Tigo y Movistar esperan que sea declarado dominante, mientras que Claro afirma no hay evidencia de ello y que la decisión debe ser «técnica» y no consecuencia de presiones «políticas y mediáticas».
Este miércoles se espera que, con la presencia de la ministra de las TIC, Sylvia Constaín, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) decida sobre la dominancia de Claro en el mercado móvil de datos en Colombia, es decir, si detenta una posición en la que tiene la posibilidad de determinar las condiciones del mercado (en cuanto a ofertas, precios, etc). Este es un asunto que se viene estudiando formalmente desde 2017, cuando la entidad reguladora inició una actuación para tomar una determinación al respecto.
En 2018, el ente regulador envió un proyecto de su decisión, en la que constata una posición dominante de Claro, a la Superintendencia de Industria y Comercio, autoridad nacional en materia de competencia. Mientras Claro interpreta que ese concepto de la SIC concluye “que no existe ninguna evidencia de dominancia en el mercado por parte de ningún operador”, Movistar sostiene que la Superindustria no se opuso a lo definido por la CRC sobre la dominancia de Claro.
En su documento, la SIC manifestó dudas sobre el análisis de la CRC, al considerar que no son claros los soportes en los que se basa el regulador para constatar la dominancia de Claro, e hizo recomendaciones como «revisar y soportar debidamente el cumplimiento de cada uno de los elementos requeridos a efectos de constatar si efectivamente Comunicación Celular – Comcel S. A. (conocida comercialmente como Claro) cuenta o no con posición de dominio en el mercado de servicios móviles».
Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Une, por su parte, afirmó que espera que Claro sea declarado como dominante y que se tomen medidas para corregir la competencia en el mercado. Por ejemplo, medidas relacionadas con la posibilidad de que el dominante ofrezca tarifas diferenciadas por región o el empaquetamiento de servicios, ofertas con las que en ocasiones los otros jugadores del mercado, según Cataldo, no pueden competir.
La última palabra la tendrá hoy la Comisión de Regulación, que deberá tomar en consideración el concepto de la Superindustria.
«Los competidores de Comcel (conocida comercialmente como Claro) buscan que la regulación les regale lo que deberían ganarse compitiendo en el mercado. Buscan que la regulación reemplace la elección del usuario y en este escenario no se genera un beneficio para el consumidor, solamente una prebenda para ciertos operadores que por efecto de la regulación terminan siendo protegidos de la competencia y evitando realizar las inversiones necesarias para mantenerse en competitivos en un mercado dinámico y cambiante como el de telecomunicaciones», aseveró Juan Carlos Archila, presidente de América Móvil Colombia, empresa a la que pertenece Claro.
Cataldo, en cambio, afirma, que el sector no ha dejado de invertir, a pesar de las dificultades del entorno macroeconómico de los últimos años. Resaltó que desde 2014, cuando Tigo se fusionó con Une, la compañía ha invertido $1 billón anuales, una cifra similar a la de Movistar. «Hemos duplicado las redes fijas, hemos llegado a 30 ciudades, hemos duplicado cobertura de 4G», destacó el presidente de Tigo Une.
Telefónica (que opera comercialmente como Movistar) ha sido declarado dominante en mercados como el español y peruano. La compañía señala que eso no detuvo el flujo de su inversión en esos países. «La dominancia (en el mercado de Claro) es una asignatura pendiente que tenemos, es importante si queremos una sostenibilidad del sector a mediano y largo plazo», dijo a este diario Fabián Hernández, CEO de Telefónica Movistar, en mayo.
Tanto Movistar como Tigo resaltan que Claro ya había sido declarado con posición dominante en el mercado de voz. A partir de eso, se tomaron medidas como los cargos asimétricos, que, sin embargo, estuvieron vigentes hasta 2016, sin que, según Cataldo, se hubiera logrado la reducción de la dominancia de mercado que se esperaba.
Según el reporte del Ministerio TIC al cierre de 2018, de un total de 11,6 millones de suscriptores a internet móvil, Claro contaba con más de 6 millones, frente a 3,4 millones y 1,4 millones de Movistar y Tigo, respectivamente. Avantel, en cuarto lugar, contaba con más de 527.000. Al respecto, Movistar ha resaltado que en mercados desarrollados como Francia, Alemania, Dinamarca y Bélgica los mayores operadores tienen participaciones por debajo del 40 % y que incluso la Unión Europea tiene como criterio de dominancia una cuota de mercado superior al 50 %.
Para Archila, en la otra orilla, “este es un tema que se debería decidir en un regulador técnico y con la evidencia y no como resultado de presiones mediáticas y políticas. (…) El 30 de mayo se aprobó en el Congreso la Ley de Modernización de las TIC. Una vez esta Ley sea sancionada, la actual CRC se extinguirá para dar paso al nuevo ente regulador convergente e independiente, en línea con las recomendaciones de entes internacionales como la OECD», dijo. No obstante, la misma Movistar resalta que la OCDE alista el Digitalisation Review of Colombia, en el que reconoce «el problema de concentración» en el mercado de comunicaciones en el país.
Archila concluye: «¿Pretenden los competidores lograr con la declaratoria de posición de dominio justificar ventajas en las condiciones de la próxima subasta de 700 Mhz frente a Claro?», en referencia al proceso que se adelanta para entregar nuevo espectro a los operadores para el despliegue de comunicaciones móviles, proceso en el que Tigo también ha tenido quejas por el cambio en los topes de espectro que cada operador puede tener, pues, considera, la modificación beneficia a Claro y Movistar.
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