El coste laboral en el textil sube un 0,48% antes de la crisis del coronavirus

La mano de obra se encarece en la industria de la moda en España antes de la crisis del coronavirus. El coste laboral en el textil continuó creciendo en el último trimestre de 2019, con un incremento interanual del 0,48%. En concreto, cada trabajador supuso a las empresas del sector un coste de 2.463 euros al mes.

Sin embargo, el sector frenó la subida que venía marcando en los trimestres anteriores. Entre julio y septiembre, el coste laboral en el textil creció un 3,8%, mientras que en el segundo y tercer trimestre del año el coste ascendió un 2,3% y un 0,11%, respectivamente.

La confección fue el sector donde el coste laboral más se incrementó en el cuarto trimestre. El coste por trabajador en este segmento se elevó un 8,1%, hasta 2.824 euros entre octubre y diciembre.

En el caso del cuero y del calzado, el coste laboral incrementó el ritmo de subida, con un aumento interanual del 2,7%, frente al alza del 1,2% del trimestre anterior. En la industria del cuero y del calzado, cada trabajador supuso a la empresa 2.016 euros.

En términos intertrimestrales, todos los subsectores de la moda registraron un aumento de su coste laboral entre octubre y diciembre. En el caso del textil, la subida fue del 10,9%, mientras que la confección y el cuero y el calzado marcaron alzas del 23,6% y del 0,32%, respectivamente.

El grueso del gasto en el sector de la moda corresponde al coste salarial, que copó en torno al 76% del coste en los tres sectores. El resto corresponde a percepciones no salariales, cotizaciones obligatorias y subvenciones y bonificaciones a la Seguridad Social.

El textil aflora su capacidad productiva contra el coronavirus: más de cien empresas se ofrecen al Gobierno

El textil español pone al servicio del Gobierno su capacidad productiva en la crisis del coronavirus. Más de mil empresas podrían convertirse en suministradoras de artículos como batas y mascarillas tras el plazo de 48 horas dictado por el Gobierno el pasado domingo. Hasta la fecha, más de cien empresas, entre ellas gigantes como Textil Santanderina, así como pequeños talleres, han ofrecido ya su capacidad productiva.

El Ministerio de Industria comenzó a contactar ya la semana pasada con diferentes patronales del sector de la moda para sondear sobre la posibilidad de usar a las empresas como proveedoras de material sanitario, como mascarillas, pijamas o trajes desechables. En una primera fase, los requisitos para poder ser proveedor pasaban por tener una sala blanca, pero actualmente este extremo ya se ha flexibilizado y será Sanidad quien provea a las empresas de materiales y de protocolos a seguir.

Según han explicado fuentes patronales a Modaes.es, la mascarilla quirúrgica sería el artículo de más sencilla fabricación, ya que a las empresas proveedoras les bastaría con contar con máquinas de plana y el tejido necesario para poder responder a la demanda del Gobierno.

Las patronales están pendientes todavía de que el Gobierno dé respuesta a las necesidades cuantitativas, si bien los proveedores deberán cumplir la Directiva 93/42/CEE relativa a productos sanitarios y la norma EN 14683:2019+AC:2019.

Aunque la petición inicial llegó del Ministerio de Industria, ahora es el de Sanidad el que está coordinando el contacto. ModaEspaña, Consejo Intertextil Española (CIE), Federación de Empresas de la Confección (Fedecon), Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), Asociación Española de Productos para la Infancia (Asepri), Texfor o Asociación Creadores de Moda de España (Acme) son algunas de las patronales y entidades que están vehiculando el contacto de las empresas con el Gobierno.

Desde Texfor señalan que alrededor de 25 empresas que cumplen los requisitos se han postulado. Desde Fedecon, en cambio, sostienen que hasta la fecha más de cincuenta compañías asociadas han puesto ya a disposición del Gobierno su capacidad productiva, así como otros servicios como lavandería. Es el caso, por ejemplo, de Kiff Kiff, propiedad del presidente de ModaEspaña (Ángel Asensio) o Confecciones Ánade (con sede en Pozuelo de Alarcón). Otras compañías se han ofrecido para realizar y pagar pedidos a proveedores asiáticos, si bien este extremo se complica tras el cierre de fronteras de Unión Europea decretado ayer.

