Javier Díaz-Giménez (Iese): “El populismo tiene un relato y sólo lo puedes frenar con otro mejor”

Javier Díaz-Giménez es profesor ordinario de economía de la escuela de negocios Iese. El experto ha sido asesor del Ministerio de Industria español y también de la Oficina Económica del Presidente. Díaz-Giménez opina que “la relación entre Reino Unido y Europa ha sido históricamente complicada y con reticencias” y que el Brexit es una consecuencia, no una causa. ¿La lección del Brexit? “No se te ocurra jamás convocar un referéndum en una democracia participativa”, exclama.

Pregunta: El Brexit ha abierto una puerta a dar marcha atrás a muchas cosas, reactivando entre ellas el proteccionismo ¿Se trata de un punto de inflexión?

Respuesta: No hay que entender el Brexit como una causa, sino como una consecuencia. La relación entre Reino Unido y Europa ha sido históricamente complicada y con reticencias. El proyecto europeo al final es el de Francia y Alemania, que son los dueños del euro.

P.: ¿Qué cambiará en el mundo después del Brexit?

R.: Fuera de Reino Unido hay un espacio más grande que el propio Reino Unido. Transcurridos varios meses, Europa y Reino Unido se sentarán y negociarán un acuerdo comercial que tendrá que definirse. El Brexit puede ser una bendición encubierta porque los países que estén planteándose una réplica van a ver las ventajas o no de estar en la Unión Europea. Por su parte, la respuesta de la Unión Europea puede acelerar el proceso integrador.

P.: ¿La globalización se puede revertir?

R.: Sí. De hecho, la Segunda Guerra Mundial revertió la primera oleada de globalización. Si los conflictos bélicos o comerciales se agravan entonces se puede revertir. Obviamente, cuánto más se integran las cadenas de valor, los costes son más elevados.

P.: ¿El modelo de Unión Europea está ante una situación crítica?

R.: La Unión Europea es la decisión de Francia y de Alemania de asociarse. Siempre ha habido una Europa del Norte que jamás va a poder ser independiente de Alemania desde un punto de vista económico. España, por su parte, va de la mano de Francia. Reino Unido nunca no ha estado completamente integrado en el proyecto europeo. En el medio plazo no alcanzo a imaginar que Reino Unido no vaya a tener una estrecha relación comercial con Europa.

P.: ¿Puede haber efecto contagio en otros países?

R.: Todo depende de cómo le vaya a Reino Unido, nadie lo sabe.

P.: Trump, Bolsonaro, el Brexit… ¿Es todo culpa del desencanto por la crisis?

R.: Hay que separar lo que son tendencias de lo que son fluctuaciones. Lo que nos va a llevar de hoy a 2030 es una combinación de ambas. Es importante el cambio de liderazgo en el planeta, que China esté adelantando a Estados Unidos o que Asia adelante a América del Norte y a Europa es tendencial. Alrededor de todo eso hay perturbaciones, como la Guerra del Golfo o la crisis económica de 2008. Lo que ha generado el descontento, que se ha manifestado en Trump, Bolsonaro, el Brexit o Le Pen, es la consecuencia de la globalización y las tecnologías. Un caldo de cultivo idóneo para los populismos si se potencia con las redes. La lección del Brexit es no se te ocurra jamás convocar un referéndum en una democracia representativa.

P.: ¿Qué impacto tiene el Brexit en el escenario geopolítico? ¿Se puede abrir un nuevo bloque?

R.: Si tuviera que montar un bloque lo haría con Estados Unidos o con China. Reino Unido va a negociar en una posición de extrema debilidad con cualquiera. ¿Va a revivir la Commonwealth? No hay que olvidar que son las antiguas colonias de Reino Unido.

P.: La Ocde alerta de que Reino Unido podría entrar en recesión en 2020 si se produce un Brexit sin acuerdo. ¿Cómo va a impactar económicamente y qué sectores van a ser los más afectados en Reino Unido?

R.: La posibilidad de que haya una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) es real, pero importa mucho más cuál será la tasa de crecimiento a medio plazo. La afectación dependerá de lo que hagan Reino Unido y Europa al día siguiente de la activación del Brexit.

P.: ¿Qué impacto económico tiene el Brexit para la Unión Europea?

R.: Siempre va a haber unos costes de ajuste. En Calais, por ejemplo, van a haber ahora más pernoctaciones. Hay una especie de tremendismo en el corto plazo y falta de perspectiva histórica en muchas de las discusiones. Reino Unido se va a marginalizar más. No veo que vaya a suceder una tragedia griega.

P.: ¿Qué economías pueden verse beneficiadas con el Brexit?

R.: Dublín, Frankfurt o París pueden ser las ciudades donde se hagan nuevas inversiones. Aunque es cierto que no se cierra la city de un día para otro, muchos inversores van a poner a Reino Unido en modo espera.

P.: Si usted tuviera que invertir hoy, ¿dónde lo haría? ¿Europa, Estados Unidos, China u otros países?

R.: Dublín, aunque invertiría en una cartera diversificada. No hay que olvidar que Europa está cada vez más marginada en el concierto global. El crecimiento del planeta va a seguir estando en Asia.

P.: ¿Qué medidas debería tomar Europa para que no se produzca un segundo Brexit?

