha producido en quince años, además de la mayor subida durante este periodo de tiempo, siendo más de un punto porcentual en comparación con 2017. Por regiones, Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia, Andalucía y Castilla-La Mancha son las comunidades autónomas referentes en número de empresas, trabajadores y en términos de facturación.

 

La creación de empleo frena

La industria de la moda finalizó 2018 perdiendo peso como generador de empleo en el conjunto de la economía española debido al continuado aumento de la ocupación del país y, especialmente, al dinamismo de otros sectores económicos, desde la construcción al turismo.

Así, la contribución de la industria y el comercio de moda, así como de las actividades externas vinculadas al sector, el mercado laboral de país se situó en 4,1%, dos décimas menos que en el año anterior. La tasa vuelve a situarse en el nivel de 2016 y revierte la subida de 2017, cuando esta contribución se elevó precisamente dos décimas.

Según datos de medios de afiliación a la Seguridad Social, en diciembre de 2018 los sectores industriales del textil, la confección y del cuero y el calzado sumaban 141.539 trabajadores, sólo 302 más que en 2017. La subida ha sido de hecho la más baja de los últimos cinco años. Este frenazo ha supuesto que la contribución a la generación de nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero español cayera en 2018 del 8,1% a una tasa del 7,8%.

Las exportaciones españolas de productos, textiles, de confección y de cuero y calzado descendieron ligeramente en 2018, con un valor de 20.694,1 millones de euros. Mientras que las importaciones de estos mismos artículos superaron los 25.542 millones de euros, lo cual supuso una subida de 0,8%. A pesar de ello que se reduce la importancia del sector frente al total de las exportaciones y de las importaciones, la moda española mantiene un fuerte protagonismo en el comercio exterior español. 

En cuanto al canal online, la moda encabeza una vez más el ránking de ventas de bienes físicos a través de internet. En concreto, en 2018 copó el 7,4% de las ventas de moda en España. La cifra de negocio de la moda en la red ascendió hasta 2.271,5 millones de euros, el 6,8% sobre el volumen de negocio total del ecommerce en España, dos puntos porcentuales más que en 2017. Por su parte, las ventas a través del canal online también continúan aumentando su importancia en el conjunto de la facturación de la moda. En concreto, las adquisiciones de estos bienes se dispararon un 24,9% respecto al año anterior, superando así la tasa de 24,6% registrada en 2017.

Paco Herrero sucumbe al parón de las ventas y entra en concurso de acreedores

Paco Herrero sucumbe al parón del consumo. La compañía alicantina de calzado ha solicitado concurso voluntario de acreedores para las sociedades Paco Herrero y Paco Herrero Export. La empresa, con sede en Elda, era una de las de mayor trayectoria en la región.

El juzgado de lo mercantil número 2 de Alicante ha admitido a trámite el concurso abreviado de las dos sociedades y ha nombrado a un administrador concursal para ambas, según consta en el Registro Mercantil.

Paco Herrero había acelerado su internacionalización en los últimos años para compensar la caída del consumo en el mercado español. El grupo se había marcado como objetivo que dos terceras partes de sus ventas procedieran del extranjero para esquivar las dificultades por las que atraviesa el multimarca español de calzado desde la crisis.

El grupo, fundado en 1955, estaba actualmente controlado por la tercera generación de la familia fundadora, que representan los hermanos Joaquín y María Belén Puche Herrero, nitos del fundador.

La sociedad Paco Herrero, una de las dos concursadas, cerró el ejercicio de 2018 con unos números rojos de 1,34 millones de euros, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. El resultado de explotación de la compañía también fue negativo, en 1,32 millones de euros.

La empresa contrajo su cifra de negocio en el último año un 8,3%, hasta 1,1 millones de euros. El pasivo de la empresa ascendía a fin del ejercicio a 1,72 millones de euros. El 68% de esta deuda tenía como vencimiento un año.

El Corte Inglés impulsa Sfera en Latinoamérica: aterriza en Panamá con Félix B. Maduro

El Corte Inglés continúa ganando terreno en Latinoamérica con su cadena de moda. Sfera, uno de los conceptos más internacionalizados del grupo de grandes almacenes, prepara su desembarco en Panamá para el próximo noviembre, según han confirmado fuentes cercanas a la operación a Modaes.es.

