Trump a las puertas de un juicio político

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Luego de semanas de investigaciones, testimonios y audiencias, la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos pareciera estar dispuesta a llevar hasta sus últimas consecuencias la apertura del juicio político contra el presidente Donald Trump.

Este proceso, que pudiese derivar en un Impeachment o posible destitución del mandatario, tiene como base las acusaciones de chantaje encubierto del que se acusa a Trump, tras solicitarle a Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, una investigación sobre la empresa de gas ucraniana Burisma en la que trabajó Hunter Biden, hijo del ex vicepresidente Joe Biden, quien integró el directorio de la compañía entre 2014 y 2019.

Según Trump, esta investigación podría determinar una teoría conspirativa según la cual fue Ucrania y no Rusia el país que interfirió en las elecciones estadounidenses de 2016, para favorecer a la candidata demócrata Hillary Clinton.

Pero la visión de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es otra y fue enfática al afirmar que “las acciones del presidente han violado seriamente la Constitución, especialmente cuando dice y actúa bajo la creencia de que el Artículo II (que define los poderes del presidente) le permite hacer lo que quiera”.

De esta manera, Pelosi, quien es considerada el tercer funcionario electo más poderoso en Washington, hizo formal la petición al Congreso para formular los artículos de juicio político contra Trump, lo cual representa un paso decisivo en este proceso que, según lo reseña una nota de Univisión, pone a prueba a la bancada demócrata y pone en la defensiva a legisladores republicanos en ambas cámaras del Capitolio.

“Los hechos son indiscutibles. El presidente abusó de su poder para su propio beneficio político a expensas de nuestra seguridad nacional. Si permitimos que un presidente esté por encima de la ley, seguramente lo haremos a riesgo de nuestra república”, indicó Pelosi en una conferencia de prensa.

Hasta ahora los demócratas habían asegurado que no estaba tomada aún la decisión con respecto a redactar los artículos que sostendrían el juicio político contra el actual mandatario estadounidense, y que solo se habían limitado a realizar las investigaciones y audiencias para cumplir con su obligación de indagar sobre la legalidad de las acciones del presidente.

No obstante, las declaraciones de Pelosi demuestran que la mayoría de la Cámara Baja desea proceder con el juicio al exigir artículos formales de encausamiento, en vez haber pedido un voto de censura contra el mandatario que al final no lo hicieron.

Por su parte, el presidente Trump condenó la acción de los demócratas y pidió que la Cámara de Representantes vote lo más rápido posible sobre el tema, para así poder tener un juicio político que –en su opinión- sería “justo” en un Senado de mayoría republicana.

Los cargos

Aunque Pelosi no anunció los cargos por los cuales sería enjuiciado Donald Trump, se estima que el Comité Judicial y el Comité de Inteligencia del Congreso serían los encargados de esta tarea que comenzaría a mediados de este mes.

Al respecto Trump podría ser acusado por abuso de poder y soborno, obstrucción del Congreso y obstrucción de la justicia.

En el caso de abuso de poder y soborno, esta acusación se basaría en que Trump supuestamente abusó de su poder al exigirle a Zelensky que anunciara una investigación en contra de los Biden.

En cuanto a obstrucción al Congreso, la acusación se sostendría en el hecho que Trump se ha rehusado a participar en el proceso de juicio político y se ha negado a entregar la información y documentos exigidos por el Congreso, además de ordenar a testigos que no participen.

Cuando se refiere a obstrucción a la justicia, es probable que este artículo se base en los resultados del reporte de Robert Mueller en el caso de Rusiagate (la investigación sobre la intervención rusa en las elecciones de 2016), en el que se habla de varios ejemplos de obstrucción a la justicia tales como ordenar a Don McGahn, abogado de la Casa Blanca, que lo despidiera, y presionar al ex fiscal general Jeff Sessions para que se involucrara en el caso.

Sin muchas preocupaciones

Si la acusación fuese aprobada por el pleno de la Cámara de Representantes, tal y como se espera que ocurra antes de Navidad, Trump se convertirá en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en asumir un juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. Ambos fueron absueltos.