R.: Europa es mejorable y quizás ha llegado el momento de plantear una reformulación. O vamos hacia una confederación, avanzando en el proyecto de integración, nos quedamos como estamos o nos quedamos pasmados viendo si alguien saca los pies del tiesto.

P.: ¿Se están tomando medidas para frenar el populismo?

R.: No hay manera de frenarlo. El populismo tiene un relato y sólo lo puedes frenar con otro relato que ofrezca una alternativa mejor.

‘Deal, no deal’: la quinta mayor potencia mundial busca un futuro ‘post Brexit’

Uno de los matrimonios más prósperos del planeta se divorcia y toca hacer cuentas. Pero no será fácil. De un lado, Reino Unido, la quinta mayor potencia del mundo, que rompe con el socio al que destina el 46% de sus exportaciones. Del otro, la Unión Europea, rota por primera vez y huérfana de su segundo mayor contribuidor. Nunca antes la globalización ha dado un paso atrás tan decidido y tan trascendente sin haber una guerra de por medio y su impacto, todavía incierto, amenaza con llegar a todo el globo.

Reino Unido es una de las pocas potencias mundiales que lleva dos siglos en el ránking global. Ya en 1820, el país era la tercera mayor economía del mundo, y en el siglo XIX la revolución industrial la reivindicó como una de las más dinámicas del planeta.

En 2000, perdió el bronce ante el avance de las economías emergentes, pero hoy continúa ostentando el quinto puesto, con un Producto Interior Bruto (PIB) de 2,62 billones de dólares. Su PIB per cápita, por su parte, es el vigésimo tercero mayor del mundo, con 39.735 dólares. El país alberga, además, la City, en Londres, el principal polo financiero del mundo junto con Wall Street.

Reino Unido es una economía desarrollada y el 75% de su PIB procede del sector servicios. Los sectores más importantes del país son el comercio, el transporte y la hostelería y la restauración, con un peso del 17,9%. Le siguen la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales, con un 17,5% y la industria, con un 14,1%.

El país no fue miembro de la Unión Europea (entonces Comunidad Europea) hasta 1973, en el marco de la primera ampliación del mercado común, cuando se adhirieron también Irlanda y Dinamarca. La pareja siempre fue más de conveniencia que de amor por el proyecto común: de hecho, ya en 1975 los británicos acudieron a las urnas en un primer referéndum sobre el Brexit que, en aquella ocasión, salió favorable a la permanencia. Reino Unido tampoco entró nunca en el euro, lo que le permitió mantener cierta independencia financiera y, sobre todo, en la regulación monetaria.

Sin embargo, en estos más de cuarenta años de matrimonio, la dependencia de ambos mercados se ha incrementado, especialmente en lo que se refiere a comercio exterior. El mercado intracomunitario es el principal destino de las exportaciones de Reino Unido, copando un total el 47%.

 

La dependencia es mayor en las importaciones: el 53% de las compras de Reino Unido al extranjero procede de Estados miembro de la Unión Europa, siendo Alemania su mayor proveedor, con un 14% del total.

Sin embargo, el país ha reforzado también su alianza con otro mercado próximo culturalmente, Estados Unidos. De hecho, la mayor potencia mundial es el primer cliente exterior del país, con un 13% de las exportaciones, frente al 10% de Alemania, y el segundo proveedor, con un 10%.

La Unión Europea pierde, además, a su segundo mayor contribuidor neto, es decir, que Reino Unido aporta más al mercado común de lo que recibe, con un déficit de 4.249 millones de euros en 2017, según los últimos datos disponibles.

En términos per cápita, el país ocupa la quinta posición, con una aportación neta por persona de 112,85 euros. En total, Reino Unido aportó 10.575 millones de euros al presupuesto de la Unión Europea en 2017, y recibió a cambio 6.326 millones.

Los ‘unknown unknowns’: y ahora, ¿qué?

Desde que se anunció el resultado del referéndum, son muchos los informes que, de uno y otro lado, se han elaborado sobre cuál será el escenario post Brexit. La mayoría coinciden en que Reino Unido será el más perjudicado de la ruptura, junto con la vecina Irlanda, pero todavía son muchos los unknown unknowns, factores que, por lo inédito del escenario, ni se plantean ahora mismo.

En cualquier caso, todo dependerá de si el Gobierno de Boris Johnson logra llegar, antes de que venza la próxima fecha límite, a un acuerdo con la Unión Europea para abandonarla de forma ordenada.

Esta incertidumbre ante un hecho tan decisivo ha comenzado ya a impactar en la economía del país. El PIB de Reino Unido se contrajo inesperadamente en el segundo trimestre del año, con una caída del 0,2%, en lo que supuso el primer descenso desde 2012. También los inversores han tomado posiciones: 275 firmas de la City han trasladado sus sedes sociales o abierto nuevas sedes fuera de Reino Unido, siendo Dublín la alternativa más frecuente.

De producirse una salida ordenada y una transición gradual hacia el nuevo escenario, los pronósticos no son demasiado pesimistas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) contempla que, en esta situación, la economía británica crecerá un 1,3% este año y otro 1,4% en 2020, frente al 1,4% de 2018.

De hecho, análisis de consultoras como Kpmg consideran que un acuerdo podría suponer un revulsivo inmediato a la economía británica, al despejarse las dudas que están motivando su enfriamiento.

En este sentido, Kpmg prevé un crecimiento del 1,5% en 2020, aunque apunta que “la ralentización global y las limitadas capacidades de reservas domésticas supondrán un freno para el país”.

