Tod’s cae un 2,6% en 2019 y revisa la previsión para 2020 por el coronavirus

Tod’s continúa a la baja. La compañía italiana de complementos ha registrado una caída del 2,6% en su facturación a cierre de 2019, mientras que su beneficio ha retrocedido un 1,7% durante el último.

La empresa ha encogido su facturación hasta 916 millones de euros, en comparación con los 940 millones de euros de 2018. Su beneficio también se ha reducido, hasta 46,3 millones de euros, en comparación con los 47,1 millones alcanzados durante el ejercicio 2018.

Por mercado, las ventas en Italia han caído un 7,7%, hasta 260,6 millones de euros. La facturación en el mercado europeo ha sido de 237.6 millones de euros, con una caída del 2,6% respecto al año anterior. En América, la facturación se ha reducido un 3.2% durante el ejercicio, mientras que en China se elevó un 2,3% hasta 215.1 millones de euros, aun habiendo sufrido la desaceleración en Hong Kong.

 

La marca Tod’s facturó 461,8 millones de euros, Roger Vivier, 200,5 millones de euros, mientras que Hogan registró unas ventas de 197,5 millones de euros, siendo la única de las tres que las redujo.

Por canal, los puntos de venta representan casi el 70% del total de facturación, con un aumento en 2019 del 6,2%, 645.8 millones de euros. Actualmente, Tod’s cuenta con 290 tiendas propias.

La compañía ha comunicado que revisará la estrategia para 2020 por el coronavirus. “Hemos preparado un plan que permite recortar costes y gestionar el flujo de la producción con prudencia, para gestionar de manera positiva la cantidad de producto que hay en el mercado”, ha explicado Diego Della Valle, consejero delegado del grupo, en un comunicado.

El dueño de Custo Barcelona recorta sus pérdidas un 26% pero crece sólo un 1,4% en 2019

El socio de Custo Barcelona se recupera en 2019. Aeffe, el grupo italiano propietario de la empresa española, ha concluido 2019 en números rojos, aunque durante el ejercicio ha conseguido recortar sus pérdidas un 26,4%, hasta 12,3 millones de euros, frente al resultado negativo de 16,7 millones de euros de 2018. En este periodo, las ventas se incrementaron un 1,4%, hasta 351 millones de euros.

El presidente ejecutivo de Aeffe, Massimo Ferretti, ha valorado “positivamente” las cifras obtenidas en 2019 en el marco de un escenario macroeconómico que ha catalogado de “incierto”, sobre todo, a raíz de la crisis provocada por el coronavirus. Referente a esta pandemia sanitaria y social, el primer ejecutivo de Aeffe ha asegurado que “las consecuencias del Covid-19 sobre nuestro negocio no son cuantificables”.

En este sentido, el grupo italiano ha resaltado que ya se han “implementado medidas para abordar la situación limitando cualquier efecto negativo a través de una gestión, especialmente cuidadosa, en las relaciones con los clientes” y que han adoptado “medidas destinadas a posponer costes sin perjuicio del fortalecimiento y soporte de la marca”.

En cuanto a la evolución de 2019, Ferretti ha señalado que el objetivo de su grupo durante este periodo ha sido “fortalecer el posicionamiento de sus marcas” entre las cuales figuran, además de Custo Barcelona, otras como Moschino, Serafini o Alberta Ferreti.

En este periodo, Italia se ha mantenido como el principal cliente del grupo aunque ha reportado unos ingresos un 4,7% inferiores que en 2018, hasta 160 millones de euros. En Europa (sin incluir Italia), las ventas aumentaron un 8%, hasta 86,8 millones de euros, mientras que en Asia también crecieron un 7,5%, hasta 86 millones de euros. Sin embargo, las ventas del grupo en el continente americano retrocedieron un 0,5%, hasta 17,6 millones de euros.

Por canales de distribución, el multimarca se ha mantenido como la mayor fuente de ingresos de Aeffe en 2019, aunque ha facturado un 1,6% menos, hasta 243 millones de euros. Por el contrario, las ventas en las tiendas propias aumentaron un 6,8%, hasta 93 millones de euros. En 2019, Aeffe cerró tres tiendas propias reduciendo el número de establecimientos a 61.

