LVMH descarta aprovechar el bajón de la bolsa para la compra de Tiffany

LVMH descarta aprovechar el bajón de la bolsa para la compra de Tiffany. El conglomerado francés de lujo tanteó la semana pasada la compra de acciones de la empresa estadounidense en el mercado abierto a un precio inferior al acordado.

“Estos rumores llevan a LVMH a recordar que, de acuerdo con lo pactado con Tiffany en noviembre de 2019, LVMH está actualmente comprometido a no comprar acciones de la empresa”, ha explicado la compañía en un comunicado.

El pasado noviembre, LVMH pactó la compra de Tiffany por 16.200 millones de dólares, 135 dólares por acción.  Tiffany cerró 2019 con unas ventas globales de 4.424 millones de dólares, frente a los 4.442 millones de dólares del ejercicio anterior. El resultado neto de la compañía, por su parte, se situó en 541,1 millones de dólares, lo que representó un retroceso del 7,72% en comparación con los 586,4 millones de dólares de 2018.

Zara pierde el ‘oro’ como marca más valiosa de España

Zara pierde el liderazgo de marca. La compañía gallega, propiedad de Inditex, ha perdido un 17% de su valor de marca en el último año, hasta 13.166 millones de euros, según el último informe publicado por Brand Finance.

El banco Santander se ha situación por encima de Zara, tras incrementar su valor de marca un 5,5% en 2019, hasta 15.852 millones de euros. El top 3 del ránking lo cierra Movistar, que ha ganado una posición pese a que su valor de marca ha caído un 5,4% en el último ejercicio.

Brand Finance ha elaborado un estudio sobre cómo el Covid-19 impactará en el valor de marca de las compañías españolas. Para la consultora, los sectores que tendrá un mayor impacto en su negocio son el textil, el ocio y turismo, la distribución o los seguros, entre otros.

“Las marcas más valiosas y sólidas están más preparadas para afrontar el futuro incierto que acecha a la economía española, veremos a ver cómo son capaces de reaccionar, invertir y trabajar en su marca para minimizar el impacto”, ha señalado Teresa de Lemus, directora de Brand Finance.

Cóndor paraliza su producción y aplica un Erte sobre el 75% de su plantilla

Cóndor también se suma a los Ertes. La compañía catalana de moda femenina ha aplicado un expediente de regulación temporal de empleo (erte) sobre el 75% de su plantilla, que aplica únicamente al personal de fábrica.

La compañía ha tenido que paralizar su producción de su fábrica ubicada en Arenys de Mar (Barcelona) ante la caída de la demanda de pedidos y por la imposibilidad de garantizar la distancia de seguridad entre los operarios.

Cóndor se suma a la medida tomada por otros grupos de distribución de moda en España, como Tendam, Mango, H&M, Adolfo Domínguez, Bimba y Lola, El Ganso o Pompeiii. Por ahora, los Ertes del sector de la moda han afectado a cerca de 20.000 personas.

India suspende toda la actividad industrial en noventa regiones

India da un paso más para contener el coronavirus. El Gobierno del país ha suspendido toda la actividad en noventa regiones ante el avance de la pandemia Covid-19 en la región. La medida afecta tanto a comercios como a fábricas.

Delhi, Uttar Pradesh, West Bengal, Maharashtra, Punjab, Chandigarh, Karnataka, Kerala, Andhra Pradesh, Telangana, Nagaland, Meghalaya, Arunachal Pradesh o Tamil Nadu son algunas de las regiones que han tomado medidas.

En paralelo, el Gobierno de Navendra Modi ha cancelado todos los trenes hasta el próximo 31 de marzo. Además, el Ejecutivo ha pedido que “se extiendan las restricciones al movimiento del transporte de pasajeros no esencial, incluidos los autobuses de transporte interestatales”.