Uno de los gigantes que comenzará en breve a trabajar para el Gobierno será Textil Santanderina. La empresa, el mayor grupo industrial textil de España, se encuentra actualmente en “proceso de homologación, adoptando las normativas necesarias para poder empezar a producir”, según señalan desde la compañía.

Textil Santanderina cuenta con una fuerte capacidad productiva en España. Además de la planta de Cabezón de la Sal (Cantabria), donde tiene su sede, el grupo tiene en su órbita otras sociedades textiles, como Galicia Textil, Gerona Textil, Vica Industrial, Acabados del Bages, Montsià y Grupo Esteve. En total, todas las empresas suman siete plantas de hilatura, tres tejedurías y dos plantas de acabado, distribuidas entre Cataluña, Galicia y Cantabria. 

La cosmética, también a disposición de Sanidad

Por su parte, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) está trabajando con las empresas del sector para proveer al sistema sanitario de soluciones higienizantes hidroalcohólicas.

Desde la asociación apuntan que “decenas” de empresas e están incrementando su producción y transfiriendo todas sus capacidades para la producción de este tipo de soluciones y “poder dar la mayor respuesta posible”.

Tendam, plan post coronavirus: recortes, menos compras y nueva financiación

Tendam comienza a trabajar en el día uno después de la crisis del coronavirus. La compañía madrileña, tercer mayor grupo español de distribución de moda, prepara su hoja de ruta para la recuperación, que se estructura en seis direcciones e incluye recortes, menos compras y nueva financiación, así como el expediente de regulación de empleo temporal (Erte) anunciado en la tarde del lunes, según un comunicado enviado a la plantilla al que ha tenido acceso Modaes.es.

Al más puro estilo Mario Draghi (que en 2011 dijo aquel “whatever it takes”), Jaume Miquel, consejero delegado y presidente de Tendam, sostiene en el comunicado que “adoptaremos, en un entorno cambiante y de alta volatilidad, todas las medidas necesarias para conseguir nuestro objetivo”, dejando clara la crudeza de la situación que se espera por impacto de la pandemia.

El proyecto  de Tendam contempla un plan de ajuste de gastos que afectará al primer y segundo semestre del ejercicio, un plan de ajuste de las inversiones, una “fuerte reducción de compras” para los próximos dos semestres y un refuerzo de la posición de liquidez con disposición adicional de líneas de crédito disponibles.

A cierre de los nueve primeros meses del ejercicio en curso, Tendam había reducido su deuda hasta 434,8 millones de euros, disminuyendo su ratio de endeudamiento a 2,7 ebitda, frente a los 3,1 veces ebitda de noviembre del año anterior. Entre marzo y noviembre, la empresa generó un flujo de caja libre de 19,1 millones de euros.

En línea con lo estipulado por las autoridades locales, la matriz de Cortefiel ha cerrado de forma temporal todas las tiendas en España, Francia, Luxemburgo y Bulgaria, mientras que en el resto de países se han reducido los horarios.

El escenario que contempla el grupo es que la mayoría de países europeos promulguen medidas de cierre “en los próximos días”. En este sentido, la empresa anunció ayer un Erte que afectará a las personas cuyos puestos de trabajo estén correlacionados con la actividad de tiendas y la situación de contracción global, excepto los servicios mínimos.

Tendam está a la espera de las medidas que anuncie mañana el consejo de ministros para determinar los términos de esta supresión temporal del empleo. Asimismo, la compañía ha impuesto ya el envío gratis en su comercio online y ha alargado el plazo de devolución.

Desde que estalló la pandemia, la empresa también ha trabajado con un protocolo para preservar la salud y la seguridad de sus empleados. De los más de 11.000 trabajadores de la compañía, Tendam ha tenido sólo un caso que hay resultado positivo en los test. Desde la empresa precisan que está fuera de riesgo y en recuperación.

La compañía, que controla Women’secret, Springfield y Cortefiel, entre otras cadenas, finalizó los nueve primeros meses del ejercicio 2019 con una facturación de 815,8 millones de euros, un 1,8% más, y una mejora de la rentabilidad. El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 62,1 millones de euros, frente a los 24,7 millones de euros del mismo periodo del año anterior.