Coronavirus: Gap anticipa un impacto de 100 millones de dólares en ventas en el primer trimestre

Gap se suma a las revisiones de previsiones por el coronavirus. La compañía ha anticipado un impacto de cien millones de dólares (89 millones de euros) en ventas y de 0,10 dólares en su beneficio por acción en el primer trimestre (entre febrero y abril) debido a la expansión de la pandemia, según ha explicado hoy en un comunicado con motivo de la presentación de los resultados del ejercicio 2019.

La revisión se debe principalmente al impacto que esta crisis está teniendo en Asia y Europa. Sin embargo, el grupo apunta que “actualmente no es posible proveer una estimación razonable de un mayor impacto, incluyendo una potencial disrupción en la cadena de aprovisionamiento o una caída de la demanda en estas geografías o en otras, incluyendo Estados Unidos”.

En este sentido, las previsiones actuales de Gap para el cierre del ejercicio sólo incluyen el impacto estimado en el primer trimestre. En concreto, la empresa estadounidense prevé que tanto las ventas comparables como las netas se reduzcan a un solo dígito, a medida que continúa la reestructuración de la red de tiendas de Gap.

Nos enfrentamos a un periodo de incertidumbre en lo que se refiere al potencial impacto tanto en nuestra supply chain como en la demanda”, apuntó Sonia Syngal, nombrada este mismo mes nueva consejera delegada del grupo.

“Durante nuestros cincuenta años de historia, Gap ha capeado muchas tormentas -continuó la directiva-; nos beneficiaremos de nuestro fuerte balance y generación de caja, así como denuestras relaciones con distribuidores en este periodo desafiante”. “Nos estamos centrando en acciones decisivas que asegurarán que salgamos bien posicionados para competir en los próximos años”, concluyó.

Gap reduce sus ventas un 1,1% y hunde su beneficio un 65% en 2019

Gap cierra un ejercicio para olvidar. La compañía estadounidense de distribución de moda, cuarto mayor grupo del mundo por cifra de negocio, ha finalizado el ejercicio de 2019 con sus ventas y su resultado a la baja. El periodo ha supuesto un punto de inflexión para la compañía, en el que ha cancelado el spin off de Old Navy y ha remodelado su cúpula directiva.

La empresa ha registrado un beneficio neto de 351 millones de dólares (311 millones de euros), un 65% menos que un año atrás, cuando ganó 1.003 millones de dólares (893 millones de euros). El resultado bruto de explotación (ebitda), por su parte, se ha situado en 528 millones de dólares (470 millones de euros), un 60% menos que un año atrás.

La compañía explica que durante el cuarto trimestre registró un cargo por deterioro de activos de 296 millones de dólares (263 millones de euros) relacionado con las tiendas. Además, hubo “costes significativos” por la cancelación del spin off de Old Navy, que ascendieron a 189 millones de dólares (168 millones de euros).

También las ventas de Gap han encogido en 2019. El grupo ha finalizado el ejercicio con una cifra de negocio de 16.383 millones de dólares (14.587 millones de euros), un 1,1% menos que en 2018.

La facturación del grupo, además, ha caído en todas las regiones donde opera, excepto en Estados Unidos, donde se ha mantenido estable con un alza de sólo el 0,4%. En Canadá, el negocio de Gap ha registrado un descenso del 3,3%, mientras que en Europa y Asia el retroceso ha sido del 10,6% y del 12%, respectivamente.

Gap ha sido la única cadena del grupo que ha recortado su facturación durante el periodo, con un descenso del 10%. Banana Republic ha crecido un 3,3%, mientras que Old Navy ha elevado sus ventas un 1,8%.

La compañía se encuentra actualmente en un momento complejo. A principios de marzo el grupo renovó su dirección con el nombramiento de Sonia Syngal, hasta entonces al frente de Old Navy, como consejera delegada. La directiva sustituyó en el puesto a Art Peck, que el pasado noviembre dejó el cargo.

Tras la salida de Peck, el grupo decidió dar marcha atrás al spin off de Old Navy. Robert Fisher, hijo de los fundadores y consejero delegado interino, atribuyó la decisión de cancelarla a los costes y la complejidad que supone y al peor desempeño del grupo en los últimos trimestres.

El grupo ha ampliado su presencia con la apertura de nuevas tiendas durante el periodo. A cierre de ejercicio la compañía operada con una red comercial de 3.919 establecimientos, frente a las 3.666 tiendas de un año atrás. 