Pero, ¿qué ocurre si no hay acuerdo? En ese caso, Reino Unido podría entrar en una recesión tan pronto como este año. Según la Office for Budget Responsibility (OBR), un organismo independiente vinculado al Gobierno del país, esta crisis podría ser similar a la vivida en la década de los noventa, pero no tan grave como la de 2009.

La recesión técnica se registraría en el último trimestre de este año y, para 2020, la caída sería ya del 2%, según las estimaciones elaboradas por el organismo el pasado julio. El paro, por su parte, se situaría por encima del 5%, frente al 3,8% actual.

La OBR asume también que el Banco de Inglaterra recortará los tipos de interés hasta el 0,2% para finales de 2020 para estimular la economía y que la libra se desplomaría inmediatamente un 10%. Ese fue exactamente el descenso que registró la moneda británica tras el referéndum sobre el Brexit, celebrado el 24 de junio de 2016.

La incertidumbre ante este hipotético escenario es tal que el Tesoro de Reino Unido ha desarrollado su propia operación secreta para planificar las contingencias civiles. Este plan, denominado Operación Yellowhammer, aborda cómo reaccionar si se interrumpieran, por una duración desconocida, transferencias financieras, movimiento de personas, comercio, aduanas o otras regulaciones.

Los informes coinciden en que los sectores más impactados serán el automóvil, el farmacéutico, la alimentación proveniente de la agricultura y la industria química. En todos los casos, se trata de sectores muy vinculados al comercio exterior, el mayor desafío al que se enfrenta el país post Brexit, haya o no haya acuerdo.

La Operación Yellowhammer es sólo uno de los tres escenarios en estudio, junto con operativo Kingfisher, que incluye un paquete de apoyo para empresas británicas en dificultades, y Black Swan, un escenario catalogado como desastre, según The Sunday Times.

La salida de la Unión Europea se produce en un contexto de creciente proteccionismo, por lo que es poco probable que se firmen a toda velocidad tratados bilaterales de libre comercio con las mayores potencias.

Con todo, ya se han tendido las primeras manos. En el marco de la reunión de los líderes del G7 el pasado agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió un gran tratado comercial con Reino Unido después de que abandone la Unión Europea. Su homólogo británico, Boris Johnson, advirtió que Estados Unidos sería un duro negociador y que él no apresuraría las conversaciones. 

Cronología del Brexit: una trituradora de plazos, compromisos y primeros ministros para la desconexión

El Canal de la Mancha conecta de forma rápida a Reino Unido con Europa, pero el país del té a las cinco siempre ha tenido tentaciones de mirar al otro lado, al Atlántico, en busca de esa “special relationship” con Estados Unidos. Una relación especial que muchos analistas califican más de supeditación, pero que pone en riesgo una visión atlántica de Occidente y en jaque la única idea que logró integrar países bajo una misma visión del mundo sin necesidad de violencia. Todo ello pese a que Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos entre 1913 y 1921, ya les recordó que “no somos primos y mucho menos hermanos”. Y, aun así, el 23 de junio de 2016 los británicos decidieron que valía la pena abandonar la Unión Europea (UE) para seguir en solitario.

El leave recibió el 51,9% de los votos, apenas cuatro puntos de diferencia con los partidarios del remain. Un resultado que evidencia la fragmentación de la sociedad, y que es el resultado de décadas de historia de un país tradicionalmente euroescéptico. Años después, parte de la Cámara de Representantes se muestra favorable a un Brexit sin acuerdo, y en la reflexión de cómo esta situación ha llegado a producirse es necesario ir mucho más allá de las causas coyunturales de la última gran recesión y las consecuencias de la globalización en la sociedad.

Reino Unido jamás se ha sentido completamente integrado en la UE. No empezó a formar parte de la Comunidad europea hasta 1973, y un año bastó para que el entonces primer ministro Harold Wilson pidiera renegociar los términos de entrada. Una década después, Margaret Thatcher entonó el célebre “I want my money back” (“quiero mi dinero de vuelta”) con el que consiguió reducir la aportación económica del país a la Comunidad Económica europea. En 1984 logró el cheque británico, un mecanismo de compensación para el país por las subvenciones agrarias que reciben sus aún socios comunitarios.

Proteccionismo y recelo hacia las política inmigratorias de la UE

En definitiva, desde los inicios Reino Unido se ha mostrado distante con la Unión, y prueba de ello es que han desestimado participar en las políticas de integración más potentes, como la creación del espacio aéreo Schengen o la moneda única. Son decisiones que ponían de relieve que el país siempre ha deseado operar por su cuenta y no limitar su sistema a las votaciones de 27 estados. A estos factores se suman los coyunturales, en los que se conjugan el alza del proteccionismo, el recelo hacia lo extranjero y el inicio de una era de introspección, que tan bien representa la política de Donald Trump en Estados Unidos, aliado tradicional de Reino Unido.

Este caldo de cultivo alimentó a los partidarios del Brexit, deseosos de que el país recuperara su soberanía completa y dejara de derivar competencias a Bruselas. Eran los mismos que entendían las políticas de integración y de libre circulación de la UE como una amenaza para sus puestos de trabajo y para su sistema educativo y sanitario. Ese contexto explica por qué el 23 de enero de 2013 David Cameron se comprometió a convocar un referéndum sobre la permanencia o salida de la UE si ganaba las elecciones de 2015, pese a no ser un entusiasta de la idea y desconocedor de que el pensamiento de Londres podría no ser compartido en las regiones que la desindustrialización de los ochenta dejó en el olvido.

