El #BlackFriday capitaliza mis discrepancias y debilidades

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La distancia entre mi yo real y mi yo ideal

Comprar es excelente. Querer o necesitar un bien/servicio y contar con las facilidades para adquirirlo es de los factores que tienen mayor incidencia en la calidad de vida. Como digo en mis charlas: el dinero no te lleva a la felicidad, pero te deja a dos esquinas y puedes llegar caminando.

El #BlackFriday es una plataforma por medio de la cual los comerciantes promueven ofertas que motivan a un incremento del consumo. La ocasión es rentable: de acuerdo con el Foro Económico Mundial, la combinación del #BlackFriday y el #CiberMonday suma US$14,500 millones en ventas brutas. Desde el inicio de esta década, el comercio nacional se suma a esta tendencia.

Esa tendencia se alimenta cuando decides comprar algo. Lo que te motiva a consumir es, algunas veces, la necesidad. Otra razón por la que consumes pudiera la persuasión que la promoción ejerce sobre ti. ¿Qué debilidades explotan las promociones? Tus discrepancias.

Tus discrepancias de personalidad consisten en la distancia entre lo que eres en realidad y lo que deseas ser, de acuerdo con los perfiles que admiras. ¿Qué te ofrecen muchas ofertas? Acortar esa distancia. De lo que trata el marketing en algunas ocasiones es de convencerte de que comprando o contratando algo te vas a convertir en eso a lo que aspiras, a reducir tus discrepancias.

Lo que me lleva a preguntarte, ¿por qué compras? ¿Necesitas lo que ves en la vitrina? ¿La presión de grupo te lleva a “comprar aunque sea algo”? Adquirir algo nuevo es una experiencia agradable, pero es más agradable aún cuando el fundamento del consumo está sustentado en las razones correctas, cuando somos responsables.

Compro responsable mente cuando…

  1. Aprovecho buenas ofertas

¿Recuerdan el #WeekendMoney de la semana pasada? Una oferta es buena si realmente rebaja el precio, quería lo que me ofrecen antes de ver el anuncio, puedo hacer la compra sin contraer una deuda tóxica y no tengo que renunciar a mis garantías de consumidor para aprovecharla. No te dejes cegar por los anuncios.

  1. No cedo a la presión de grupo

Resulta que todos tus compañeros del colegio/universidad/oficina van a comprar algo en el #BlackFriday y no puedes quedarte atrás. La presión de grupo está detrás de muchas decisiones desafortunadas y el consumo es una de ellas. Pregúntate, ¿me dejarían de apreciar mi pares si saben que no compré nada? Si la respuesta es sí, es hora de cambiar de amigos.

  1. Me hace falta lo que compro

También disfruto de aquellas cosas que contrato. Quizás podemos ver algo a bajo precio de manera ocasional, pero la clave aquí no es lo que pagamos por eso, sino el valor que tal o cual producto/servicio agrega a mi existencia. La pregunta es, ¿para qué me servirá esto en una semana? Si la respuesta es difusa, reflexiona un poco más antes de comprar.

  1. Tarjetazos responsables

Los pagos con el plástico rebelde tienen tres categorías: (1) pagar con tarjeta, es cuando de manera habitual cumples tus compromisos con ese método de pago. (2) Dar un tarjetazo, es un gasto extraordinario, pero en su esencia sabes cómo lo vas a saldar antes del vencimiento. (3) Mirar hacia otro lado y dar un tarjetazo, en esta categoría solo te dejas llevar de tus instintos consumistas y “tiras hacia delante” para luego averiguar las consecuencias.

Quizás ese tarjetazo está motivado por llenar un vacío, impresionar a alguien o simplemente la dificultad de controlar los deseos; indistintamente, te advierto que comprar algo sin saber de dónde lo pagarás después te causará mucho pesar, tensión e intereses.

¿Comprar en #BlackFriday? Fantástico. Te deseo las mejores ofertas, que te lleves a tu casa lo que te haga feliz (a ti), libre de deudas y remordimientos post-consumistas.

Por: @cguisarre

¿Por qué me vuelvo loco en #Black Friday?

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La distancia entre mi yo real y mi yo ideal

Comprar es excelente. Querer o necesitar un bien/servicio y contar con las facilidades para adquirirlo es de los factores que tienen mayor incidencia en la calidad de vida. Como digo en mis charlas: el dinero no te lleva a la felicidad, pero te deja a dos esquinas y puedes llegar caminando.