Avalancha de Ertes en la moda en España

El negocio de la moda se prepara para vivir una “avalancha” de despidos temporales. Empresarios y responsables patronales consultados por Modaes.es coinciden en que las compañías del sector afectadas por el cierre de tiendas decretado en el marco del estado de alarma contienen la presentación de expedientes temporales de regulación de empleo (Erte). Tras el consejo de ministros de hoy, martes, en que se anunciarán medidas económicas concretas, las compañías tramitarán los expedientes.

Tendam fue ayer la primera empresa en comunicar su intención de regular su plantilla, si bien muchas otras compañías consultadas por Modaes.es tienen previsto utilizar también este mecanismo.

“El expediente está motivado por la actual situación de cierre de todas las tiendas en España a raíz de la crisis provocada por el Covid-19 -señaló Tendam a través de un comunicado-; tras valorar diferentes opciones esta es, la que a futuro, contribuye a una mejora más rápida de la situación y nos permite la puesta en marcha de nuestra operativa en tienda física tan pronto como sea posible”. 

También Adolfo Domínguez ha anunciado ya a sus empleados que llevará a cabo un Erte sobre su personal de tienda, según han confirmado a Modae.es fuentes sindicales, aunque no se ha precisado el alcance de la medida.

En grandes grupos como H&M o C&A el personal en España se mantiene en casa con permiso retribuido, a la espera de las medidas que anuncie hoy el consejo de ministros y de las decisiones que se tomen desde la central.

También Decathlon ha optado hasta ahora por mantener a toda su plantilla. Además, sus almacenes continentales, desde donde se reparte a más países de Europa, como el de Getafe (Madrid) y el de Barcelona, permanecen abiertos para garantizar el abastecimiento, aunque con restricciones de dos turnos.

Fuentes sindicales, sin embargo, señalan que han recibido notificación sobre la posibilidad de Decathlon de presentar un Erte, aunque “todos están esperando a conocer las medidas económicas de mañana”, sostienen. Un paso más allá ha ido Sprinter, que según estas mismas fuentes ha negociado durante toda la mañana de ayer para reestructurar su plantilla, tanto en el área de tiendas, como logística y de oficinas.

 

“Sprinter ha intentado hacer regulaciones de empleo que no eran por causa mayor, sino organizativa”, sostienen las fuentes consultadas. “Se ha planteado un Erte y otro expediente de carácter organizativo, para los trabajadores de oficinas y almacén”, indican. Finalmente, esta medida no se llevará a cabo, y toda su plantilla quedará sujeta a una supresión temporal del empleo.

“La mayoría de empresas están llevando a cabo medidas de flexibilidad, como el anticipo de vacaciones, la distribución irregular de la jornada o permisos retribuidos; pero a partir de hoy habrá avalancha de Ertes”, apuntan desde CCOO.

“Prácticamente todas las empresas del comercio textil, sino todas, se acogerán a esta medida”, subrayan desde UGT, que inciden en que recurrir a las vacaciones podría ser irregular. “Estamos en un estado de alarma; no se pueden utilizar los periodos de descanso de los trabajadores para hacer frente a la crisis, especialmente porque tienen que estar todos en casa y otros en cuarentena”, apuntan.

En un primer momento, las fuentes sindicales coinciden en que los Ertes durarán al menos durante los próximos quince días: “ninguna empresa puede mantener la viabilidad si no acomete un Erte y esto se alarga”.

¿Qué puede hacer el Gobierno?

Desde UGT, proponen tres medidas para paliar el impacto social de esta avalancha de Ertes. En primer lugar, que todo el mundo tenga acceso a la prestación de desempleo aun cuando no tenga devengado el derecho todavía. En segundo lugar, que se pueda acceder a la prestación de desempleo pero que no se descuente del periodo acumulado y, en tercer lugar, la ayuda a las empresas. Además, añaden que las medidas que se tomen en el consejo de ministros deberían tener carácter retroactivo.

Por su parte, las patronales reclaman mayor flexibilización en los Ertes para poder ejecutados a la mayor brevedad posible y teniendo en cuenta que la causa es de fuerza mayor. “Si no se puede tomar una medida excepcional vamos a tener un problema mucho más grave, que es la desaparición de empresas”, apunta Ángel Asensio, presidente de Moda España.

