Carrera y Carrera ‘sucumbe’ a los juzgados: entra en concurso
Carrera y Carrera, abocada finalmente a los juzgados. La compañía española de joyería, controlada por un grupo de inversores rusos desde 2012, ha presentado concurso voluntario de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid. El juez ha nombrado como administradora concursal a Cristina Asencio Pascual, del bufete de abogados Vaciero.
La entrada en los juzgados de la histórica firma española ha sido la crónica de una muerte anunciada. En el último año, el grupo echó el cierre a todas sus tiendas en España, donde operaba con puntos de venta monomarca y corners en El Corte Inglés y, según fuentes cercanas a la empresa, prescindió del grueso de su plantilla, que ha pasado de más de un centenar a sólo 24 empleados.
En verano, la empresa se acogió al preconcurso, que le dio cuatro meses para negociar con sus acreedores para evitar el concurso. Aunque Carrera y Carrera no deposita cuentas en el Registro Mercantil desde 2014, fuentes cercanas al grupo estiman que su deuda podría superar los diez millones de euros, la mayoría con entidades bancarias.
Carrera y Carrera se ha acogido al concurso voluntario de acreedores con una deuda que rondaría diez millones de euros
Carrera y Carrera está desde 2014 en manos de la sociedad Caruli Limited, controlada por un grupo de inversores rusos, que compró la empresa a Lladró. La sociedad tiene su domicilio en Londres, aunque según el Registro Mercantil su matriz es Brand Marketing&Management, con sede en Suiza.
Tras el cambio de manos, el nuevo propietario remodeló todo el equipo directivo y colocó al frente a Svetlana Kuprianova, quien asumió las riendas en 2012. Su segundo al mando era Javier Gala, hoy en Uno de 50, quien fichó por Carrera y Carrera en 2006 y llegó a ser subdirector general. Desde el año pasado, la empresa está pilotada por Julia Eremina, ex responsable de la marca en el mercado ruso, con la que no ha sido posible contactar.
La entrada en concurso de Carrera y Carrera se suma a una nueva oleada de entradas en los juzgados en la moda española. Sólo en los últimos meses, se han acogido a esta figura compañías como Intropia, TCN, Pili Carrera, Cabotine u Okeysi.
Pilar de la joyería española
Carrera y Carrera comenzó su andadura en 1885 de la mano de Saturio Esteban Carrera, quien estableció un pequeño negocio de joyería en el Barrio de las Letras de Madrid. En la década de los años veinte, José Esteban Carrera, hijo de Saturio, asumió la gestión de la empresa tras aprender el oficio de lapidario en París.
Más tarde, se incorporaron al negocio también sus sobrinos: José, Saturio, Pedro y Andrés, quienes trabajaron para la compañía en sus años de esplendor, la década de los cincuenta y sesenta, cuando la marca ganó relevancia internacional de la mano de las actrices de Hollywood que visitaban entonces España.
El relevo a la cuarta generación se produjo en la década de los sesenta, cuando Manuel Carrera, bisnieto de Saturio, tomó las riendas de la compañía y comenzó a dar sus primeros pasos en el extranjero. La marca fue uno de los estandartes del lujo español y fue, junto a Loewe, socio fundador del Círculo Fortuny, al que ya no pertenece.