Dicho y hecho. En mayo de ese año el Partido Conservador se hizo con la mayoría absoluta y sólo bastaron cinco meses para que la Cámara de los Comunes autorizara la convocatoria de referéndum para el 23 de junio de 2016. El a la desconexión aceleró un proceso que se antojaba complicado; la primera ficha en caer fue la de Cameron, que presentó su dimisión para que otra figura partidaria del Brexit asumiera el testigo. “Sigo creyendo que Reino Unido estaría más seguro y sería más fuerte y próspero dentro de la Unión Europea; pero los británicos han decidido seguir otro camino y necesitamos un nuevo primer ministro”, afirmó horas después de que trascendieran los resultados.

Theresa May asume el cargo y se posiciona a favor del Brexit duro

Al cese como jefe del Ejecutivo el 13 de julio de 2016 le siguió la designación de Theresa May como presidenta, que abrió un nuevo capítulo en el proceso de desconexión al mostrarse favorable a un Brexit duro. “Aunque estoy segura de que es posible llegar a un acuerdo positivo, también tengo muy claro que ningún acuerdo para Gran Bretaña vale más que un mal acuerdo”, afirmó el 17 de enero de 2017.

Dos meses más tarde, May envió una carta al presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, en la que activaba el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que iniciaba un proceso de divorcio que debía culminar con Reino Unido fuera de la Unión en un plazo de dos años, a más tardar, el 29 de marzo de 2019.

A partir del 31 de marzo 2017, empezó una primera fase de negociación que finalizó en diciembre y que supuso una pequeña victoria para la UE, ya que Reino Unido aceptó las condiciones que le planteó Bruselas al comprometerse a pagar la factura del Brexit, garantizar los derechos de los ciudadanos europeos, y alcanzar un pacto sobre la frontera con Irlanda. Esa fue la primera de las etapas convulsas que vivió May en el Gobierno, ya que, tras anticipar elecciones para reforzar su posición, salió más debilitada y el Partido Conservador perdió la mayoría en el Parlamento.

La segunda fase de negociación debilita aún más a May

La satisfacción de la primera ministra por haber superado la fase inicial de negociaciones duró poco; el 8 de junio de 2018, el negociador europeo Michel Barnier rechazó la propuesta británica para evitar una frontera rígida entre Irlanda del Norte, territorio británico, y la República de Irlanda, que forma parte de la UE. Desde Bruselas se alegó que el plan aduanero propuesto vulneraba el mercado interior europeo, lo que obligó a las partes a seguir conversando hasta alcanzar un acuerdo el 13 de noviembre de 2018.

El convenio no gustó a muchos, y generó un carrusel de dimisiones en el Ejecutivo de May, cada vez más aislada en su propio gabinete y más cuestionada en la Cámara de los Comunes. La tensión era tal que el 12 de diciembre fue sometida a una moción de confianza que superó por 200 votos favorables y 117 en contra. Con todo, el 9 de enero de 2019 el Parlamento aprobó una enmienda en la que se exigía un plan B de urgencia en el caso de que el acuerdo con Bruselas no fuera ratificado por la cámara baja. Era un mecanismo que vaticinó la negativa del Parlamento a aprobarlo, situación que volvió a repetirse el 12 de marzo.

La negativa del poder legislativo abocó al país a un periodo incierto en el que, o se prorrogaba el plazo de desconexión que estaba fijado para el 31 de marzo, o Reino Unido firmaría un Brexit duro. Dos meses después, Theresa May anunció su dimisión para el 7 de junio, Boris Johnson tomó el testigo, y aceleró el camino hacia una desconexión sin acuerdo. Hoy, es mucho más factible un Brexit a cualquier precio.

Johnson pide cerrar el Parlamento, pero la Cámara responde

La llegada de Johnson al número 10 de Downing Street intensificó el proceso hasta dejarlo en punto muerto. El primer ministro tomó el poder el 14 de julio y, tan solo un mes y medio después, pidió clausurar la Cámara de los Comunes para favorecer un Brexit sin acuerdo. Fue un movimiento arriesgado que acabó con parte de los tories y de la sociedad posicionándose en su contra. “Es un escándalo constitucional y un ataque contra el proceso democrático y los derechos de los parlamentarios”, afirmó John Bercow, presidente del parlamento británico.

El Tribunal Supremo ha declarado ilegal esa maniobra y el 31 de octubre se asoma como un nuevo deadline incumplido. Antes, el día 19, finaliza el plazo para encontrar un acuerdo en el Parlamento, y todo parece indicar que Johnson deberá pedir a Bruselas una nueva extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa. El primer ministro ya ha asegurado que no solicitará una prórroga, por lo que todo indica que la Cámara de los Comunes presenciará una nueva batalla entre parlamentarios. Mientras tanto, muchos añoran a Winston Curchill. Un hombre de Estado que tras la Segunda Guerra Mundial tenía claro cuál era el futuro: “Reino Unido es una parte integral de Europa, y nosotros debemos jugar nuestra parte en la reanimación de su prosperidad y grandeza”.