El #BlackFriday es una plataforma por medio de la cual los comerciantes promueven ofertas que motivan a un incremento del consumo. La ocasión es rentable: de acuerdo con el Foro Económico Mundial, la combinación del #BlackFriday y el #CiberMonday suma US$14,500 millones en ventas brutas. Desde el inicio de esta década, el comercio nacional se suma a esta tendencia.

Esa tendencia se alimenta cuando decides comprar algo. Lo que te motiva a consumir es, algunas veces, la necesidad. Otra razón por la que consumes pudiera la persuasión que la promoción ejerce sobre ti. ¿Qué debilidades explotan las promociones? Tus discrepancias.

Tus discrepancias de personalidad consisten en la distancia entre lo que eres en realidad y lo que deseas ser, de acuerdo con los perfiles que admiras. ¿Qué te ofrecen muchas ofertas? Acortar esa distancia. De lo que trata el marketing en algunas ocasiones es de convencerte de que comprando o contratando algo te vas a convertir en eso a lo que aspiras, a reducir tus discrepancias.

Lo que me lleva a preguntarte, ¿por qué compras? ¿Necesitas lo que ves en la vitrina? ¿La presión de grupo te lleva a “comprar aunque sea algo”? Adquirir algo nuevo es una experiencia agradable, pero es más agradable aún cuando el fundamento del consumo está sustentado en las razones correctas, cuando somos responsables.

Compro responsable mente cuando…

  1. Aprovecho buenas ofertas

¿Recuerdan el #WeekendMoney de la semana pasada? Una oferta es buena si realmente rebaja el precio, quería lo que me ofrecen antes de ver el anuncio, puedo hacer la compra sin contraer una deuda tóxica y no tengo que renunciar a mis garantías de consumidor para aprovecharla. No te dejes cegar por los anuncios.

  1. No cedo a la presión de grupo

Resulta que todos tus compañeros del colegio/universidad/oficina van a comprar algo en el #BlackFriday y no puedes quedarte atrás. La presión de grupo está detrás de muchas decisiones desafortunadas y el consumo es una de ellas. Pregúntate, ¿me dejarían de apreciar mi pares si saben que no compré nada? Si la respuesta es sí, es hora de cambiar de amigos.

  1. Me hace falta lo que compro

También disfruto de aquellas cosas que contrato. Quizás podemos ver algo a bajo precio de manera ocasional, pero la clave aquí no es lo que pagamos por eso, sino el valor que tal o cual producto/servicio agrega a mi existencia. La pregunta es, ¿para qué me servirá esto en una semana? Si la respuesta es difusa, reflexiona un poco más antes de comprar.

  1. Tarjetazos responsables

Los pagos con el plástico rebelde tienen tres categorías: (1) pagar con tarjeta, es cuando de manera habitual cumples tus compromisos con ese método de pago. (2) Dar un tarjetazo, es un gasto extraordinario, pero en su esencia sabes cómo lo vas a saldar antes del vencimiento. (3) Mirar hacia otro lado y dar un tarjetazo, en esta categoría solo te dejas llevar de tus instintos consumistas y “tiras hacia delante” para luego averiguar las consecuencias.

Quizás ese tarjetazo está motivado por llenar un vacío, impresionar a alguien o simplemente la dificultad de controlar los deseos; indistintamente, te advierto que comprar algo sin saber de dónde lo pagarás después te causará mucho pesar, tensión e intereses.

¿Comprar en #BlackFriday? Fantástico. Te deseo las mejores ofertas, que te lleves a tu casa lo que te haga feliz (a ti), libre de deudas y remordimientos post-consumistas.

Por: @cguisarre

El que compra lo que NO necesita, termina vendiendo lo que SÍ necesita

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¿Esa oferta de #BlackFriday es para mí?

De cara al Black Friday, el bombardeo publicitario aumentará con un objetivo: conquistar la intención de compra de los potenciales consumidores, desde que el que quiere un helado, hasta el que busca un dispositivo de aire acondicionado.

La estrategia fundamental para el comercio cautivar a su audiencia es la oferta. Anuncios de descuentos del 50 %, 30 % o hasta 65 % esperan motivar al menos a la visita a la tienda, lo cual se convierte en compra en parte de los casos.