Fuera del sector de la moda, los anuncios de Ertes se han ido sucediendo en los últimos días. Ikea ha sido la primera compañía de distribución en comunicarlo a su plantilla de tiendas en España, pero otras compañías como Alsea (que gestiona cadenas como Vips, Starbucks o Domino’s), Seat, Renault, Iberia o Norwegian han tomado la misma medida.

Eduardo Zamácola (Acotex): “Al Gobierno le pedimos altura de miras, esto va a cambiar el mundo”

“No hemos vivido nada parecido a esto, va a ser una lección de vida”. Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) y al frente de Neck&Neck, opina que el impacto para el comercio del actual estado de alarma y la crisis del coronavirus sólo es equiparable al de una guerra. “Al Gobierno -dice el empresario- le pedimos altura de miras; esto va a cambiar el mundo y los que sobrevivan, serán diferentes”.

Pregunta: ¿Qué balance hace de las primeras horas de estado de alarma?

Respuesta: Hay que destacar el ejercicio de responsabilidad que ha habido por parte del comercio. Cuando el lunes se decretó el cierre de colegios, nosotros ya estuvimos hablando con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento para que se tomasen medidas. No tenía sentido de que se mandasen mensajes de “quédate en casa” y las tiendas estuvieran abiertas. Hay que poner en valor ese ejercicio de responsabilidad del comercio, que desde el principio ha transmitido su preocupación.

P.: ¿Qué medidas le piden desde Acotex al Gobierno para paliar los efectos de este cierre?

R.: Es lo que estamos todos esperando. La respuesta que el Gobierno central ha dado hasta ahora, aplazamiento del IVA y de pagos de la Seguridad Social, nos ha parecido a todas luces insuficiente. Los efectos económicos serán similares a los de una guerra y las soluciones tienen que estar a la altura de la situación. Si los ingresos que va a tener el comercio durante dos, tres, o cuatro meses, son cero, vamos a ver muchas quiebras.

 

P.: ¿Qué medidas propone usted?

R.: Por supuesto tiene que haber una supresión de impuestos, tasas y tributos inmediata. Los comercios van a dejar de pagar los alquileres y tiene que haber algún tipo de protección, tanto el comercio como el casero. Tiene que haber una inyección de capital importantísima en la economía.

P.: ¿Y a largo plazo?

R.: A ver cómo se reflota el comercio cerrado durante dos o cuatro meses. El problema ya no es dejar de ingresar, es ver cómo pagas al proveedor.

P.: ¿Cómo se gestionará el personal de tiendas?

R.: Todo el comercio está haciendo expedientes de regulación de empleo temporal (Erte). Habrá que esperar a ver qué dice hoy el Gobierno, pero deberían aceptarse todos de forma automática salvo notificación contraria. El Erte que está contemplado en nuestra legislación es por causas de fuerza mayor, pero esto va incluso más allá. Las medidas deben ser retroactivas desde que se decretó el estado de alarma.

P.: ¿Qué le piden al Gobierno?

R.: Le pedimos altura de miras. Esto va a cambiar el mundo y absolutamente todo. Y los que sobrevivan, serán diferentes. No hemos vivido nada ninguno parecido a esto. Va a ser una lección de vida.

José Monzonís (Fice): “El problema no sólo es el empleo y la liquidez, sino la solvencia a medio plazo”

Medidas para aguantar a los grandes porque si cae uno, caen todos. La Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) es, junto con otras patronales del sector, una de las firmantes de un documento remitido al Ministerio de Industria para reclamar medidas específicas para evitar el impacto que el estado de alarma está produciendo en el sector. Su presidente, José Monzonís, subraya que “las empresas se pueden ver abocadas a problemas significativos de liquidez” y que, aunque se tomen medidas para las empresas más pequeñas, “el sector es un clúster: o se toman medidas para las grandes o será una caída en cadena”.

Pregunta: ¿Cuál ha sido hasta ahora el impacto de la crisis en el sector del calzado?

Respuesta: La situación es muy complicada. Además del evidente problema sanitario, hay un problema de ruptura de las cadenas de suministro. Por otro lado, evidentemente estamos teniendo problemas de cancelación de reposiciones y pedidos para la próxima temporada otoño-invierno, y esperemos que no vaya a más. Porque no es un problema que afecte sólo a España: Italia es uno de nuestros mejores mercados.

P.: ¿Cuál será el impacto una vez pase el estado de alerta?