Javier Vello (EY): “Si el Brexit triunfa podría haber un impulso de proteger y fomentar lo ‘british’”

El retail afronta un escenario incierto en una de sus mecas globales. Javier Vello, socio de EY, responsable del área de consumo y retail para España, Italia y Portugal, reflexiona sobre el papel que Reino Unido tiene para la moda, porqué muchos han tropezado en su intento de conquistar el país y cuál podría ser el entorno tras el Brexit.

Pregunta: ¿Qué importancia tiene Reino Unido para el negocio de la moda?

Respuesta: Londres es un lugar clave para el retail en general. Si triunfas en Londres, tienes la posibilidad de ser una marca global; es como jugar en la Champions League. Es un hub de encuentro de muchas culturas, por lo que estar ahí te da un plus de globalidad. Es como estar en el aeropuerto más concurrido del mundo.

P.: ¿Hay vida más allá de Londres para la moda?

R.: Para abrir tiendas, no tiene sentido ahora. Yo esperaría al menos a ver qué ocurre con el Brexit, porque no sabes qué coste va a tener importar productos allí, en qué régimen estará el personal que contrates para hacer el desarrollo… En cualquier caso, hoy se puede llegar a todo el país gracias a Internet.

P.: A pesar de la incertidumbre, ¿continuará siendo un país interesante?

R.: Sí, porque en Reino Unido el gasto en moda es alto. Pero igual no necesitas tiendas para vender. En el caso concreto de Londres, tienes que pagar la ubicación, y es cara. ¿Compensa? Depende de donde lo incluyas en la cuenta de explotación: si bajo el epígrafe de marca o de generar ingresos. A veces un flagship store en Regent Street es el icono de la marca, pero tiene que poder pagarla.

P.: Varias compañías extranjeras han fracasado en el país. ¿Por qué?

R.: Hay que pensar muy bien a qué público te diriges: si al mercado inglés, o al mercado inglés extendido, incluyendo todas las personas que visitan Londres. Analizar cómo de competitiva es tu oferta comparada con la oferta local y entender los tres costes: producto, empleados y real estate. Si una marca, por ejemplo, no es de ubicaciones prime, entonces se dirige al mercado inglés puro en centros comerciales y en un entorno hipercompetitivo.

P.: Gran parte de las empresas locales de moda no pasan por su mejor momento. ¿Por qué?

R.: El consumo en Reino Unido se ha ralentizado, porque la gente no sabe qué va a pasar. Además, la libra se ha devaluado, pero ellos compran en dólares. Si no eres capaz de trasladar este sobrecoste al consumidor, y encima los clientes están más reactivos a comprar por todos los fantasmas que se le han contado sobre el Brexit, es lógico que las ventas y el beneficio caigan.

P.: ¿Se puede convertir Reino Unido en el Brasil europeo?

R.: De momento, en un mundo en el que estamos reduciendo cada vez más los aranceles, ellos los van a poner, tanto para entrar como para salir. Además, si el Brexit triunfa habrá también la necesidad de proteger y fomentar lo british. Como las empresas lo pasarán mal, puede que haya un movimiento de apoyarlas, consumir más local. Es un mercado para mirar con cierto reparo, siempre ha sido complejo, pero ahora hay que meter más incógnitas a la ecuación. 

El Brexit ‘amarga’ un dulce de 69.000 millones a la moda española

El Brexit amarga a la moda española la conquista del primer mercado europeo de la moda. Reino Unido siempre ha estado entre las primeras opciones para las empresas españolas del sector a la hora de salir al exterior. El país está más que consolidado como el quinto principal mercado para las exportaciones españolas de moda y, si bien hasta 2018, estas han marcado una evolución alcista, en los siete primeros meses de 2019 se percibe el parón, con un claro descenso de las ventas.

El tamaño del mercado británico de la moda es de 60.800 millones de libras (68.718 millones de euros), según la empresa de estudios de mercado Mintel. Este es uno de los principales atractivos del país para las empresas internacionales de este sector, aunque hay otros, como su popularidad como capital de la moda y su fortaleza turística. Londres, de hecho, continúa siendo uno de los enclaves estratégicos para el posicionamiento de una marca que aspire a ganar peso internacional.

En los últimos años, Reino Unido ha continuado siendo estratégico para la moda española. Entre 2013 y 2018, las exportaciones del sector al país crecieron un 36,5%. De los cinco principales mercados de destino, fue el que más creció en este periodo. En valores absolutos, las ventas españolas de moda al país pasaron de 1.048,7 millones de euros en 2013 a 1.431,9 millones de euros en 2018, según datos de Icex España Exportación e Inversiones.

El crecimiento interanual en estos cinco años ha sido positivo, aunque ha ido deshinchándose a medida que han ido pasando los años. En 2014, las ventas del sector a Reino Unidocrecieron un 9,24% respecto al año anterior; en 2015, lo hicieron un 6,8%; en 2016, un 6,4%; en 2016, un 4,8%, y en 2018, un 4,6%.

Sin embargo, en los últimos siete meses se ha evidenciado un frenazo en seco de las exportaciones españolas al país, registrando una caída del 8,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Entre enero y julio de 2018, en cambio, la tendencia fue la contraria, con un ascenso del 12,9%, el más alto desde antes de la crisis en este tramo de los siete primeros meses.