Igualada: el coronavirus paraliza el corazón del textil en Cataluña

El corazón del textil catalán, en stand by. Las autoridades catalanas ordenaron ayer el confinamiento de Igualada y otros tres municipios colindantes para frenar la expansión del coronavirus en la región. Desde las nueve de la noche todas las vías de entrada permanecen cerradas y desde medianoche nadie puede entrar en los municipios confinados, una medida que impacta en la actividad industrial del corazón del textil en Cataluña y uno de los más relevantes de España.

En total, la orden dada por el Govern dejará confinados hasta nuevo aviso a 65.000 habitantes y al más de centenar de empresas y otros tantos talleres de Igualada, el principal polo productor de punto tricotosa de España.

La ciudad cuenta con 127 empresas y 1.300 empleados vinculados a la industria textil, además de otras 37 empresas de piel con 700 empleados, dedicadas muchas de ellas al sector del lujo. “Hay mínimos de stock en casa, nos quedaremos sin stock”, apuntan desde una empresa de la localidad. “Los tejedores se quedarán sin hilo”, coincide otra fuente. “Habrá seguro desabastecimiento para las compañías de dentro y de fuera de la comarca”, apunta otro empresario.

La mayor parte de las empresas del sector en la ciudad son compañías de tradición industrial que han creado marca, como Punto Blanco, Escorpion, Sita Murt o Buff, aunque también hay muchas que han continuado fabricando para terceros como Quinto Punto, Tex51 o Gavipunt. Con la paralización de China en el último mes por la crisis del coronavirus, una pequeña parte del abastecimiento de punto se trasladó a esta localidad, hoy parada.

Además de los productores textiles, en la localidad hay también otro tipo de proveedores como Grafopack, que provee de packaging y PV a compañías de toda España.

Igualada se situó como epicentro del textil en Cataluña en el siglo XIX como fabricante de tejido del algodón. El género de punto, el puntal actual del sector en la localidad, no se extendió hasta la década de los setenta del siglo pasado. La empresa llegó a contar con grandes grupos como la histórica Vives Vidal Vivesa, especializada en íntimo, que ya entrado el siglo XXI se trasladó a L’Hospitalet de Llobregat.

¿Riesgo país? El coronavirus desplaza la amenaza hacia los mercados maduros

Italia, Alemania o Estados Unidos. El riesgo país, tradicionalmente asociado a los mercados emergentes por su inestabilidad e incertidumbre, impacta ahora de lleno en los refugios de los gigantes del retail. Con la amenaza sobre el aprovisionamiento casi superada a medida que China deja atrás lo peor de la crisis del coronavirus, llega ahora el gran impacto para las cuentas del sector: el golpe en sus mayores mercados.

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Desigual ‘da gas’ a su ‘rebranding’ con una inversión de 22,8 millones en 2019

Desigual impulsa su nueva imagen con casi 23 millones de euros de inversión. El grupo catalán ha destinado 22,8 millones de euros en el último año a llevar su nueva identidad a nuevos mercados internacionales y a reforzar su estrategia omnicanal, según ha explicado la compañía en un comunicado. Esta partida se suma a los 62 millones de euros invertidos en los últimos tres años.

En junio del año pasado, la empresa presentó una nueva imagen que incluía un nuevo logotipo (el nombre de Desigual, al revés), además de cambios en la comunicación, el producto y el lanzamiento de colaboraciones con nuevas marcas.

En este sentido, gran parte de la inversión se ha destinado a “acompañar el despliegue de la marca en los mercados internacionales”, según ha explicado el grupo en un comunicado.

La nueva imagen se ha ido implantando progresivamente en tiendas de todo el mundo, empezando por el flagship store de la marca en Portal de l’Àngel, en Barcelona. En el extranjero, la empresa comenzó el despliegue de su nueva identidad en Japón, donde en 2019 abrió dos nuevas tiendas en Tokio y Nagoya.

La siguiente parada del plan fue Latinoamérica, un mercado estratégico para Desigual con 47 tiendas y catorce países. Allí, la compañía ha implantado progresivamente la nueva imagen en Perú, Guatemala y México.

Los próximos pasos del grupo pasan por renovar sus tiendas y abrir nuevos establecimientos en Singapur, Japón y Estados Unidos, donde se expandirá en Nueva York y Las Vegas, y aterrizar en Sudáfrica e India, donde prepara ya entre tres y seis aperturas de la mano del grupo local Tablez.