La cadena comenzará a operar en el país de la mano del gigante panameño de la distribución Félix B. Maduro. La expansión de Sfera contempla la apertura este noviembre de cuatro primeras tiendas, todas ellas destinadas a la colección de moda femenina y masculina.

A partir del próximo año, los planes del grupo pasan por llevar también al país su línea de moda infantil, de nuevo de la mano de Félix B. Maduro. El gigante panameño opera con una decena de grandes almacenes en el país.

 

Los orígenes de Félix B. Maduro se remontan a 1877, cuando la compañía echó a andar bajo el nombre de The Maduro Co. como un comercio especializado en la distribución de moda europea en el país centroamericano.

En 1928, el grupo cambió su nombre a Félix B. Maduro e impulsó su expansión en el país. A principios de 2019, la empresa ha trazado un plan de expansión con el lanzamiento de su plataforma de ecommerce y la incorporación de nuevos servicios en sus centros, como el de personal shopper.

Sfera, por su parte, ha acelerado su expansión internacional en los últimos años, con Latinoamérica en el punto de mira. En 2018, la cadena aterrizó en Costa Rica, El Salvador y Guatemala de la mano de Almacenes Siman.

Además, la empresa cuenta con más de treinta tiendas en el mercado mexicano, el mayor en la región por número de tiendas, y está presente en Colombia, Chile y Perú. En la mayor parte de los casos, la empresa se ha aliado con grandes almacenes locales para su desembarco en cada país: en Chile, por ejemplo, Sfera opera de la mano de Ripley, y en Perú, con Oechsle.

Fundada en 2001, Sfera cerró 2017 con una facturación de 270,9 millones de euros, un 9,4% más que el año anterior. El resultado bruto de explotación (ebitda) alcanzó 40,79 millones de euros, ocho millones más que en 2016, según los últimos datos disponibles.

Teppo Tauriainen (Embajada de Suecia): “Tendremos una ventaja competitiva por ser los primeros en sostenibilidad”

La sostenibilidad como ventaja competitiva. Así lo ve Suecia. El embajador del país en España, Teppo Tauriainen, afirma que haber sido un territorio pionero en la apuesta por una economía sostenible hoy les otorga una ventaja competitiva en el mercado global. La embajada de Suecia en España ha organizado junto al IED Madrid y el Instituto Sueco la exposición de moda sostenible Fashion revolution, the future of textiles, en la que participan H&M y el diseñador sueco Martin Bergström.

Pregunta: ¿Cómo cree que se debe abordar la sostenibilidad desde la esfera pública?
Respuesta:
La política medioambiental es una prioridad del Gobierno sueco. En los últimos años se han tomado decisiones para reforzar el proceso político hacia la sostenibilidad. Hay un clima social en Suecia que obliga al Gobierno a actuar en el desarrollo sostenible y hacerlo con objetivos muy ambiciosos. El objetivo final que se ha marcado es que en 2045 tengamos una sociedad en la que las emisiones sean cero.

P.: ¿Necesitará contar con el apoyo de los ciudadanos para lograrlo?
R.:
La sociedad sueca está dispuesta a trabajar por esto. Todos los actores deben contribuir a ello, las empresas y la población en general. Hay un entendimiento en el país de que hay que hacer algo.

P.: ¿Qué responsabilidad tienen los gobiernos en esta materia?
R.:
Suecia es uno de los países más ambiciosos en este sentido. En general, los países nórdicos están en este camino y queremos estar entre los primeros. Es un reto, pero también una oportunidad. Todo el mundo tiene que cambiar y nosotros tendremos una ventaja competitiva por ser los primeros.

P.: ¿Cómo se pone en práctica?
R.:
Ponerlo en práctica consiste en facilitar a través de apoyo, también de educación e investigación. Se trata de incentivar a toda la sociedad.

P.: ¿Es optimista respecto al Pacto de París?
R.:
En principio, el pacto fue un éxito, pero es también un desafío. Y nos preocupa lo que veces se escucha de otros países. Lo importante es que hay una realidad común de que hay que hacer algo porque cada año las consecuencias son mayores. Cada vez habrá más países que entiendan que no hay otra solución, aunque sea un desafío enorme. Suecia, por ejemplo, invierte mucho capital en el fondo verde para países en vías de desarrollo.