La relojería suiza también echa el cierre: Tag Heuer, Rolex y Hublot paran su producción

 

La relojería también se suma a los cierres. Compañías como Tag Heuer, Rolex y Hublot han paralizado su producción en Suiza, mientras que Swatch ha explicado que reducirá la producción de sus fábricas.

Tag Heuer ha cerrado su sede central en La Chaux de Fonds, en Suiza, así como sus centros de producción en las localidades de Cornol, Chevenez y Artecad. Hublot, también propiedad de LVMH, ha paralizado sus fábricas, así como Patek Philippe y Rolex.

Swatch, por su parte, ha explicado que reducirá la producción de sus centros, pero no cerrará las fábricas del todo. “Tenemos que abordar cada realidad de manera diferente”, explicó la semana pasada Nick Hayek, consejero delegado del grupo.

El retail estadounidense reclama a la Casa Blanca más medidas para paliar la crisis del Covid-19

El comercio, ante el coronavirus. Más de noventa asociaciones de retailers han firmado una carta dirigida a la Casa Blanca en la que piden al Gobierno de Estados Unidos medidas concretas para hacer frente a la crisis del coronavirus.

En el documento, las compañías demandan la necesidad de acceso a un crédito para mantener los negocios a flote. “El mayor problema al que se enfrenta la industria es la liquidez, y el estímulo federal debe ser lo suficientemente rápido y flexible para abordar estas necesidades”, recoge la misiva.

Los minoristas estadounidenses y sus proveedores asociados cuentan ya con pérdidas que ascienden a miles de millones de euros, ha señalado la National Retail Federation. La carta señala que uno de cada cuatro trabajadores del país trabaja de forma directa o indirecta con un retailer.

Los grupos instan al Gobierno de Donald Trump a formular políticas que “protejan y preserven la salud económica de la fuerza laboral minorista y proporcionen suficiente liquidez para que las pequeñas, medianas y grandes empresas continúen siendo viables”.

Los grandes almacenes buscan oxígeno: El Corte Inglés y Macy’s piden préstamos por 1.500 millones

Los gigantes de los grandes almacenes piden un balón de oxígeno ante la crisis del Covid-19. El Corte Inglés ha pedido un crédito de 1.500 millones de euros para hacer frente a los problemas de circulante tras la caída de las ventas en las últimas semanas, según El Confidencial. Por su parte, Macy’s ha puesto en marcha un plan de acción que incluye un préstamo de 1.500 millones de dólares.

El grupo español ha pedido un préstamo a un plazo de entre doce y dieciocho mees, que está siendo estudiado por las autoridades bancarias. Tras el cierre de tiendas en España, decretado el sábado 14 de marzo, las ventas de la compañía cayeron entre un 60% y un 65%, pese a que mantiene abierto el área de supermercados, parafarmacia y electrónica.

Macy’s, por su parte, también ha suspendido el reparto de dividendo, ha comenzado a revisar todos los gastos operativos no esenciales y ha retirado sus previsiones de venta y beneficio para 2020.

“El entorno del retail se ha deteriorado rápidamente desde que dimos la última previsión”, argumentó el consejero delegado de Macy’s, Jeff Gennette, en un comunicado. “Continuaremos tomando las acciones necesarias para garantizar que Macy’s y nuestras marcas emerjan de esta crisis listos para servir a nuestros consumidores”, añadió.

La ucronía de 2020, según el FMI: ¿Cómo sería el mundo sin Covid-19?

“Un escenario de ciencia ficción”. Los informativos de televisión en España han repetido varias veces durante las últimas semanas esta expresión al referirse al escenario que se dibuja en las calles principales de las capitales españolas e internacionales más duramente impactadas por la crisis del Covid-19. Son tiempos más bien de contrautopía o distopía, dos de los conceptos favoritos en la ciencia ficción.