El caso de Richard Nixon es diferente, pues éste renunció a la presidencia del país en 1974 por el famoso caso del Watergate, antes de que el pleno de la Cámara de Representantes pudiera votar sobre los cargos de juicio político.
Muchos consideran que en el caso de Trump, el Senado, que es el responsable de juzgar a presidentes y hoy está en manos de una mayoría republicana, probablemente lo absolverá justo cuando arranque con fuerza su campaña de reelección presidencial.

David Rodríguez Andara

La multa millonaria que tiene que pagar Donal Trump

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Una jueza de Nueva York ordenó al presidente Donald Trump pagar US$2 millones en restitución por gastar dinero de su fundación caritativa para fines políticos.

La decisión fue dictada este jueves por la jueza de la Corte Suprema del estado de Nueva York, Saliann Scarpulla, quien rechazó una solicitud estatal en una demanda para que Trump pagara más de US$5 millones en daños, además de la restitución.

“El señor Trump se ha adherido a una serie de condiciones proactivas para que la conducta que generó esta petición no se produzca en el futuro”, dijo la juez. “Por esta razón, me niego a otorgar daños y perjuicios”.

Letitia James, fiscal general de Nueva York, había solicitado una restitución de US$2,8 millones más intereses, pero la juez dictaminó que una cantidad menor se justificaba porque el dinero que la campaña de Trump distribuyó de manera incorrecta finalmente había llegado a causas benéficas. Aún así, James acogió el fallo.

Nueva York ha argumentado que ni Trump ni sus tres hijos mayores, de los cuales todos tenían cargos superiores en la Fundación Donald J. Trump, han proporcionado evidencia que refute las afirmaciones del estado de que no se reunieron como junta, no supervisaron la concesión de subvenciones ni implementaron políticas para proteger todo abuso de los fondos de la caridad.

Uno de los reclamos clave de Nueva York surgió del uso que hizo la Fundación Trump de una recaudación de fondos en 2016 en Iowa para recaudar dinero que finalmente fue distribuido por la campaña para fines políticos.

Trump, quien afirma que el caso tiene motivaciones políticas, acordó cerrar la fundación bajo un acuerdo que otorga a James la supervisión de cómo se distribuirán los fondos restantes de la organización.

Bloomberg

La compra imposible para Donald Trump

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No hay dinero para el muro que sirva de contención a la inmigración de Centroamérica y México hacia territorio estadounidense, tal como lo prometió Donald Trump en su campaña camino a la Casa Blanca. Sin embargo, al mandatario de los Estados Unidos se le ocurrió plantear un debate sobre la posibilidad de comprar Groenlandia, así como Andrew Johnson le compró Alaska al Imperio Ruso en 1867.

Hay una diferencia fundamental entre los inquilinos número 17 y número 45 de la Casa Blanca. Johnson le hizo el ofrecimiento a Rusia en tiempos en los que era habitual comprar territorios completos (el presidente dominicano Buenaventura Báez trató de vender la Bahía de Samaná), pero Trump propuso un negocio geopolítico que en la actualidad podría interpretarse como un irrespeto.

Dinamarca se ríe en su cara

Pero la primera ministra de Dinamarca tomó como un chiste el ofrecimiento de “transacción inmobiliaria” de Trump, quien antes de ser presidente era (y sigue siendo) un empresariado acostumbrado a resolver sus aspiraciones con papeleta.

Mette Frederiksen lo dejó bien claro: Groenlandia no es danesa, es groenlandesa, en alusión al acuerdo de Estado libre- asociado que tiene su nación con la isla más grande del planeta, ubicada entre los océanos Atlántico y Ártico, cuya población asciende a 56,000 habitantes.

No es descabellada la idea de comprar Groenlandia. El Polo Norte se ha convertido en la nueva frontera imperial de las grandes potencias, las cuales observan las reservas de agua, petróleo y gas como recursos estratégicos. También la ubicación geográfica confiere ventajas en la instalación de armas de largo alcance.

El plan de Trump de “anexar” Groenlandia presenta una interrogante, ¿de dónde iba Trump a sacar el dinero, cuando fue una batalla congresual la aprobación de fondos del Pentágono para hacer “la muralla mexicana”?

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Posible destitución de presidente Trump se duplica en 42%

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La última controversia del presidente Donald Trump disparó las probabilidades de un “impeachment”, o juicio político, en su contra entre los apostadores en los mercados predictivos en línea.