P.: ¿A quién debe escuchar la administración, a las empresas o a los ciudadanos?
R.:
Los consumidores somos una fuerza muy importante. Muchos de los cambios en Suecia empezaron precisamente con un movimiento de los consumidores, aunque no siempre estuvieran organizados.

P.: ¿Qué actores aceleran más en este sentido, empresas o ciudadanos?
R.:
Las empresas suecas han visto que actuar de manera sostenible les da una ventaja competitiva. Saben que si invierten en desarrollar un producto sostenible van a ganar más dinero. Y esto, al final es la clave del mundo empresarial. Empresas del sector minero, por ejemplo, de inmediato hablan sobre cómo ser más sostenibles. Este es ya el primer argumento de venta de muchas empresas. Sin ellas, al final, no llegamos al objetivo marcado en 2045.

P.: ¿Es más importante seguir el tirón mediático de Greta Thunberg o de empresas como H&M?
R.:
Es difícil decir qué ocurre realmente en la práctica. Pero Greta Thunberg no cambiará la manera de actuar, no tiene relevancia en lo que pasa, mientras que si H&M decide que la confección debe ser con tejidos sostenibles cambia la manera en cómo se produce el tejido. Greta Thunberg es mucho más conocida fuera de Suecia porque en nuestro país ya llevábamos muchos años con este discurso y ya estamos acostumbrados a este tipo de acciones. No quiero decir con ello que su figura no sea importante. Es necesario tener personas que lideren este cambio.

P.: ¿La moda es punta de lanza en definir un sistema económico más sostenible?
R.:
En Suecia, en las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado había aún producción textil que contaminaba ríos. Hoy, ya no queda nada y aquel río está limpio. Pero, aunque no produzca en Suecia, debe hacerlo de manera sostenible. Sobre todo porque si contamina, no va a poder vender sus productos.

P.: ¿Es un sector que puede acelerar el cambio?
R.:
Tiene un rol importante en el sentido que es un sector que todos conocemos. Tiene una influencia mayor en el consumidor que el peso que tiene en la economía. En el acero, por ejemplo, también se han tomado iniciativas importantes para reducir a cero las emisiones, pero es un sector que no tiene capacidad para cambiar la manera de pensar de las personas.

P.: ¿El futuro del crecimiento económico pasa por la sostenibilidad?
R.:
Sí, y Suecia es un buen ejemplo. El desarrollo económico de los últimos veinte años ha ido en esta línea. Y el resultado ha sido que las emisiones se han reducido mientras que el crecimiento económico ha sido relativamente alto. Y este es un mensaje importante para aquellos que tenían dudas, para aquellos que decían que la sostenibilidad iba a afectar al desarrollo económico. No tenían razón. Las empresas han visto que pueden ser rentables y sostenibles.

La moda se globaliza: los diez mayores importadores ya copan sólo el 70% de las compras

Pese a la actual incertidumbre comercial, el sector de la moda continúa un claro rumbo globalizador. En 2005, los diez mayores mercados que más moda importan copaban de 90,8% de las compras totales del sector. Trece años después, su cuota ha descendido hasta el 71,3%, según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los diez mayores compradores de ropa del planeta han perdido peso en el comercio global a pesar de haber continuado incrementando sus importaciones. Europa, por ejemplo, sigue afianzándose como el mayor comprador de ropa tras elevar sus importaciones un 3% en 2018, hasta 204.000 millones de dólares.

Estados Unidos, el segundo mayor importador de ropa del mundo, incrementó un 1% sus compras el año pasado, hasta situarlas en 92.000 millones de dólares. Completa el podio Japón, que en el último año elevó sus importaciones de prendas de vestir un 8%, hasta 30.000 millones de dólares.

Pese a seguir elevando sus importaciones, Europa ha encogido su protagonismo global del 47,3% que tenía en 2005 al 38,4% en 2018; Estados Unidos, por su parte, ha pasado de copar el 28,7% al 17,4%, mientras que Japón ha pasado del 8,1% al 5,7%.

