La transformación del retail pasa también factura a Urban Outfitters. La compañía estadounidense cerró el primer semestre de su ejercicio fiscal (periodo concluido a 31 de julio) con un beneficio neto de 92,9 millones de dólares (83,7 millones de euros), un 30,6% menos que en los seis primeros meses de un año atrás, cuando situó sus ganancias en 134 millones de dólares (120,8 millones de euros).

La empresa explica la caída de su rentabilidad en los seis primeros meses del año por la extensión del periodo de rebajas, el incremento en los gastos logísticos y de las entregas, y por el descenso del tráfico en tienda. La compañía apunta también que la ampliación del periodo de descuentos fue consecuencia del bajo rendimiento de las marcas Anthropologie y Urban Outfitters.

Entre febrero y julio, Urban Outfitters ingresó 1.826,7 millones de dólares (1.647,3 millones de euros), un 1,1% menos que en el mismo periodo de 2018. Por marcas, Anthropologie y Free People continuaron tirando del negocio del grupo. La primera de ellas creció un 0,1%, hasta 749,2 millones de dólares (675,6 millones de euros), mientras que Free People avanzó un 1,1%, hasta 392,1 millones de dólares (353,5 millones de euros).

Las rebajas, los costes logísticos y la caída del tráfico en tienda penalizan el primer semestre de Urban Outfitters

Por el contrario, la cadena Urban Outfitters disminuyó un 4,3% las ventas, hasta situarlas en 671,8 millones de dólares (605,8 millones de euros). Por canales de distribución, tanto el monomarca como el multimarca contrajeron su negocio. El primero redujo sus ingresos un 0,9%, hasta 1.661,2 millones de dólares (1.498 millones de euros), mientras que el segundo los bajó un 3%, hasta 165,4 millones de dólares (149,1 millones de euros).

A lo largo del primer semestre, Urban Outfitters puso en marcha siete nuevas tiendas, tres de ellas de Anthropologie, otras tres de Free People y una de su cadena homónoma. El grupo, no obstante, cerró también otras cinco, dos de Anthropologie, una de Free People y otras dos de su cadena de restauración Beverage.

A 31 de julio, la compañía sumaba una red de 246 tiendas de Urban Outfitters, 228 de Anthropologie y otras 137 de Free People. El negocio de retail de la empresa continúa concentrándose en Estados Unidos, Canadá y Europa. En el canal multimarca, el grupo tiene presencia en 2.200 puntos de venta en todo el mundo.

Poco más de dos euros por unas bragas, seis euros por una camiseta y más de setenta por un traje de etiqueta. Esto es lo que cuesta hoy fabricar ropa en España. El país, que lucha por subirse a la ola de la relocalización, produjo el año pasado más de 35 millones de camisetas, aunque son los vestidos lo que más ingresos le aporta, con 371,1 millones de euros en 2018.

El año pasado, la facturación de las compañías de textil y confección alcanzó los 7.520 millones de euros, apenas un 1% más que el año anterior, lo que la situó como la industria menos alcista.

Textil y confección es, además, la más pequeña de todas las industrias que analiza la Encuesta Industrial de Productos, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En concreto, la industria de la moda apenas aporta el 1,8% a la facturación total del sector industrial. 

La mayor parte de sus ingresos proceden de la fabricación de vestidos (incluyendo de boda, comunión y vestidos pantalón), que se elevó un 6,7% el año pasado. Le siguen las camisas y blusas para mujer y las t-shirts y camisetas interiores en género de punto, tanto para uso masculino y femenino, con 315,8 millones y 209,8 millones de euros el año pasado, respectivamente.

En volumen, en cambio, las camisetas son las reinas, con una producción de 35,1 millones de unidades en 2018, por delante de camisas, con 30,5 millones y bragas, con más de 20 millones de unidades producidas el año pasado.

Pero ¿por cuánto se pueden conseguir estas prendas en las fábricas españolas? Entre las prendas con mayor volumen, las más baratas son bragas y sostenes, con un precio unitario de 2,29 euros y 5,55 euros.

Tampoco superan los diez euros los pantalones para hombre, en género de punto, con un precio de 8,56 euros por unidad. En la otra parte de la tabla se sitúan trajes, incluyendo los de etiqueta como esmoquin, frac y chaqué, con un coste de 71,77 euros cada uno.

Le siguen de lejos prendas exteriores como los impermeables, gabardinas, abrigos, capas o chaquetones para mujer, con un coste medio de 34,43 euros, y las chaquetas para hombre, con un coste de 31,64 euros. Con todo, estas tres son también las que más redujeron su coste el año pasado, con una caída de más de dos euros en cada caso respecto a 2017.

Las ventas de prendas para hacer deporte se incrementaron un 3,2% el año pasado

Los pantalones vuelven a tirar de la producción

Aunque la mujer continúa siendo la categoría estrella, por segundo año consecutivo los pantalones para hombre han sido el artículo que ha impulsado la producción, duplicando sus ventas hasta 44,5 millones de euros el año pasado.

También se incrementó la producción de vestidos, con un alza del 6,7%, y el de prendas para deportes, incluyendo chándales, que, en plena oleada del athleisure, incrementó sus ventas un 3,2%, llegando a 57,8 millones de euros. La facturación por camisas y polos para hombre, por su parte, repuntó un 2,5%.

En cambio, los ingresos se redujeron en todas las otras grandes categorías, especialmente en pantalones y bermuda de algodón para hombre (excepto denim) con un descenso del 13,5%, en chaquetas para hombre, con una caída del 8,8% y en impermeables y abrigos para mujer, uno de los artículos más caros y que retrocedió un 8,4%.

Denuncia con humor un nuevo caso de presunto plagio de Zara. La marca cubana Clandestina ha elaborado una camiseta con el lema Actually, Zarita tienes que parar para criticar que la cadena haya lanzado prendas con lemas e ilustraciones similares a los suyos.

Zara ha puesto a la venta camisetas con lemas Mentally, I am in Havana, Delete the drama o Under construction, muy parecidos a los que usa Clandestina: Actually, I’am in Havana, Se acabó el drama y País en construcción. A través de las redes sociales, las fundadoras de la firma cubana, Idania del Río y Leire Fernández, han denunciado en un vídeo estas similitudes.

“Qué descaro que una compañía tan grande tenga que hacer esto, copiar a gente mucho menor”, señala Del Río. La abogada de la empresa explica también que denunciar a la empresa es una posibilidad, pero implicaría entrar un procesos engorroso y costoso.

A pesar de que Inditex no tiene presencia en la isla, fueron sus propios clientes que identificaron estas similitudes en prendas de Zara en países como España y México y les alertaron. Clandestina, fundada en 2015 en La Habana Vieja, fue una de las pioneras en vender online en el país.