La mayoría de grupos españoles de moda con presencia internacional operan en la actualidad en Reino Unido. De todos ellos, el que tiene más vinculación con el país es Pepe Jeans, cuyos orígenes proceden de Londres. El grupo continúa mantiendo en el país una importante presencia con tiendas para reforzar su marca, así como una estructura en la ciudad, donde trabajan equipos de diseño y tiene su sede Hackett. 

Inditex, cuenta con 108 establecimientos en el país. El gigante gallego opera con todas sus cadenas, excepto con Oysho y Uterqüe y ha elegido este mercado para iniciar la integración de Zara y Zara Home. También fue en Londres donde Inditex experimentó con el retail por primera vez fuera de España con la apertura de un pop up store sólo para pedidos online.

El grupo ya ha anticipado que, una vez se lleven a cabo todas las acciones previstas, “no será significativo”, según se recoge en su informe semestral remitido el viernes al a Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv). 

Mango, por su parte, suma 46 establecimientos en el país después de subir la persiana a finales de 2018 a sus dos últimos. Sólo en Londres, la compañía catalana cuenta con doce puntos de venta. El país es también uno de los mercados estrella para otras marcas españolas como Camper o Pronovias, mientras que ha sido una de las piedras en el zapato de grupos como Tendam, que ha intentado sin éxito entrar en él varias veces, o Desigual, que cuenta sólo con un flagship store en el corazón de la capital.

Sin embargo, en los últimos meses algunas de las firmas españolas en el país han empezado a recular. El impacto del Brexit ha coincidido en el tiempo con la reestructuración de la distribución, dejando a muchos retailers fuera de juego. Scalpers y El Ganso, por ejemplo, han salido del mercado británico en sus respectivas estrategias de reordenación de redes de tiendas mientras han continuado avanzando por otros territorios.

No obstante, a pesar de estos vaivenes, el mercado británico continúa siendo clave para marcas pequeñas y medianas. Cóndor, por ejemplo, ha hecho de este territorio uno de sus puntales después de introducir sus calcetines infantiles entre la familia real. En la feria Pure London, una de las principales plataformas de acceso al mercado local, continúan participando una treintena de marcas. Alba Conde, Compañía Fantástica o Nice Things son algunas de ellas.

¿Cómo activar la Digital Key de tu nuevo BMW?

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Con la “Llave digital BMW (BMW Digital Key)” puedes bloquear, desbloquear y arrancar el vehículo o prestárselo a algún amigos y familia.

La función de la llave digital está disponible en dispositivos Samsung o con una tarjeta de clave digital. Para usar tu llave digital para arrancar el motor, siempre debe colocarse en la bandeja de carga inalámbrica del vehículo.

Para activar su “BMW Digital Key”, debe tener la llave de su vehículo con usted. La clave digital será reconocida.

Actívelo presionando “Activar clave digital” y su ‘Clave digital’ estará lista. Ahora puede arrancar el vehículo presionando el botón de Start/Stop.

El menú de como puede activar, desactivar o eliminar tu BMW Digital Key se puede encontrar en: El coche, Settings (Configuraciones), Doors/vehicle access (Puertas/acceso vehicular) y BMW Digital Key.

Mega Ricos

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Disrupciones tech que los CIO no pueden dejar pasar

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En la actualidad, es muy difÍcil imaginar cómo sería nuestra vida sin un smartphone. Y sin embargo, cuando el 9 de enero de 2007, Steve Jobs subió al escenario de la “Macworld Conference” para anunciar el lanzamiento del primer iPhone de la historia, pocos imaginaban en aquel momento el impacto que tendría una década después, o cómo la industria tecnológica empezaría a girar en torno a dispositivos de poco más de cinco pulgadas.

Y sí, antes del iPhone ya existían algunos teléfonos inteligentes, pero solo el iPhone supuso un lanzamiento auténticamente disruptivo. No ha sido, por supuesto, el único. Disruptivo fue el lanzamiento del Walkman de Sony, la presentación de la primera cámara Polaroid, la introducción del Open Source con Linux o el desarrollo del motor de reacción.

La consultora Gartnet plasmó en «Wilflful disruption: seven digital disruptions you might not see coming», un documento de que sin lugar a dudas, los CIO (directores de sistemas de información, por sus siglas en inglés) tiene que tomar nota.

Aquellos que son capaces de prever tendencias y mucho mejor, identificar aquello que puede ser disruptivo en el futuro tienen desde luego mucho ganado. Y buena parte del trabajo de consultoras como Gartner, se basa precisamente en eso. Actuando como óraculos modernos, agitando en una «bola de cristal» la información que ya tienen, las tendencias que intuyen y el comportamiento del mercado, intentan anticiparse a lo que viene.

Es esto último lo que precisamente la consultora acaba de plasmar en “Willful disruption: seven digital disruptions you might not see coming”. Un documento del que sin lugar a dudas, los CIO (director de sistemas de información, en su sigla en inglés) tienen que tomar nota.

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Nace un Nuevo concepto de circo

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Durante décadas, a los circos se les relacionaba con actos de animales, como elefantes, tigres, leones o caballos, pero eso poco a poco se fue terminado tras las denuncias de crueldad por parte de grupos protectores de animales.

Lo anterior derivó en el cierre de circos de tradición, como el caso de Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, que tras 146 años de actividad decidieron poner fin a sus operaciones en 2017, esto debido a la disminución de la venta de entradas y las batallas contra grupos activistas. Quizás casos como este hicieron que aquel concepto de circo cambie para siempre.