Siempre digo que el compra permanentemente lo que no necesita, tarde o temprano se verá obligado a vender lo que sí necesita, debido a que la negligencia de necesidades reales (como comer o la renta), las deudas de tarjetas de crédito, sumado a una posible pérdida de ingresos o el empleo, castiga a quienes no han sido reflexivos en la administración de sus finanzas personales.

Entonces, ¿qué es una oferta? ¿Cómo puedo aprovecharla? ¿Son para mí todas las ofertas que veo en los anuncios? Me alegrará saber que hiciste buenas compras este Black Friday, pero más me alegrará saber que tus consumos fueron fundamentados en una capacidad real de compra, la cual no comprometerá tu futuro financiero inmediato.

¿Cómo sé que una oferta es para mí? Te propongo cuatro puntos.

  1. Investigué y el descuento es real

Aprovechando la desinformación de los posibles compradores, a menudo anuncian que mercancías aspiracionales, como un smart TV o un comedor, cuentan con descuentos de hasta un 50 % que, en la práctica, solo llegan a un 10 %. Aumentarás tus posibilidades de beneficiarte de una oferta real, si en meses anteriores verificaste el precio aproximado de lo que deseas, y has comprobado que, efectivamente, hay una diferencia sustancial de precio a tu favor.

  1. Lo quiero antes de ver el anuncio

Si no estabas pensando en tener un smart TV de 42 pulgadas antes de ver ese anuncio, no es una oferta. Los descuentos del comercio por Black Friday o cualquier otra temporada solo agregan valor a tu vida cuando realmente demandas el bien promovido.

Esto también aplica a la calidad y característica de la mercancía. Quizás querías un televisor, pero no de esa marca ni de ese tamaño. En la medida en la que la oferta se separa de lo que aspiras de manera genuina, te beneficia menos.

  1. Lo puedo comprar sin una deuda tóxica

Tal vez comprobaste que tiene un buen descuento y es exactamente el producto al que aspiras, pero tu situación financiera actual no te permite endeudarte por ese tiempo, pagando mensualmente ese monto. Si esas son las condiciones a las que tienes que comprar, esa oferta no es para ti.

  1. No tengo que renunciar a la garantía

“Es una oferta, por lo tanto, este aparato no tiene garantía”, me dijeron en una megatienda, me fui. Si compras algo de valor, en especial un electrodoméstico, debes cubrirte con la garantía, puesto que esos aparatos encierran diversos riesgos operativos. Si para aprovechar la oferta tienes que renunciar al beneficio de poder cambiar el producto en caso de desperfecto, no es una oferta.

De camino al #BlackFriday te deseo buenas compras, aprovechando ofertas reales.

@cguisarre

Pulso entre el comercio global y la tienda local

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Justo después del Día de Acción de Gracias, es hora de cambiar inventario para dar paso a la mercancía demandada en Navidad. Por eso el Black Friday se convirtió en otra tradición estadounidense. Sin embargo, desde 2010 el comercio dominicano adoptó la fecha para promocionar ofertas que eleven sus ventas durante la última semana de noviembre. Este año estará matizado por un enfrentamiento campal entre dos modelos de servicio al comprador.

Los grandes supermercados, tiendas por departamentos, mueblerías, comerciantes de electrodomésticos y boutiques de ropa acelerarán el paso para ganar la atención de los consumidores dominicanos, con fines de que sus presupuestos se destinen a adquirir mercancía local, en vez de las ofertas que las plataformas de comercio electrónico promueven a través de sus medios digitales.

Titanes como Amazon, Alibaba o Mercado Libre ofrecen catálogos globales de productos tan variados que encajan en categorías como productos de belleza o ferretería. Pero los comercios locales atraen a sus visitantes por medio de la experiencia de compra, la posibilidad de palpar el artículo deseado, la opción de pagar en efectivo y la facilidad de adquirir mercancías por encima de 10,200 pesos dominicanos o US$200 dólares estadounidenses sin pagar aranceles.

En este pulso, miden fuerzas el punto nodal físico del comercio local, con sus tiendas elegantes y arraigo en la confianza del público, contra la flexible tendencia del e-commerce, que abre la posibilidad de comprar virtualmente cualquier cosa de cualquier parte. ¿Quién ganará esta partida que tiene lugar el 29 de noviembre?

Carlos Arturo Guisarre

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