La polémica saltó después de una filtración anónima que reveló que Trump instó al líder de Ucrania a investigar al exvicepresidente Joe Biden, y posible rival de Trump en las elecciones del próximo año, a cambio de ayuda militar.

El mandatario estadounidense admitió que habló de Biden, su homólogo ucraniano, y ha prometido publicar la conversación para acallar las críticas.

Mientras que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, anunció que su partido promoverá un proceso de ‘impeachment’, algo a lo que la propia Pelosi llevaba meses resistiéndose.

El precio actual equivale a una probabilidad del 42% de que la Cámara vote para dirigir los cargos, el primer paso para destituir a Trump de sus funciones.

Es poco probable que el ‘impeachment’ tenga éxito teniendo en cuenta la división política del país y el control republicano del Senado. Los demócratas necesitarían un difícil éxodo de republicanos que voten a favor del ‘impeachment’. Sin embargo, no es imposible.

Bloomberg

Trump dice que acuerdo con China será más duro si gana en 2020

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este martes que si no se llega a un acuerdo comercial con China antes de las elecciones, este será menos ventajoso para Pekín si logra ganar la elección del próximo año.

“Piensen en lo que le sucederá a China cuando gane”, dijo Trump en un tuit el martes. “¡El trato sería MUCHO MÁS DURO!”

Trump dijo en su tuit que “nos está yendo muy bien en nuestras negociaciones con China”, sin ofrecer detalles. Dijo que está seguro de que a China “le encantaría negociar con una nueva administración”.

El tuit se produce mientras funcionarios chinos y estadounidenses se esfuerzan por acordar el cronograma para una reunión planificada este mes, después de que Washington rechazara la solicitud de Pekín de retrasar los aranceles que entraron en vigencia durante el fin de semana, según personas familiarizadas con las discusiones.

A pesar de los esfuerzos de Trump para calmar los mercados financieros y describir los avances de las conversaciones, las dos potencias económicas más grandes del mundo aún no han acordado los términos básicos de los nuevos compromisos, con desconfianza en ambos lados.

Trump dijo en Twitter en junio que el demócrata Joe Biden sería “el candidato ideal de China, porque no habría más aranceles”. Biden dijo en julio que los aranceles de Trump están “aplastando a los agricultores estadounidenses” y que EE.UU. debe ser “duro e inteligente” para tratar con China.

Bloomberg

Lee también: China dice que responderá si Estados Unidos insiste en aumentar tensión comercial

La nueva guerra fría se pela con tecnología

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en 2017, los funcionarios en Beijing vieron a un hombre de negocios pragmático: argumentaron que todo ese discurso fuerte de campaña fue simplemente una táctica de negociación, no creencias profundamente arraigadas.

Sin embargo, más de dos años después, el presidente Xi Jinping se encuentra al borde de una nueva Guerra Fría que su gobierno ve avivada por los ideólogos más agresivos respecto a China en Washington. Lo que es peor, la opinión de que China es un competidor estratégico que debe ser frustrado a toda costa está reuniendo partidarios en todo el espectro político de EE. UU. cada día.

A medida que Trump continúa aumentando las apuestas con amenazas de paralizar a Huawei Technologies Co. y otras compañías sobre lo que EE. UU. asegura son riesgos de seguridad nacional en aumento, los funcionarios en Beijing están sopesando sus opciones para responder. Están avivando el sentimiento antiestadounidense y elaborando planes de contingencia para rescatar a Huawei, al tiempo que siguen pidiendo un diálogo para resolver la disputa.

“No creo que haya una estrategia clara que se transmita a través del sistema”, afirma Ether Yin , socio de Trivium China, una consultora con sede en Beijing. “Por un lado, los medios del partido están avivando el nacionalismo, pero los funcionarios todavía están bastante limitados en sus críticas a EE. UU.”.

“Difícil saber”

Esa vacilación se debe a la incertidumbre sobre si Trump está simplemente incrementando las amenazas antes de llegar a un acuerdo, o si EE. UU. busca fundamentalmente frenar el ascenso de China como una superpotencia global. Es una pregunta que incluso los expertos en políticas de Washington tienen dificultades para responder.