Muchos han aplaudido al Circo Roncalli por negarse a usar animales vivos en sus actos. En su lugar, han adquirido un equipo de tecnología punta 3D para que los niños puedan seguir aprendiendo y disfrutando del reino animal sin maltratarlos.

Existe una compañía circense que busca mantener viva la tradición de los actos con animales, pero sin levantar sospechas por posible maltrato animal.

Se llama Circus Roncalli y sus animales son hologramas 3D. El Circo Roncalli nació en Alemania en 1976. Para la década de 1990, los dueños del circo empezaron a disminuir las actuaciones con animales por decisión propia. A partir de 2018, la compañía eliminó por completo los actos donde participaban animales.

Con el objetivo de mantener vivo el negocio, ese 2018 la agencia de Roncalli, TAG/TRAUM, en cooperación con blueBOX se asoció con Optoma, una compañía especializada en audio y vídeo, para instalar 11 proyectores láser ZU850, que entre sus características está un contraste de 2,000,000:1 y la capacidad de mostrar efectos 3D. Y así es como nació su nuevo espectáculo.

Esta nueva forma de entretenimiento cambió los animales vivos por hologramas 3D para crear una experiencia completamente nueva y alucinante.

Se instaló una pantalla traslúcida alrededor del escenario, y se colocaron lentes de largo alcance BX-CTA03 a cada uno de los proyectores, lo que permite que se puedan colocar más lejos del escenario y así tener mayor flexibilidad dentro del circo. Las dimensiones del escenario son de 32 metros de ancho por 5 metros de profundidad, donde se garantiza una visibilidad de 360 grados para toda los asistentes. Ahí se proyectan imágenes holográficas de animales que actúan e interactúan con el resto de los actores y el público.

De esta forma, el Circus Roncalli se convirtió en el primero del mundo en incorporar hologramas 3D de animales en su show y busca dar un nuevo giro al concepto de “circo”, sin perder la rentabilidad y demostrar que el no tener animales no tiene porque terminar con su negocio.

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Créeme, tu cuenta de streaming no es una necesidad

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La clase media, donde entran las familias con ingreso medio (nada relacionado con abolengo social), a veces pierden de vista la línea que separa a las verdaderas necesidades de los lujos. Ante esa miopía de consumo, ese inconveniente de visión lo paga nuestro presupuesto que es el que termina estrellándose con todo.

Repasemos. Una necesidad se compone de elementos sin los cuales queda alterado el equilibrio de la vida y la persona. ¿Qué ocurriría si dejamos de comer, si nos echan de nuestra casa o nos roban toda la ropa? Por cuanto esto traería problemas, nos queda claro que necesitamos comida, techo y vestimenta.

Un lujo es aquello que sobrepasa nuestras necesidades, pero que tiene la facultad de mejorar nuestra sensación de bienestar o comodidad. ¿Necesitamos vivir en un pethouse, vestir de diseñador o comer en un restaurante con vista a la Torre Eiffel? Aunque necesitamos una casa, vestido y comida, el 99 % de la sociedad dominicana podría estar de acuerdo en que no necesitamos ir a París para saciar el hambre.

Ahora bien, las complicaciones están en los puntos medios. Quizás no vives en un penthouse, pero pudieras conseguir un departamento que paga RD$5,000 menos de renta, porque donde vives actualmente hay una habitación que no necesitas. Tal vez, si eres hombre, no te hacen falta ocho pares de zapatos. Si ya saliste a cenar ayer a aquel lugar de moda, de pronto puede ser un exceso financiero ir al lugar nuevo que viste en Instagram.

¿Más detalles? Si tu situación financiera es estrecha, tienes que elegir entre Netflix y Youtube Premium, o ver si quieres quedarte con tu cuenta de HBO Go o con la HuLu, porque si encima pagas por tu Spotify, la próxima serie de terror que verás será tu tarjeta de crédito cobrándote intereses.

El vehículo es otro objeto de culto que la clase media ha convertido en necesidad. ¿Necesita la familia dos vehículos en casa? Si los acreedores están tocando a la puerta, esa pregunta incómoda debe servirse con la ensalada.

Todos sabemos cuando la crisis va a llegar a nuestra casa: (1) cuando llega el estado de la tarjeta de crédito y no podemos pagarlo de inmediato, (2) cuando llega octubre aún debemos la inscripción de los muchachos en el colegio, (3) cuando visitamos el supermercado y la respiración se interrumpe ligeramente cuando estamos en la fila de la caja, (4) todas las anteriores, (5) otras de igual o peor calibre.

Cuando eso ocurre, el primer paso es separar los lujos de las necesidades y cortar los lujos por un tiempo, hasta que la sensación de control de las finanzas vuelve a nuestro pecho y a nuestro bolsillo.

¿Son buenos los lujos? Maravillosos, sobre todo cuando podemos pagarlos. Sí, tu cuenta de televisión por streaming también es un lujo, aprovecha este fin de semana para disfrutarlo con libertad, pero con consciencia.

Por: Carlos Arturo Guisarre

@cguisarre

Empresarios dominicanos protagonizarán el III Congreso Iberoamericano de CEAPI

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Los empresarios dominicanos, Felipe Vicini y Ligia Bonetti, acudirán al III Congreso Iberoamericano de CEAPI, que se desarrollará del 30 de septiembre al 2 de octubre en Madrid, para exponer en su experiencia empresarial junto con otros grandes líderes iberoamericanos.