El resto de la inversión se ha dedicado a “dotar a la organización de los procesos logísticos y de IT con los que fortalecer su modelo omnicanal”, precisa la compañía. El objetivo del grupo es que en 2023 el 60% de las ventas procedan ya del canal online. En el último año, el peso del ecommerce fue del 14,2%.

Desigual duplicó su beneficio neto el año pasado, hasta 7,5 millones de euros, pero continuó encogiendo su facturación. En concreto, la cifra de negocio de la empresa se redujo un 10%, hasta 589 millones de euros.

Desigual duplica beneficios mientras sigue encogiendo: pierde el umbral de los 600 millones

“A Desigual le ha gustado mucho crecer, ahora nos tocan otras cosas”. Ya lo adelantó en febrero Thomas Meyer, presidente y fundador de Desigual: el grupo español corrige la evolución de su beneficio, pero sigue encogiendo. Desigual cerró el ejercicio 2019 reduciendo su tamaño por debajo de 600 millones, mientras consiguió sacar partido de la reestructuración de los últimos ejercicios y duplicar su beneficio neto.

La compañía finalizó en 2019 el quinto año de su plan de transformación, que sigue adelante. La empresa, uno de los fenómenos de la moda española durante la última década, atraviesa una compleja reestructuración desde 2014 para tratar de recuperar relevancia entre los consumidores y adaptar su estructura a la nueva situación del mercado.

La compañía, dirigida por Alberto Ojinaga, finalizó el ejercicio 2019 con un resultado neto de 7,5 millones de euros, más del doble que los 3,4 millones de euros del año anterior. Pese al repunte, esta cifra se sitúa por debajo del nivel de hace una década, en 2009, y todavía más del récord de 2014, cuando ganó 134,8 millones de euros.

La empresa atribuye la mejora en la evolución del resultado neto a la “reestructuración de las operaciones en Europa occidental”, al tiempo que asegura que “refleja el impacto positivo de los cambios estratégicos adoptados durante el último año, con decisiones más contundentes y objetivos más ambiciosos”.

El resultado bruto de explotación (ebitda) de la compañía se situó en 55,9 millones de euros, con una caída del 12% respecto a los 63,5 millones de euros de 2018. Desigual registró una evolución al alza de su ebitda hasta 2014, cuando alcanzó el máximo de 261,5 millones de euros.

“La compañía ha logrado mejorar la rentabilidad gracias a los avances en la reestructuración de la red de distribución, priorizando los negocios más rentables (canales digitales y territorios fuera de Europa occidental), a la par que se ha ajustado la presencia en el canal retail europeo”, ha señalado la compañía.

Ventas a la baja

Las ventas del grupo, en cambio, continúan a la baja, una situación derivada de la nueva estrategia de la compañía, que pasa por reestructurar su red de tiendas y reducir su presencia comercial, y la caída del número de clientes.

En 2019, la facturación del grupo se situó por debajo de 600 millones de euros, registrando una caída del 10% hasta 589 millones de euros. Desigual encadena cinco años de caída de las ventas, desde que en 2014 rozaran los mil millones de euros y alcanzaran el máximo de 964 millones de euros.

“Durante 2019 aceleramos la reordenación del negocio, al tiempo que establecimos los fundamentos para el reposicionamiento de Desigual con una nueva imagen de marca y un diseño de colecciones enfocadas a alcanzar a un público más joven”, señala Alberto Ojinaga.

“Este 2020 la reordenación del negocio continuará focalizando nuestros esfuerzos en crecer en el canal digital y en geografías fuera de Europa occidental”, agrega el ejecutivo. “El objetivo de la empresa es que en 2023 el 60% de las ventas se produzcan en el canal digital y en Asia, América y Europa del Este, una cifra que ya representa el 36% de la facturación”, señala el grupo. La cifra de negocio en estas geografías representa ya el 21,3% de las ventas de Desigual.

Menos gasto y más arreglos: el renacer de modistas y zapateros

La caída del poder adquisitivo se ha convertido en el motor para el resurgir de modistas y zapateros. Ya sea habilitar una prenda desgastada o adaptar a la moda actual el estilo de una prenda de calidad, los consumidores vuelven a utilizar el servicio que ofrecen las tiendas de arreglos motivados, sobre todo, por la actual situación económica del país.