Otro recurso de este género literario es la llamada ucronía, que se define como una reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos que se basa en hechos posibles que no han sucedido realmente. A ucronía es a lo que suenan hoy las previsiones de cualquier organismo de análisis económico sobre la marcha de la economía mundial en 2020 y, particularmente, del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Un crecimiento de la economía mundial del 3,3% en 2020, cuatro décimas más que en el año anterior, y un alza del 2,9% en el comercio internacional, tres veces más que el año anterior, son algunas de las macromagnitudes del último informe del FMI, del pasado enero. Dicho informe generó cierta alerta, ya que reducía el optimismo respecto al anterior de octubre, cuando el crecimiento para el planeta se preveía en el 3,4%.

“¿Tenue estabilización, lenta recuperación?”, titulaba el FMI su primer análisis del año, en el que advertía que “la revisión a la baja se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India, que dieron lugar a una revaluación de las perspectivas de crecimiento correspondientes a los próximos dos años”.

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, apuntó a principios de mes que “nuestro escenario base ya no se aplica; analizamos escenarios más adversos”. “Más de un tercio de nuestros 189 miembros está afectados” por el virus Covid-19, explicó. ¿Qué panorama se dibuja ahora para las principales economías mundiales?

China, la sorprendente recuperación del paciente cero del Covid-19

Para sorpresa de los analistas económicos y de la comunidad internacional, China está resultando ser uno de los claros vencedores de la crisis provocada por la pandemia gracias a la rápida recuperación del país en el que surgió este brote vírico a finales de 2019. Según las previsiones de enero del FMI, China crecería un 6% en 2020, una décima menos que en 2019, continuando con la lenta pero incesante progresión de crecimientos cada vez más bajos.

La segunda mayor economía del mundo continúa siendo la primera en número de afectados por el Covid-19 (el viernes ascendía a 81.199 casos), pero es también la que se está recuperando a mayor velocidad. El pasado febrero, en el marco de la última reunión del G20, el FMI rebajó las previsiones de crecimiento al 5,6%, el alza más baja desde 1990.

Estados Unidos, plan de choque tardío contra el virus

En Estados Unidos, la rección de su presidente, Donald Trump, ha sido tardía, pero la pandemia no ha golpeado con especial intensidad al país norteamericano. El viernes, todavía no se habían superado los 15.000 casos en el país, que se sitúa como el sexto con más contagios.

En enero, el FMI preveía una subida del PIB del 2% en la mayor economía del mundo, tres décimas menos que en 2019. A falta de datos más actualizados, el país está haciendo ahora frente al impacto económico del coronavirus a través de un programa de ayuda sin precedentes el país. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, trabaja en un plan que cuyo importe se sitúa en cerca de 850.000 millones de dólares para reactivar la economía.

Unión Europea, del Brexit al Covid-19

La anterior directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ahora al frente del Banco Central Europeo, anunció el miércoles un plan de choque basado en un programa e compras por valor de 750.000 millones de euros para inyectar recuros a la economía de la eurozona. “Tiempos extraordinarios requieren acciones extraordinarias”, escribió Lagarde tras anunciarse la decisión del eurobanco. 

“No hay límites para nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato”, señaló Lagarde. Según el FMI, la zona euro debía crecer un 1,3% en 2020, una décima más que en 2019, a pesar de las incertidumbres ligadas al Brexit. El coronavirus y su afectación a dos de sus principales economías (principalmente Italia y España) abre ahora una perspectiva más incierta.

Italia, el nuevo polo mundial del coronavirus

Gracias a la recuperación china, Italia se ha convertido en la nueva capital mundial del coronavirus y en el país más duramente impactado por la pandemia. El viernes, el país transalpino contaba ya 41.035 afectados, casi la mitad que China a pesar de ser mucho más pequeño que el gigante asiático en territorio y población.

A pesar de su atonía en los últimos años, el FMI preveía en enero que Italia iba a recuperarse en 2020, con un crecimiento del 0,5%, tres décimas más que en 2019. El viernes, el dibujo era ya totalmente diferente: el país, según el organismo internacional, Italia se encuentra con una “emergencia sanitaria y económica” y su PIB caerá en 2020 un 0,6%.