“Es muy difícil saber si el esfuerzo para lidiar con Huawei es simplemente un problema de seguridad nacional o una táctica de negociación para avanzar en las negociaciones comerciales”, asegura Scott Kennedy, director del Proyecto de Economía Política y Empresarial China en CSIS en Washington, quien se encontraba en Beijing el mes pasado, cuando el Departamento de Comercio colocó a Huawei en una lista de entidades. La lista prohíbe a las compañías estadounidenses proporcionar tecnología crítica a Huawei sin una licencia de exportación.

“Podría ser que el NSC esté de acuerdo con las conclusiones de que el único Huawei seguro es un Huawei muerto, pero también están interesados en resolver la disputa comercial”, agregó Kennedy, refiriéndose al Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., liderado por el defensor de un enfoque más agresivo hacia China, John Bolton.

Desde que las conversaciones comerciales se rompieron a principios de mayo, la administración Trump ha desatado una serie de medidas que equivaldrían a contener a China. Además de los movimientos contra Huawei, que potencialmente podrían reducir su capacidad para ayudar a los países de todo el mundo a implementar redes móviles 5G críticas, EE. UU. también está considerando cortar el acceso a tecnología estadounidense vital a cinco compañías chinas que lideran el mundo en video vigilancia.

La respuesta de China hasta ahora ha sido en gran parte retórica. Los diplomáticos han criticado a EE. UU. por la “intimidación”, y los medios estatales han llamado a la disputa comercial “guerra popular”. El sentimiento antiestadounidense está aumentando en las redes sociales, con una canción viral que declara: “Si el perpetrador quiere pelear, lo venceremos”.

Xi lanzó a finales de mayo una amenaza velada cuando visitó una planta de procesamiento de tierras raras, una señal para Trump de que China puede restringir las ventas de los elementos utilizados en todo, desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos. También pidió una “nueva Larga Marcha”, recordando las luchas del Partido Comunista en la década de 1930 que prepararon el escenario para el ascenso de Mao Zedong al poder.

El gobierno de China está elaborando planes para rescatar a Huawei si es necesario, de acuerdo con una persona familiarizada con las discusiones sobre cómo responder a las amenazas a la compañía. Una opción es ofrecer asistencia financiera a Huawei, según la persona, quien agregó que aún no se ha decidido nada.

“El gobierno chino probablemente esperará a ver si hay más provocaciones de la administración Trump, pero ciertamente está enviando algunas señales”, afirma Wang Dong, secretario general de Pangoal Institution, un centro de estudios con sede en Beijing, el cual ha servido como delegado chino en conferencias internacionales de seguridad. “Todo el concepto de que la administración Trump puede hacer cosas como dañar a Huawei sin salir perjudicada es absolutamente impreciso”.

Los movimientos de Trump contra Huawei son parte de una competencia de grandes potencias que está surgiendo con China, la cual se encuentra explicada en su Estrategia de Seguridad Nacional de 2017. El enfoque esencialmente equipara la seguridad económica con la seguridad nacional.

Más preocupaciones

A pesar de cierta renuencia inicial, cada vez más países europeos están llegando a la opinión de EE. UU. de que deberían evitar la incorporación de equipos Huawei en las redes 5G debido a los riesgos de seguridad que plantea la tecnología china, según un funcionario de la administración que pidió no ser identificado.

Las preocupaciones de seguridad de EE. UU. sobre Huawei y las prácticas comerciales chinas no son nuevas. La administración Obama comenzó a dar alarmas sobre las amenazas potenciales planteadas por la compañía con sede en Shenzhen, al menos desde 2010. Un informe publicado en 2012 por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes calificó a Huawei y ZTE Corp. como posibles amenazas de seguridad, diciendo que su hardware podría ser modificado para permitir una vigilancia generalizada.

La compañía ha negado durante mucho tiempo que ayude a Beijing a espiar a otros gobiernos o empresas.

Este contenido fue publicado en la revista Market Brief del grupo editorial Mercado Media Network. Para leer más sobre éste y otros interesantes artículos suscríbete a través de http://www.revistamercado.do/suscripciones/

La nueva guerra fría se pelea con tecnología

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en 2017, los funcionarios en Beijing vieron a un hombre de negocios pragmático: argumentaron que todo ese discurso fuerte de campaña fue simplemente una táctica de negociación, no creencias profundamente arraigadas.