Durante el periodo comprendido entre 2017 y 2019, la demanda de máquinas de coser ha crecido un 15% entre usuarios de 25 a 34 años, subrayando el interés de los jóvenes en la costura. Su auge coincide también con el lanzamiento de programas como Maestros de la Costura.

Además, en los últimos años, los zapateros han aprovechado el tirón de la sostenibilidad para subir precios. Desde 2014, el Índice de Precios de Consumo (IPC) de la reparación y alquiler de calzado se ha ido incrementado año a año, hasta finalizar 2019 con un alza del 2% de los precios.

“De 2008 a 2010, los años más duros de la crisis en España, aumentó el porcentaje de arreglos en ropa usada pero bajó el arreglo de ropa nueva”, explica Jordi Vallverdú, fundador de la cadena de tiendas de arreglo Taylor&Co, a Modaes.es.

En momentos en los que la economía del país se resiente, la demanda de servicios de arreglos aumenta. “Hace unos diez años los arreglos eran sólo de ropa nueva. Ahora, la mayoría de la ropa que arreglamos es ropa vieja, reflejando una tendencia de aprovechamiento de las prendas”, sostiene David Martínez, responsable de comunicación de La Yaya Costurera.

No obstante, el consumidor de este tipo de servicios sigue siendo la mujer de entre cuarenta y cincuenta años, tal y como han revelado las fuentes consultadas. Los jóvenes, quienes según los estudios son los más concienciados con la circularidad, todavía son recientes. “Cuesta un poco más llegar a la gente joven. Muchas veces, son las abuelas las que nos traen directamente la ropa de sus nietas y nietos”, ha subrayado Martínez.

Otro de los motores de estos servicios, aunque hoy todavía minoritario, es la sostenibilidad. “El auge de la segunda mano ha traído como consecuencia la subida de la reparación de prendas”, ha afirmado Javier Plazas, analista de tendencias.

En el futuro, si la tendencia sigue en aumento podría motivar la aparición de nuevos grandes operadores en el sector. “Si aumenta mucho la segunda mano aumentará la concentración y con ella aparecerán marcas potentes especializadas en este servicio”, ha aclarado Plazas.

Los grandes retailers, como Inditex; Mango; Camper o H&M, en su flagship de París, han decidido ofrecer el servicio de arreglos a sus clientes. En una dirección paralela, marcas sostenibles como Patagonia realizan un total de 40.000 reparaciones al año en su sede central de Reno, en Nevada. “Se convierte en un servicio diferenciador para las marcas. También empoderan al cliente incluyendo la personalización en estos arreglos”, ha subrayado Plazas.

Intu, atrapada por la moda: el sector copa el 28% de sus ingresos por rentas

La moda arrastra a Intu. Mientras los nuevos centros comerciales abrazan la restauración y el ocio, el gigante británico de los centros comerciales continúa teniendo una gran dependencia del sector de la ropa y los complementos, que copa catorce de los veinte mayores clientes de la empresa.

La compañía británica cerró 2019 con unas pérdidas de 2.021 millones de libras (2.304 millones de euros) en 2019, un 72% superiores a las pérdidas registradas en 2018, y con una reducción de ingresos del 6,7%. Además, la empresa prevé que la facturación siga cayendo en 2020 a causa de los problemas de sus operadores, que han negociado a la baja parte de sus alquileres por su mala situación económica.

Los veinte mayores clientes de Intu copan en total el 39% de sus ingresos por rentas con 381 contratos. Sólo la moda copa 231 alquileres y el 28% de la facturación. Al hándicap de depender tanto de un sector en transformación y que cuenta con las mayores tasas de penetración online se suma que la gran mayoría de sus inquilinos son británicos, precisamente el mercado europeo que más ha sufrido el Apocalipsis Retail y cuyas cadenas están menos internacionalizadas.

Un ejemplo de ello es Next. La cadena de moda es el mayor cliente de Intu, con una cuota del 4% sobre los ingresos, pese a mantener sólo 19 contratos. Según los últimos datos disponibles, la empresa cerró los nueve primeros meses de 2019 (periodo finalizado el 30 de octubre) con un crecimiento de las ventas full price del 3,1%. Sin embargo, el avance estuvo impulsado por el online, que creció un 11,1%, mientras que el retail físico redujo la facturación un 4,8%.