R.: En los pedidos que sí han sido suministrados en estos momentos hay peticiones de aplazamiento de pagos. Las empresas se pueden ver abocadas a problemas significativos de liquidez. Estamos esperando a ver qué medidas propone hoy el Gobierno.

P.: ¿Qué medidas le demandan al Gobierno?

R.: Desde Fice y de forma consensuada con el Consejo Intertextil Español (CIE), la Confederación de la Moda Española y Asepri hemos remitido al Ministerio de Industria y a Ceoe/Cepyme una propuesta de medidas específicas para el sector. En particular, proponemos flexibilizar temporalmente los convenios colectivos publicados, establecer líneas de crédito o avales específicos para la refinanciación del circulante y medidas extraordinarias en el corto y medio plazo para hacer frente a los stocks que pueden acabar generándose y que no tienen posterior salida.

 

P.: ¿Qué particularidades tiene la moda?

R.: Además del empleo, el sector tiene un problema específico que es la estacionalidad, las modas pueden cambiar de un año para otro. Los stocks que se fabriquen para la temporada, si se quedan en los almacenes difícilmente podrán sacarse adelante.

P.: El calzado, al depender más del multimarca, ¿está menos expuesto desde el punto de vista del empleo?

R.: No necesariamente. Al final, si el comercio cierra, el proveedor también pasa de facturar cien a cero en un día. A eso se le suma que Italia también está cerrada. No es una cuestión de canales de venta o acceso al consumidor, es que el cliente ahora está pensando en comprar productos básicos. Lo que menos le preocupa son los productos de moda. El problema no lo vemos tanto en el empleo y la liquidez en el corto plazo, aunque sean tres semanas o un mes, sino en un problema de solvencia si esta situación se alarga más allá de mediados del segundo trimestre del año.  

P.: ¿Qué plazo temporal contemplan desde Fice?

R.: Probablemente bastante más de quince días en algunas zonas donde está más focalizada la pandemia. Y no hablamos sólo de España, sino del conjunto de Europa.

P.: ¿Qué medidas están llevando a cabo las empresas?

R.: La mayoría de empresas están a la espera de las medidas económicas que se van a presentar hoy. Retrasar el cobro de impuestos no está mal, pero limitarlo a empresas con facturación inferior a seis millones de euros parece a todas luces insuficiente. Cualquier empresa mediana española exportadora, incluso en el calzado donde predomina mucha pyme, factura más de seis millones. Además, nuestro sector de muy clúster, muchas empresas trabajan para otras. Es probable que los pequeños talleres se beneficien, pero es que las pequeñas y las grandes son las que tiran del sector. O se toman medidas o será una caída en cadena.

Càndid Penalba (CIE): “El textil está tan castigado que una crisis de este calado puede tener un efecto devastador”

Agilizar los Ertes y dar ayudas para mejorar la liquidez. Estas son las principales medidas que plantea Càndid Penalba, presidente del Consejo Intertextil Español (CIE), para aliviar el efecto que ya está teniendo la crisis del Covid-19 en el sector. El empresario ya lo ha vivido en primera persona, suspendiendo la actividad en su compañía Cotoblau, especializada en textil hogar. Ha sido la mayor de su zona en tomar esta medida, pero pronto, asegura, llegarán gran parte de las demás. “El textil es una industria tan castigada que una crisis sanitaria de este calado puede tener un efecto devastador”, apunta.

Pregunta: ¿Cómo ha afrontado el sector los primeros días de estado de alarma?

Respuesta: Muy preocupados. En mi empresa, que es una de las más grandes en el área, ya hemos enviado a todo el mundo a casa y cortado la cadena de producción. Y esto ocurrirá con más y más industrias de nuestra zona, sobre todo el que tenga mucha intensidad de mano de obra. El primero es el motivo sanitario, pero es que además todas las empresas que dependen del mercado europeo han visto cortarse las entregas a casi todos los clientes. Ahora mismo la actividad se está centrando en alimentación y farmacias.

P.: ¿Qué herramientas tienen las empresas ante esta situación?

R.: El Erte es la principal herramienta para la industria textil que tenga mucha mano de obra. Si no se agilizan los trámites de los Ertes va a ser traumático y vamos a tener problemas de tesorería muy importantes.

P.: ¿De qué manera se pueden flexibilizar los Ertes?