España, tras los pasos de Italia

El fuerte impacto del coronavirus en Italia no ha llegado a España hasta semanas después. Pese a ello, el país se ha situado ya como el tercero del mundo con más afectados (18.077 el pasado viernes).

El PIB español, que se ha situado netamente por encima del de la media europea en los últimos años, venía mostrando antes del estallido de esta crisis signos de ralentización. En enero, el FMI preveía un alza de la economía española del 1,6%, cuatro décimas menos que en 2019. ¿Las últimas declaraciones de Georgieva sobre España? Un futuro “sumamente incierto”, dijo la semana pasada.

La moda nupcial, en jaque: el sector pierde su temporada y se prepara para los ‘plantones’

La Princesa Beatrice, nieta de la reina Isabel II, tenía previsto casarse con Edoardo Mapelli Mozzi el próximo 29 de mayo. Sin embargo, si la crisis sanitaria del coronavirus sigue adelante, sólo dos personas podrán acudir al enlace. Con tamaña celebración, ¿se pospondrá el enlace? Y, ¿qué hará Beatrice con su vestido? Esto es lo que está sucediendo con todas las bodas que deben tener lugar en las próximas semanas, cuando da comienzo la temporada de enlaces en países como España, poniendo contra las cuerdas y activando las alertas de pérdidas millonarias en las empresas de moda nupcial.

Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2018, junio es el mes del año en que más enlaces se celebran en España. La temporada de bodas comienza en abril y se alarga hasta septiembre. Entre el cuarto y el noveno mes del año, se concentran alrededor del 65% de los enlaces que tienen lugar en España, con picos en junio, julio y septiembre, que copan el 15%, 12% y 15%, respectivamente, del total de las ceremonias del año.

La prohibición de celebrar actos con alta concentración de personas, primero, y el decreto del estado de alerta, después, está provocando cancelaciones de celebraciones. En el mejor de los casos, las bodas se posponen, aunque sin fecha definida. Por un lado, la incertidumbre sobre la duración de la pandemia imposibilita definir fecha y, por otro, los espacios dedicados a convites no tienen fechas disponibles.

 

En esta situación, un gran número de novias están optando por dejar en stand by los pedidos de sus vestidos. Sin embargo, en las bodas más inmediatas estas prendas estaban ya sólo pendientes de los últimos arreglos y, también, de la última parte del pago.

En el modelo de negocio que siguen la mayor parte de empresas europeas de moda nupcial, el vestido se adapta (no es cien por cien a medida) a cada novia, que paga por adelantado una parte de la prenda y, en el momento de la entrega, hace frente al resto del importe. Tal y como explica Pronovias en su página web, las novias suelen acudir a la tienda seis meses antes de la boda: el día del encargo abonan un tercio del importe total; el día de la prueba, el siguiente tercio, y el día de la entrega, el último tercio.

Según fuentes del sector, las compañías del negocio de la moda nupcial se encuentran actualmente definiendo protocolos de actuación en caso de que las novias decidan darles plantón por la cancelación de la boda. Las empresas de tamaño grande, como es el caso de Pronovias, estudian la devolución del dinero, aunque sólo podrían hacerlo en sus tiendas propias y lo tendrían más complicado en las franquicias y en el canal multimarca.

Además, medidas de este tipo sólo podrían ser asumidas por compañías de tamaño grande, y el negocio de la moda nupcial se caracteriza por su alta atomización, con empresas de tamaño pequeño e incluso talleres artesanales.

Incluso las empresas estadounidenses, cuyo modelo de negocio no pasa por la medida, sufrirán las consecuencias. David’s Bridal, uno de los gigantes del sector, ha cerrado sus 300 tiendas hasta el 1 de abril, en uno de los periodos del año más fuertes en ventas, igual que otros grandes distribuidores del país, como Kleinfeld Bridal.