El presidente ejecutivo de INICIA será el encargado de debatir junto con otro gran panelista como el presidente de La Liga española, Javier Tebas, y con el vicepresidente del COI, Juan Antonio Samaranch como moderador, en un panel bajo el título “Empresa y Deporte, una oportunidad de transformación social”.

Durante la celebración de esta mesa, Vicini profundizará principalmente su experiencia como presidente de la asociación sin ánimo de lucro “Creando Sueños Olímpicos (CRESO), una asociación que invierte en la educación de atletas de Alto Rendimiento de la República Dominicana.

Vicini es uno de los empresarios más influyentes de República Dominicana, ya que además de encabezar el Comité de Estrategia e Inversión de INICIA, forma parte de diferentes Consejos Directivos y preside distintas empresas que se catalogan como las más importantes del país.

Por su parte, la presidenta ejecutiva del Grupo SID, Ligia Bonetti, expondrá sus conocimientos en la jornada “Mujer y Empresa” en un panel denominado “Mujer y Compromiso Social” junto a otros líderes como Carmen Abondano de Dávila, cofundadora de DAABON (Colombia), Gina Magnolia Riaño, secretaria general de la OISS (Colombia), Marta Marañón, directora General Adjunta de Ayuda en Acción (España) o Sonia María Mancheno, Vicepresidente y fundadora de Fundación EL TRIANGULO (Ecuador).

Bonetti también será una de las ponentes en la mesa “La empresa familiar en la cuarta revolución industrial” en la que profundizará en conceptos como el emprendimiento y la creatividad y la necesidad de adaptar el modelo de negocio a las necesidades actuales de la sociedad.

Este panel contará con la participación de otros empresarios iberoamericanos como la presidenta de GFR Media (Puerto Rico), María Eugenia Ferré, el presidente del Grupo Roda (Bolivia), Cristóbal Roda, o el presidente de la Junta Directiva de COMPAS (Colombia), Gabriel Echavarría.

III Congreso Iberoamericano

El III Congreso bienal Iberoamericano CEAPI para Presidentes de Compañías y Familias Empresarias, que tiene como lema ‘Disrupción e Innovación’, es considerado como el mayor encuentro empresarial iberoamericano del año en España y se celebrará en Madrid entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre.

Las líneas maestras del Congreso CEAPI están pensadas por empresarios para empresarios, donde los panelistas son presidentes de los mayores grupos empresariales y miembros de familias empresarias iberoamericanas.

El programa, elaborado por CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica) y el Consejo Asesor de este Congreso, reunirá a los mayores decisores de la economía iberoamericana para que aborden cuestiones claves relacionadas con los sectores estratégicos de la economía, como la adaptación de las empresas en la cuarta revolución industrial, los Objetivos de Desarrollo Sostenible programados para la agenda 2030, la gestión de las empresas familiares y la oportunidad que ofrece la globalización, la incorporación de la robotización en las compañías, el avance de la era digital, entre otros temas relacionados con la actualidad. Asimismo, también se abordarán asuntos relacionados con los sectores de la educación, el arte o el deporte.

Cabe destacar que el III Congreso bienal Iberoamericano es un espacio creado para compartir y generar negocio con presidentes de las mayores compañías y miembros de familias empresarias iberoamericanas en un contexto globalizado en el que crear una red de contactos mundial es crucial. Así, tiene como objetivo apoyar la construcción de las relaciones de confianza entre los máximos decisores de las empresas de España y América Latina, contribuir al desarrollo de negocio y ser la voz de los empresarios para solucionar retos actuales.

El encuentro constará de varias partes. La jornada del 30 de septiembre estará dedicada a las nuevas generaciones de familias empresarias que marcarán los modelos económicos del futuro, donde se expondrán asuntos como la innovación en la empresa familiar, la globalización de los nuevos negocios, o el emprendimiento y la inversión. También serán protagonistas las mujeres líderes en el sector empresarial, que destacan por su contribución e impacto en el desarrollo empresarial y social de los países iberoamericanos. Debatirán acerca de los asuntos actuales más importantes, retos y papel de las mujeres en el presente y en el futuro. Este panel tiene como objetivo fortalecer el papel de la mujer en la región, así como sensibilizar y potenciar su actuación en la sociedad actual y de cara al futuro.

Durante el 1 y 2 de octubre, además de iniciarse los paneles principales, se establecerán mesas de negocio temáticas del Congreso CEAPI, encuentros ejecutivos a puerta cerrada y con la máxima confidencialidad en el que un grupo de máximo 25 empresarios, se reúne para comentar interés o posibilidades de colaboración frente a un negocio.

El Congreso Iberoamericano CEAPI también programa encuentros y actividades exclusivas, previas y posteriores al congreso que se convierten en oportunidades excelentes para fomentar el acercamiento y las relaciones entre los asistentes.

Sobre CEAPI

El Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica, CEAPI, es una organización constituida por presidentes de compañías iberoamericanas comprometidos con el Espacio Empresarial de la región cuyo principal objetivo es fomentar el desarrollo económico y social mediante el intercambio de experiencias, el estímulo a la inversión y la integración.

CEAPI nace con vocación de reforzar las relaciones en la región, apoyar a las empresas y crear vínculos de amistad entre los grandes líderes iberoamericanos.

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