R.: Por ahora se están llevando a cabo de manera consensuada con los comités de empresa. El Gobierno podría ayudar planteando más motivos para pedir un Erte y agilizar los trámites.

 

 

P.: ¿Qué otras medidas puede llevar a cabo el Gobierno?

R.: Son fundamentales ayudas para los pagos de cotización, Seguridad Social, trabajadores y avales del Estado para facilitar la tesorería. El textil es una industria tan castigada que una crisis sanitaria de este calado puede tener un efecto devastador. Necesitamos la ayuda de la administración europea, estatal, autonómica. De los sindicatos y de todos. Es una crisis que evidentemente no habíamos vivido nunca. A todos nos ha pillado de sorpresa: lo veíamos como algo lejano, que planteaba problemas en el aprovisionamiento. Ahora en China está controlado y somos nosotros los que tenemos que parar la producción.

P.: ¿Qué horizonte temporal contemplan?

R.: Hay tiendas en Suiza que están cerradas hasta el 30 de abril. A eso se suma que clientes más pequeños en Italia y España nos están pidiendo retrasos en los pagos. Necesitamos facilidad de acceso a tesorería y financiación por parte de los bancos, y el Estado puede ayudarnos presentando avales públicos.

P.: ¿Han encontrado apoyo en los sindicatos?

R.: Sí, a través de la asociación estamos trabajando con los sindicatos. Y la verdad es que estoy muy agradecido porque están mostrando una comprensión y ejerciendo un esfuerzo que es de agradecer. En esta sociedad aprendemos unos de otros y tenemos que esforzarnos todos.

Más cambios en El Corte Inglés: el director de mujer deja el grupo

Siguen los cambios en el departamento de moda de El Corte Inglés. Juan José Gutiérrez, responsable del área de moda femenina del grupo, ha abandonado la empresa después de siete años en el cargo. En paralelo, El Corte Inglés ha nombrado un nuevo director general para su negocio en Portugal: Enrique Hidalgo Miralles.

Gutiérrez, que con anterioridad trabajó para Adidas o Mango, está trabajando ya en un nuevo proyecto. Por el momento, el grupo no ha nombrado todavía un sustituto para Gutiérrez, que se incorporó a El Corte Inglés a 2013 para pilotar las marcas de moda femenina externas al grupo. El año pasado, la compañía fichó a Elena Lazcanotegui, ex de Esprit, para llevar la otra área clave del área de moda: las marcas propias de mujer.

Gutiérrez ha desarrollado el grueso de su carrera en compras, primero en Yamaha y Siemens y luego en Mango, donde llegó a ser responsable de compras de casual. El ejecutivo es ingeniero industrial por la Universitat Politècnica de Catalunya y ha completado su formación en Esade, Iese y el MIT.

 

La moda es uno de los pilares de El Corte Inglés. Hace dos años, la compañía comenzó a tantear imponer un canon fijo para los inquilinos de sus espacios, y el año pasado el grupo abrió conversaciones con empresas como Levi Strauss, Esprit o Lacoste para renegociar sus condiciones.

En paralelo, la empresa quiere impulsar sus marcas propias: tras reordenar su oferta de mujer bajo la marca Woman, la empresa prevé ahora el lanzamiento de dos nuevas firmas este año: Alik y Another Love.

Según datos de Kantarel grupo de grandes almacenes finalizó 2018 como la segunda mayor compañía de moda en el país por número de compradores, por detrás de Primark. Con 9,95 millones de compradores, El Corte Inglés se sitúa por delante de Decathlon y Zara.

Nuevo director general en Portugal

La salida de Juan José Gutiérrez no es el único cambio que ha habido este mes en la cúpula de El Corte Inglés. La compañía ha nombrado a Enrique Hidalgo Miralles nuevo director general del grupo en Portugal, el único mercado internacional donde opera con su cadena de grandes almacenes.

El directivo cuenta con una amplia trayectoria en la compañía, a la que se incorporó en 1989, y hasta ahora era director del centro de Preciados-Callao, en Madrid. Hidalgo relevará en el cargo a Juan Ángel Vaca.

El Corte Inglés desembarcó en Portugal en 2001 con una apertura en Lisboa y cinco años después abrió un segundo centro en Lisboa. Actualmente, la empresa opera también con seis supermercados de la marca Supercor en Aveiro, Braga, Coimbra, Oporto, Lisboa y Sintra.