El impacto de la cancelación de celebraciones va más allá del vestido de novia. Con el objetivo de hacer frente a la caída en el número de bodas, las empresas y comercios multimarca han diversificado hacia el vestido de fiesta, dirigido a las invitadas. Si no hay ocasión para ponerse estos vestidos, no se venderán.

Pero no sólo eso. El sector ha encadenado los decretos de cierre de tiendas en prácticamente todo el mundo con la ruptura de su cadena de suministro. China es la mayor fábrica del mundo de vestidos de novia y la crisis del coronavirus provocó el cierre de fábricas y la paralización del transporte, provocando retrasos en la entrega de vestidos y de diferentes componentes.

El vestido de novia es uno de artículos textiles más complejos a la hora de su elaboración, lo que hace del aprovisionamiento una pieza clave de la cadena de valor del negocio. Con 10,6 millones de unidades, según los últimos datos disponibles, China es el mayor fabricante mundial de vestidos de novia.

Vietnam, con una industria similar a la de China, ocupa la segunda posición en el ránking de los mayores fabricantes de moda nupcial, seguido por Estados Unidos, con una producción de 1,8 millones de unidades. España es otro de los grandes exportadores del mundo de moda nupcial.

Los tiempos del sector 

Según un informe publicado el pasado febrero por Global Industry Analysts, el negocio mundial de los vestidos de novia supera los 33.000 millones de dólares y está previsto que crezca hasta 74.900 millones de dólares hasta 2025. España es uno de los mercados de referencia en el negocio, no tanto por su tamaño sino por el perfil de sus operadores.

Los tiempos de la moda nupcial son diferentes a los del resto del sector. El gran momento de la moda nupcial española y europea llega en febrero, cuando las empresas reúnen a sus clientes multimarca para mostrarles las colecciones del año siguiente.

Aunque las fases iniciales del proceso industrial ya han comenzado, tras la convención las compañías inician la producción de los muestrarios, que se entregarán en las tiendas de los clientes entre julio y septiembre. Estas prendas son las que las futuras novias se probarán en los puntos de venta durante todo el año siguiente. A medida que las novias van encargando sus vestidos, los clientes (el canal multimarca) van solicitando repeticiones.

Las empresas, que entre julio y agosto ya han comprado los tejidos, no comenzarán la producción hasta octubre. De todos modos, las marcas adelantan parte de su fabricación previendo cuáles serán los vestidos que más se venderán o los que más quieren empujar.

Oscuridad para después renacer: cómo reacciona la moda a los tiempos de crisis

Primero llega la depresión y después el mundo renace con alegría. Este es el ciclo natural de la economía después de las grandes guerras, un movimiento que se traduce también en la moda. Si muchos comparan la crisis sanitaria mundial del coronavirus con una guerra, ¿cómo será la moda de los próximos años? Relajación, practicidad o eliminación de los excesos son algunas de las tendencias detectadas por los analistas. ¿La diferencia con el pasado? Ahora las reglas no las marca el lujo, sino la gran distribución.

Conversión hacia la oscuridad. La primera reacción ante un periodo fuerte de inestabilidad, crisis o guerra suele ser una tendencia hacia la crudeza, la funcionalidad, la desaparición del adorno y la precaución. Sin embargo, inmediatamente después, el ser humano tiende a llevar la contraria a las circunstancias con un objetivo: volver a ser feliz. “Esto explica en gran parte el triunfo del New Look de Dior hacia la mitad de los años cuarenta”, explica el sociólogo, periodista y crítico de moda Pedro Mansilla. Según el experto, poco después del periodo de oscuridad, el país se “rehace”.

