Durante los primeros años de vida de un bebé, sus neuronas forman nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, entre 700 a 1.000 por segundo, un ritmo que nunca se volverá a repetir. De estas conexiones dependerá el futuro del niño, por lo que es muy importante favorecer su correcto desarrollo neuronal desde el primer momento.
Los padres somos pieza clave en este desarrollo, y el doctor Manuel Antonio Fernández, neuropediatra y director del Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica, nos explica cómo podemos influir de manera positiva a través del contacto y las interacciones con nuestros hijos.
El doctor Fernández insiste en que no necesitamos ser expertos para estimular correctamente el desarrollo neurológico de nuestros hijos. Basta con ser consciente de la importancia que tiene que los niños desarrollen de forma natural su máximo potencial desde los primeros meses de vida, mientras disfrutamos a su lado.
Y es que las rutinas de nuestra vida diaria son el marco perfecto para incorporar actividades que refuercen el desarrollo neuronal de los niños, al tiempo que estrechamos el vínculo entre padres e hijos.
Según el neuropediatra, estos son los ámbitos rutinarios en los que los padres podemos actuar, propiciando un desarrollo positivo del cerebro de nuestros hijos:
Hora de comer: haz que sea un momento agradable
La alimentación infantil es una de las actividades a la que más tiempo dedicamos los padres durante los primeros meses de vida de nuestro bebé. Convertirla en una experiencia agradable y divertida para todos es la mejor manera de disfrutar juntos, al tiempo que favorecemos su desarrollo neuronal.
Para propiciar una experiencia agradable en la mesa, el doctor Fernández nos recomienda los siguientes consejos:
Actividad física: desde bebés y en compañía
Mover los músculos del cuerpo estimula su correcto funcionamiento y activa el sistema nervioso. Por ello, la actividad física es parte imprescindible para el correcto desarrollo neurológico del niño.
El neuropediatra nos ofrece los siguientes consejos para estimular físicamente a nuestros bebés:
«Si mientras son pequeños escogemos la práctica de ejercicios en los que los brazos queden libres al movimiento, estaremos favoreciendo las habilidades motoras de los miembros superiores. Mientras que si escogemos ejercicios con libertad de movimiento de las piernas, estaremos facilitando el inicio de los primeros pasos» – explica el doctor Fernández.
- Los músculos faciales son también muy importantes, y por ello no debemos olvidar trabajarlos con ejercicios de vocalización, expresiones y propiciando la masticación.
Contacto con otros niños: fuente de aprendizaje
A la hora de aprender hay muchas cosas que los niños adquieren más fácilmente imitando a otros niños que aprendiendo de los adultos. Por eso, el neuropediatra insiste en la importancia de fomentar el contacto social de nuestro hijo con otros niños, tanto de su misma edad como mayores y más pequeños.
«Al sentirse identificado con sus iguales, el niño estará estimulado y dispuesto a aprender cosas nuevas por imitación. Además, estar expuesto a situaciones que le aportan nuevas perspectivas y maneras de ser y actuar, ayudará a potenciar su desarrollo madurativo, a reconocer las emociones de los demás y a expresar sus propios sentimientos» – resume el neuropediatra.
Estimular sus emociones: clave para el desarrollo del cerebro
Lo emocional y lo social están presentes en la vida del niño desde el primer momento, por lo que el contacto con los demás no solo es una excelente fuente de aprendizaje, sino una forma de transmitirle mensajes, estimular las emociones y potenciar su desarrollo.
La educación emocional es clave en los primeros años de vida del niño. Por lo que no debe faltar una educación amorosa y respetuosa, el contacto físico y el diálogo.
«Hay algunas habilidades cognitivas, como la memoria a corto plazo, que requiere de un elevado componente emocional para desarrollarse al máximo. Precisamente por eso hay tanto interés en que el modelo educativo esté orientado al aprendizaje con emociones» – recalca el doctor Fernández.
Tiempo de juego: imprescindible en la vida del niño
Los juegos son también otra excelente fuente de aprendizaje. Hay juegos de todo tipo, aunque el doctor Fernández insiste en que no es tan importante el tipo de juego como la manera de desarrollarlo, propiciando las actividades divertidas, participativas y estimulantes para el niño.
«En algunos casos resulta recomendable el juego físico. En otras puede ser más interesante un juego mental. Cuando tu hijo es pequeño, cualquier cosa puede convertirse en un juego. Una luz, una sombra, una caja… Hay que conocer los gustos de cada niño para encontrar el tipo de actividad que más le apasiona, aunque lo importante es que juguemos con ellos a todo lo que podamos«.
Tiempo en familia: demuéstrale que es importante para ti
Pasar tiempo en familia también estimula el desarrollo neurológico infantil. El hecho de interactuar directamente con tu hijo, desde que es bebé, y hacerlo de una forma cariñosa, cercana, y directa, es positivo para ambos.
«Pasar tiempo en familia, en el sentido más amplio de la palabra, es fundamental. Da igual el tipo de familia que seas; lo que quiere y necesita un niño es cariño, cuidados, amor y tiempo con los suyos» – recuerda el doctor Fernández.
Así pues, el doctor Fernández nos aconseja liberar tiempo de nuestra agenda y dedicárselo a los hijos; pero no como una obligación, sino porque así lo deseemos. Al hacerlo, los niños se darán cuenta de que para nosotros son más importantes que el resto de cosas que tengamos que hacer y que pueden ser pospuestas.
Autoconocimiento y autopercepción: déjales que exploren
Los niños necesitan tener conciencia de sí mismos y de su entorno, tanto desde un punto de vista físico como emocional. Por eso, es importante enseñarles a reconocer las partes de su cuerpo, así como los cuerpos de los demás. A los niños les encanta tocarlo todo, tocar la cara, la barba, el pelo… Necesitan sentir las texturas de los objetos y las personas.
Los adultos debemos ejercer un papel intermediario entre ellos y el entorno, pues los niños esperan de nosotros estimulación:
«Nuestros hijos cuentan con nosotros para que los toquemos, los cojamos en brazos, los movamos o balanceemos, les demos apoyo para caminar… Somos los intermediarios con el entorno y las herramientas imprescindibles para sus fines. Por eso, debemos involucrarnos y ayudarles a alcanzar sus objetivos»
Hora de dormir: sin lágrimas y con besos
El neuropediatra insiste en que cuando llega la hora de irse a la cama, el niño debe hacerlo con sonrisas y caricias, pues este es otro de los aspectos clave para su correcto desarrollo neurológico.
Además, debemos propiciar su correcto descanso, teniendo claro cómo funcionan los patrones de sueño durante la infancia y no forzando situaciones que puedan llegar a ser desagrables para el niño.
«Una recomendación importante es esforzarse en hacer que los momentos de dormir y despertar sean situaciones tranquilas, relajadas y agradables para los niños. Además, conviene evitar luces intensas, ruidos fuertes, movimientos bruscos o cualquier cosa que pueda interferir de forma negativa a la hora de irse a dormir».
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