Ángel Asensio (Moda España): “La situación actual es como una guerra sin tiros”

Ángel Asensio está al frente de la Confederación de Empresas de la Moda de España (Moda España). El empresario, que preside también la Cámara de Comercio de Madrid y lidera la compañía Kiff Kiff, opina que el Gobierno debería tomar medidas para el empleo, fiscales y financieras para paliar no sólo la situación actual, sino también el día después. “Esto es una guerra sin tiros, pero después viene la posguerra y eso supone una travesía en el desierto”.

Pregunta: ¿Cómo está viviendo el sector estos primeros días de estado de alarma?

Respuesta: Con muchísima incertidumbre. Es una situación anómala que nos supera a todos. Las perspectivas son entre malas y muy malas.

P.: ¿Qué herramientas tienen las empresas para paliar esta crisis?

R.: De momento no tienen herramientas para una situación como esta porque es una causa de fuerza mayor, por lo que no pueden acogerse a medidas estándar como los Ertes. Lo que se está pidiendo es que, al ser medidas excepcionales para una situación de absoluta emergencia, la tramitación sea mucho más rápida. En un sector intensivo en mano de obra, evidentemente uno de los mayores pesos de nuestra cuenta de resultados es el empleo. Si no se puede tomar una medida excepcional vamos a tener un problema mucho más grave, que es la desaparición de empresas. Y eso es como un bosque quemado, tarda muchísimos años en recuperarse.

P.: ¿La legislación actual sobre Ertes no está preparada para esta situación?

R.: Ahora mismo no. Es una situación sobrevenida, con unas circunstancias excepcionales. Normalmente tienes que tener la aprobación del personal, unas causas concretas y un proceso. Hay que crear unas leyes para una situación de emergencia nacional, especialmente para hacerlo con la rapidez que se requiere.

 

P.: ¿Qué medidas concretas le propondría al Gobierno?

R.: En primer lugar, ha sido una circunstancia sobrevenida, por lo tanto la resolución positiva ha de ser inmediata. Y, en segundo lugar, no se sabe cuál será la durabilidad. No es como cuando a una empresa le caen las ventas, que hay un plan estratégico de salida en base al cual se aplica el Erte. Aquí no hay información.

P.: ¿Qué otras medidas se pueden tomar?

R.: La segunda es en materia fiscal. Los impuestos son una consecuencia de la actividad económica de las empresas y de las personas. La actividad económica para una parte importantísima de todos los operadores económicos, autónomos, pymes y grandes empresas está desaparecida en estos días. Esa parte que le corresponde de impuestos tampoco existe. Tenemos que adaptarnos todos a esta nueva situación: se ha creado un agujero y tenemos que cubrirlo entre todos.

P.: Se ha adelantado ya que se aplazaría el pago del IVA y Seguridad Social. ¿No es suficiente?

R.: Aplazar el IVA y la Seguridad Social siete meses es pan para hoy y hambre para mañana. Venimos de una crisis y desde entonces las empresas están en una situación de supervivencia, con márgenes estrechos y condiciones de mercado más difíciles. Si tienes las defensas muy bajas, económicamente hablando, eres mucho más débil ante cualquier enfermedad. Pero es que esto es un tsunami, por lo que tenemos que tener medidas a la altura. Hay que condonar parte de los impuestos y dar facilidades de pago para el resto.

P.: Empleo, fiscal…  ¿Hay alguna medida más que se pueda adoptar?

R.: Financiera. Alemania lo ha hecho muy bien, con un aval ilimitado para las pymes. Tenemos que hacer lo mismo. Para que esto funcione con cierta celeridad el Gobierno, respaldado por el Banco Central Europeo, deben dar un aval a los bancos para que estos, con sus clientes, puedan conceder préstamos sin más demora y avalados por el Gobierno y el BCE. Esto sería una política fiscal expansiva, que permitiría a la larga estimular el consumo y recaudar luego más impuestos.

P.: ¿Qué horizonte temporal contemplan?

R.: Incertidumbre absoluta. Lo que se trata es de bajar la curva. ¿Cuándo bajará? Ni los expertos lo saben. Por eso estamos en la situación en la que estamos, para evitar ese colapso sanitario.

P.: ¿Cómo se imagina el primer día de regreso a la normalidad?