Sin embargo, más de dos años después, el presidente Xi Jinping se encuentra al borde de una nueva Guerra Fría que su gobierno ve avivada por los ideólogos más agresivos respecto a China en Washington. Lo que es peor, la opinión de que China es un competidor estratégico que debe ser frustrado a toda costa está reuniendo partidarios en todo el espectro político de EE. UU. cada día.

A medida que Trump continúa aumentando las apuestas con amenazas de paralizar a Huawei Technologies Co. y otras compañías sobre lo que EE. UU. asegura son riesgos de seguridad nacional en aumento, los funcionarios en Beijing están sopesando sus opciones para responder. Están avivando el sentimiento antiestadounidense y elaborando planes de contingencia para rescatar a Huawei, al tiempo que siguen pidiendo un diálogo para resolver la disputa.

“No creo que haya una estrategia clara que se transmita a través del sistema”, afirma Ether Yin , socio de Trivium China, una consultora con sede en Beijing. “Por un lado, los medios del partido están avivando el nacionalismo, pero los funcionarios todavía están bastante limitados en sus críticas a EE. UU.”.

“Difícil saber”

Esa vacilación se debe a la incertidumbre sobre si Trump está simplemente incrementando las amenazas antes de llegar a un acuerdo, o si EE. UU. busca fundamentalmente frenar el ascenso de China como una superpotencia global. Es una pregunta que incluso los expertos en políticas de Washington tienen dificultades para responder.

“Es muy difícil saber si el esfuerzo para lidiar con Huawei es simplemente un problema de seguridad nacional o una táctica de negociación para avanzar en las negociaciones comerciales”, asegura Scott Kennedy, director del Proyecto de Economía Política y Empresarial China en CSIS en Washington, quien se encontraba en Beijing el mes pasado, cuando el Departamento de Comercio colocó a Huawei en una lista de entidades. La lista prohíbe a las compañías estadounidenses proporcionar tecnología crítica a Huawei sin una licencia de exportación.

“Podría ser que el NSC esté de acuerdo con las conclusiones de que el único Huawei seguro es un Huawei muerto, pero también están interesados en resolver la disputa comercial”, agregó Kennedy, refiriéndose al Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., liderado por el defensor de un enfoque más agresivo hacia China, John Bolton.

Desde que las conversaciones comerciales se rompieron a principios de mayo, la administración Trump ha desatado una serie de medidas que equivaldrían a contener a China. Además de los movimientos contra Huawei, que potencialmente podrían reducir su capacidad para ayudar a los países de todo el mundo a implementar redes móviles 5G críticas, EE. UU. también está considerando cortar el acceso a tecnología estadounidense vital a cinco compañías chinas que lideran el mundo en video vigilancia.

La respuesta de China hasta ahora ha sido en gran parte retórica. Los diplomáticos han criticado a EE. UU. por la “intimidación”, y los medios estatales han llamado a la disputa comercial “guerra popular”. El sentimiento antiestadounidense está aumentando en las redes sociales, con una canción viral que declara: “Si el perpetrador quiere pelear, lo venceremos”.

Xi lanzó a finales de mayo una amenaza velada cuando visitó una planta de procesamiento de tierras raras, una señal para Trump de que China puede restringir las ventas de los elementos utilizados en todo, desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos. También pidió una “nueva Larga Marcha”, recordando las luchas del Partido Comunista en la década de 1930 que prepararon el escenario para el ascenso de Mao Zedong al poder.

El gobierno de China está elaborando planes para rescatar a Huawei si es necesario, de acuerdo con una persona familiarizada con las discusiones sobre cómo responder a las amenazas a la compañía. Una opción es ofrecer asistencia financiera a Huawei, según la persona, quien agregó que aún no se ha decidido nada.

“El gobierno chino probablemente esperará a ver si hay más provocaciones de la administración Trump, pero ciertamente está enviando algunas señales”, afirma Wang Dong, secretario general de Pangoal Institution, un centro de estudios con sede en Beijing, el cual ha servido como delegado chino en conferencias internacionales de seguridad. “Todo el concepto de que la administración Trump puede hacer cosas como dañar a Huawei sin salir perjudicada es absolutamente impreciso”.

Los movimientos de Trump contra Huawei son parte de una competencia de grandes potencias que está surgiendo con China, la cual se encuentra explicada en su Estrategia de Seguridad Nacional de 2017. El enfoque esencialmente equipara la seguridad económica con la seguridad nacional.