Más allá de los grandes compradores mundiales, han sido Corea del Sur, China y Suiza los países que más han incrementado sus importaciones en 2018, registrando avances a doble dígito. Corea del Sur, que toma la quinta posición en esta clasificación, elevó un 16% sus compras en el último año, situándolas en 11.000 millones de dólares, el mismo importe que Canadá.

China, por su parte, las incrementó un 14%, hasta 8.000 millones de dólares, una cifra similar a la de Rusia y Suiza, que las aumentó un 13%. Los diez principales importadores mundiales de ropa situaron sus compras de prendas de vestir en 378.000 millones de euros.

Su peso en el conjunto de las importaciones globales también ha aumentado. En el caso de Corea del Sur, el país ha pasado de tener un 1% en 2005 a un 2% en 2018; China, del 0,6% al 1,6%, y Rusia, del 0,3% al 1,5%. Suiza, en cambio, lo ha contraído, del 1,6% hace trece años al 1,4% del año anterior.

También en las importaciones textiles, los diez mayores actores han ido perdiendo protagonismo, pasando de generar el 62,2% de las compras globales en 2005 al 54,6% en 2018. La Unión Europea, que continúa siendo el mayor importador mundial, redujo sus compras en 2018 un 2%, hasta 77.000 millones de dólares. En este sentido, el mercado común ha pasado de copar el 33,6% de las importaciones textiles totales en 2005 al 23,1% el año pasado. 

Estados Unidos y China, que le siguen en el ránking, elevaron sus compras un 2% y un 3%, respectivamente, hasta 30.000 millones de dólares y 18.000 millones de dólares. Ambos han reducido también su representación sobre el total:  Estados Unidos ha pasado del 10,5% hace trece años al 9,1% el año pasado, mientras que China ha pasado del 7,2% al 5,3%.

En sentido contrario, han ganado gran protagonismo los nuevos polos productivos, como Vietnam, Bangladesh e Indonesia, que sólo en el último año incrementaron las compras textiles un 10%, un 17% y un 21%, respectivamente.

Vietnam y Bangladesh son ya el cuarto y el quinto mayor importador mundial de artículos textiles. Sus compras han pasado de representar el 1,6% y el 1,1% del total en 2005 al 5,3%. El salto de Indonesia ha sido mucho mayor, pasado del 0,4% trece años atrás al 2,1% actual. 

El multimarca Beni Room se refuerza en Madrid con dos nuevas aperturas

El multimarca Beni Room continúa avanzando a pie de calle. La compañía, puesta en marcha en 2014 de la mano de Beatriz Nicolás, ha puesto en marcha una estrategia de expansión mediante la apertura de tiendas propias.

En el marco del nuevo plan, la empresa tiene previsto subir la persiana de un establecimiento en la calle Piamonte de Madrid, en el barrio de las Salesas. La empresaria ha puesto en marcha la tienda junto al estudio de arquitectura Vg Living. Además, la compañía está negociando la apertura de otro punto de venta en la capital española para marzo.

Hasta ahora, la compañía está presente con un solo punto de venta, en el número 35 de la calle Velázquez, también en la capital española, que subió la persiana en marzo del año pasado.

Entre sus planes a largo plazo, Benni Room no descarta extender su presencia en el resto de España con nuevos puntos de venta en ciudades como Valencia, Bilbao o Málaga, según explica Nicolás a Modaes.es.

Además, otro de los planes actuales de la compañía es impulsar su marca propia, Benni Room, y desarrollar el negocio online, que copa ya el 25% de las ventas de la empresa.

La empresa comercializa las colecciones de marcas como Herschel, Samsoe&Samsoe, Sessún y Steve Madden, Lemaré, Love Stories y Orfeo Paris, entre otras.

 

Formada en Publicidad y Comunicación en Estados Unidos, Nicolás inició su trayectoria en el sector como directora de márketing en Carrera y Carrera. De la mano de José Yusty, la emprendedora puso en marcha en 2005 los establecimientos multimarca Yube y Beni Room, en Madrid. Nueve años después, Nicolás decidió emprender en solitario y abrió las puertas de la actual Beni Room.

Después de poner en marcha la empresa en 2014, Nicolás instaló la primera tienda en el número 86 de la calle Serrano, en un local de veinte metros cuadrados, donde permaneció hasta 2015, cuando se trasladó a Claudio Coello para ganar superficie y donde operó hasta el año pasado.

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