R.: Esto es una guerra sin tiros, pero después viene la posguerra. Y eso supone una travesía en el desierto. Si hay buenas decisiones que alivien a las empresas para mantener el empleo y el consumo sería más liviano que si no se toman decisiones valientes e importantes para que esto se reactive. 

Así vivió Perú su primer día de aislamiento social

Para los peruanos, especialmente los limeños, acostumbrados a salir temprano de sus casas para trabajar extensas jornadas de hasta 12 horas, este lunes 16 de marzo no fue un día para nada normal.

Y es que el primer día del aislamiento social en casa, decretado este domingo por el Presidente Vizcarra, como medida extraordinaria para frenar el creciente contagio del coronavirus, cambió por completo el rostro de la capital peruana que normalmente presenta tráfico en las calles, medios de transporte abarrotados, locales abiertos desde las primeras horas y bullicio en las esquinas.

Este lunes, sólo pocas personas salieron de sus casas, principalmente para ir de compras a los supermercados y los tradicionales mercados populares que se encuentran en cada uno de los distritos que conforman la poblada urbe. Inclusive, el emporio de Gamarra, uno de los centros de comercio más grandes de toda América Latina mantuvo cerradas las puertas de sus tiendas, acatando así  la orden emanada por el ejecutivo y respaldando la campaña en redes sociales enmarcada bajo la etiqueta #YoMeQuedoEnCasa, que ya se ha popularizado entre los peruanos.

Igual de cerradas se encuentran las playas que conforman el circuito de costa al que miles de personas iban a disfrutar en estos calurosos días de verano, al igual que los grandes parques donde se ejercitan y pasean los habitantes de Lima.

No obstante, aún existe mucha incertidumbre en cuanto al decreto de emergencia nacional leído este domingo en cadena de radio y televisión nacional. Sobre todo porque Perú es un país donde el empleo informal tiene un gran peso en la economía nacional, y aquellos que trabajan por su cuenta en las calles o en pequeños locales no lo podrán hacer durante los próximos 15 días.

Igual sucede con la mayoría los taxistas o con los repartidores de populares aplicaciones como Glovo, Rappi y Uber Eats , que tendrán que salir de circulación por estas dos semanas, como parte de la medida que limita el libre tránsito en el territorio nacional como medida de precaución contra el avance de la sorpresiva enfermedad.

Esto hace que muchas personas que generan sus ingresos de forma diaria, hoy estén preocupados con su futuro inmediato, incluyendo a una buena parte de la amplia comunidad de venezolanos que llegaron en los últimos años a Perú, escapando de la grave crisis que vive su país,  y que trabajan de manera informal y sin ningún tipo de contrato en restaurantes, tiendas y pequeñas fábricas.

Frente a esta incertidumbre, el Gobierno decidió anunciar, durante una rueda de prensa, que daría un bono de 380 soles (unos 110 dólares aproximadamente) para ayudar a las familias más vulnerables durante esta período, aunque no se especificó el mecanismo para optar por este dinero ni a quienes realmente los beneficiaría.

Mayor resguardo

Conforme van pasando los minutos, se incrementa cada vez más la presencia de policías y funcionarios de las fuerzas armadas, dispuestos  a garantizar el orden en las calles y resguardar los locales que por decreto deben estar abiertos para atender las necesidades fundamentales de la población.

Además estos funcionarios velan para que no se repitan las compras nerviosas que acabaron con muchos productos en los anaqueles durante los últimos días, especialmente el papel sanitario, un fenómeno raro si ya se tiene claro que el coronavirus no es una enfermedad que afecte el sistema digestivo.

Asimismo se activaron líneas de denuncia para aquellos trabajadores que están siendo obligados a laborar, aunque sus empleos no estén en la lista de excepciones previstas en el decreto de emergencia nacional.

Todas estas medidas apuntan a una sola dirección: que la mayoría cumpla el decreto a cabalidad y se quede en sus casas, para así evitar que el número oficial de 86 contagiados por el coronavirus siga multiplicándose como ya ha ocurrido en otros países. En dos semanas se verá si la medida fue del todo efectiva o si se aplicarán más restricciones, inclusive en las próximas horas o días, como el posible toque de queda que tanto se ha hablado y especulado, pero que al final no se ha implementado.

Por: David Rodríguez Andara

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