Más preocupaciones

A pesar de cierta renuencia inicial, cada vez más países europeos están llegando a la opinión de EE. UU. de que deberían evitar la incorporación de equipos Huawei en las redes 5G debido a los riesgos de seguridad que plantea la tecnología china, según un funcionario de la administración que pidió no ser identificado.

Las preocupaciones de seguridad de EE. UU. sobre Huawei y las prácticas comerciales chinas no son nuevas. La administración Obama comenzó a dar alarmas sobre las amenazas potenciales planteadas por la compañía con sede en Shenzhen, al menos desde 2010. Un informe publicado en 2012 por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes calificó a Huawei y ZTE Corp. como posibles amenazas de seguridad, diciendo que su hardware podría ser modificado para permitir una vigilancia generalizada.

La compañía ha negado durante mucho tiempo que ayude a Beijing a espiar a otros gobiernos o empresas.

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Para el próximo G7 Trump ofrece su lujosa propiedad en Miami

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que no espera ganar dinero si el país organiza el próximo año la cumbre del Grupo de los Siete en su complejo de golf Trump Doral, pese a que dio un extenso discurso de ventas en que ofrecía celebrar la cumbre en su propiedad de Miami.

«Cada país puede tener su propia casa de campo o chalé» si la cumbre se realiza en Doral, sostuvo Trump el lunes al final de la cumbre del G7 en Biarritz, Francia. A EE.UU. le toca el siguiente turno para organizar la cumbre anual de líderes mundiales, que se realizará en medio de la campaña presidencial de 2020.

«No quiero ganar dinero», indicó Trump, quien también señaló que pierde entre US$3.000 millones y US$5.000 millones solo por desempeñarse como presidente.

El lunes temprano, Trump señaló las ventajas de celebrar una cumbre mundial en el soleado estado de Florida. «Es muy grande», y es Miami, «por lo que es un área genial». El mandatario le dijo a la canciller alemana, Angela Merkel, que estaba sentada a su lado, que el viaje en helicóptero desde el aeropuerto hasta el lugar solo demoraba tres minutos.

«A la gente realmente le gusta», dijo Trump.

El presidente ya ha tenido conflictos con expertos en ética y ha enfrentado una serie de demandas por su continua participación en algunos de sus negocios privados, como el Trump International Hotel, en Washington. Organizar una cumbre mundial en una de sus propiedades le significaría una serie de nuevas acusaciones por mezclar sus intereses financieros privados con su cargo público como mandatario.

A continuación la rueda de prensa ofrecida por los presidente Donald Trump y Emmanuel Macron en la parte final de la Cumbre del G7

Lee también:  Las conclusiones de la Cumbre del G7

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Negociaciones comerciales entre EEUU-China iniciarán “muy pronto”, según Trump

El presidente Donald Trump dijo este lunes que Estados Unidos y China reiniciarán “muy pronto”las negociaciones comerciales en medio de una rueda de prensa en la cumbre del G7 celebrada en Biarritz al suroeste de Francia.

Trump dijo a los medios que “China nos llamó ayer por la noche, nos dijo regresamos a la mesa de negociaciones; así que vamos a volver”.

La guerra comercial que ambas naciones llevan se endureció el pasado viernes, luego de que el gigante asiático anunciará aranceles a los productos estadounidenses por un valor de 75.000 millones de dólares, los cuales según el Ministerio de Comercio chino, éstos entrarán en vigor en septiembre y diciembre.

Agencia

Lee también: China dice que responderá si Estados Unidos insiste en aumentar tensión comercial

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Trump: Estados Unidos está “muy lejos de una recesión”

El presidente Donald Trump expresó que los Estados Unidos está “muy lejos de una recesión” en el momento en que varios indicadores alertan de un posible deslizamiento de la mayor economía del mundo a un corto plazo.

Según una encuesta publicada el pasado domingo, por la Asociación Nacional de Economistas de Negocios (NABE) al menos tres cuartas partes de los economistas estadounidenses esperan una recesión para el 2021.

A pesar de estos resultados y de las palabras dichas, Trump dijo que contempla todas las estrategias y que podría considerar un recorte de impuestos a las ganancias de capital indexándolos a la inflación.

Agencias

Lee también: La Fed podría rebajar las tasas de interés de los Estados Unidos

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