Tras la cadena de parafarmacias Boots, el siguiente mayor inquilino de Intu es Arcadia, uno de los mayores grupos británicos de distribución de moda y dueño de Topshop. La empresa lleva varios años inmersa en un profundo plan de reestructuración y el año pasado recurrió a un acuerdo de insolvencia (CVA, en sus siglas en inglés) para evitar el concurso.

El pacto incluyó el despido de 170 empleados en sus oficinas centrales y el cierre de 23 tiendas en Reino Unido e Irlanda. En 2018, la compañía, controlada por el empresario Philip Green, registró unas pérdidas operativas de 137,5 millones de libras, frente a los 119,3 millones de libras del año anterior, y redujo su beneficio un 4,5%.

El cuarto mayor inquilino de Intu tampoco presenta un escenario más halagüeño. Los grandes almacenes Debenhams, que copan el 3% de los ingresos del grupo, atraviesan un proceso de recortes tras entrar en pérdidas en 2018. La compañía anunció que cerraría hasta cincuenta tiendas en un plazo de tres a cinco años y fichó a una experta en reestructuraciones para su consejo.

La situación mejora en los dos siguientes mayores inquilinos de Intu: H&M y Primark. El grupo sueco continúa elevando sus ventas y no ha atravesado procesos como los de los operadores británicos, aunque también ha tomado medidas para combatir la caída de ventas en Reino Unido.

El año pasado, la compañía comenzó a renegociar con sus caseros para vincular las rentas a la evolución de la facturación en cada tienda, excluyendo las ventas online y las devoluciones. Los propietarios de los locales adujeron que la propuesta era “muy agresiva”, pero reconocieron que H&M cuenta con un poder importante por su amplia presencia en el retail británico. 

La medida comenzará a aplicarse en la renegociación de las rentas que expiran en 2020 y en los nuevos contratos. Aun así, a cierre de 2018, la compañía vinculaba ya el 18% de sus alquileres a la evolución de las ventas.

 

Primark, por su parte, mantiene una estrategia de expansión con retail, que ha sostenido en los últimos años el crecimiento de sus ventas. Con once alquileres, Primark representa el 2% de los ingresos por rentas de Intu. Otro de sus valores seguros es JD Sports, especializada en deporte y que se encuentra en plena expansión.

En cambio, entre las marcas con una cuota del 2% sobre las rentas de Intu se encuentran también cadenas británicas como New Look, River Island y Marks&Spencer, todas ellas inmersas en una reestructuración.

Sólo en el último año y medio, New Look ha cerrado 98 tiendas en Reino Unido e Irlanda en el marco de un CVA, ha salido de China, ha dejado de vender moda masculina en su mercado local, ha reordenado su aprovisionamiento y ha refinanciado más de mil millones de libras de deuda.

Aun así, el grupo ha reconocido que estas medidas “no han sido suficientes para impulsar el crecimiento y robar cuota a rivales más fuertes como Zara y Primark”, según declaraciones recogidas por Financial Times.

River Island, por su parte, cerró el último ejercicio con un beneficio de 35,1 millones de libras, frente a los 80,6 millones del año anterior, y un descenso de las ventas del 2,7%, pese a que el online y el multimarca se mantuvieron al alza. En este contexto, la empresa se sumó a H&M y pidió el año pasado rebajas de hasta un 40% a sus caseros y comenzó a negociar vincular una mayor parte de sus rentas a los ingresos en tiendas.

Por último, Marks&Spencer lleva cuatro años inmersa en una profunda reestructuración que ha supuesto el cierre de cientos de establecimientos y su desplome en bolsa, lo que le llevó a salir del índice Ftse 100 de la Bolsa de Londres.

Completan el top 20 de clientes de Intu Superdry, Watches of Switzerland, Inditex, Clarks y Fraser, todos con una cuota del 1%. 

En España, la empresa ha desinvertido este año en los centros comerciales de Intu Asturias, en Oviedo, e Intu Puerto Venecia, en Zaragoza. Además, prevé poner en el mercado Intu Xanadú, en Madrid, a partir de verano para conseguir liquidez que le permita dar respuesta a las obligaciones de deuda. Por el momento, la compañía continúa con sus planes de construcción de Intu Costa del Sol, aunque tampoco descartar venderlo cuando las obras estén más avanzadas. 

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