Una de las primeras crisis que transformó la manera de vestir fue la Revolución Francesa. Amalia Descalzo, profesora de Cultura y Moda de Isem, señala que “con ella se abolieron las normas sancionadoras en cuanto al vestir que se habían dado desde la antigüedad y cada ciudadano fue libre de vestirse según su gusto”.

“De aquello surgió un vestido femenino que fue realmente revolucionario, no sólo por interpretar en un vestido una de las proclamas de la Revolución Francesa como fue la libertad, sino también por tirar a la basura corsés y artilugios que ahuecaban las faldas”, añade Descalzo. El vestido que surgió entonces fue el llamado camisa, por parecerse en la simplicidad de las camisas interiores femeninas.

El final de la Primera Guerra Mundial supuso el pistoletazo de salida de unas décadas clave para la concepción del vestuario moderno. Las mujeres habían adoptado parte de los trabajos tradicionalmente masculinos durante la guerra, y su vestuario tras el conflicto también se masculinizó. Las siluetas ceñidas y encorsetadas se convirtieron en vestidos sin forma y de cintura baja. “Provocó un cambio tan radical en la moda que podemos hablar de ruptura o de un antes y un después”, explica Descalzo.

La urbanización de la población y el aumento del tiempo de ocio permitió también la irrupción de un nuevo fenómeno, la moda deportiva, que ya nunca abandonaría los armarios. La evolución de aquel estilo llegó tras el crack del 20, cuando se cambiaron las líneas rectas por modelos que resaltaban la figura humana, sin restringirla. En la década de los treinta, la moda huyó del horror de la guerra y la Gran Depresión con prendas elegantes y escapistas, se desarrolló la moda resort, pensada para viajes a climas más cálidos, y se expandió la moda deportiva con nuevos materiales más ligeros y funcionales.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, París volvió a reivindicarse como la capital de la moda y los talleres que habían permanecido cerrados comenzaron, progresivamente, a activarse de nuevo. Con el fin del racionamiento de tejidos y ropa llegó la era de la ostentación de todo aquello que había estado limitado: tacones, guantes y faldas con mucho cuerpo.

Pero si el New Look de Dior fue el fenómeno que marcó la era en los talleres de París (con sus consecuentes réplicas en los grandes almacenes de América), en la calle lo que mandaba eran las medias.

En agosto de 1945, ocho días después de la rendición de Japón, Dupont anunció que comenzaría a producir de nuevo sus populares medias de nailon. Entre septiembre de 1945 y marzo de 1946, se produjeron en Estados Unidos los “disturbios del nailon”, y en Pittsburgh llegaron a concentrarse más de 40.000 mujeres para comprar los apenas 13.000 pares que había a la venta.

Otros conflictos menores y más cercanos en la historia como la guerra del Golfo o los ataques terroristas de los años ochenta, también tuvieron su respuesta en la moda. Tras el primero, la moda abrió las puertas a la austeridad y tras el segundo, Hermès lanzó un Kelly transparente para aliviar el control de acceso a los aeropuertos. “La correlación entre la sociedad y la moda es una de las reglas que siempre se cumple a rajatabla”, apunta Pedro Mansilla.

Tras la crisis actual del coronavirus, los expertos coinciden que la pauta de reacción a la situación social será la misma, “pero a más velocidad”. Las condiciones de la crisis actual son diferentes, “porque el mundo cuenta con un factor que antes no existía: la hipercomunicación”, según Mansilla, y ya no es la alta costura quien dicta las tendencias, sino los grandes grupos de distribución.

“Sólo Inditex tiene la capacidad de decidir qué se puede o no hacer, porque es capaz de llevar esa propuesta a más de 7.000 tiendas de forma simultánea en todo el mundo”, señala Mansilla. “La moda es ahora lo que dicen los terminales de los ordenadores de las grandes compañías”, agrega. “La gran distribución se alineará con el lujo ya que la vanguardia no se divide por poder adquisitivo, sino por valores compartidos”, explica Javier Plazas, analista de tendencias y consultor de moda. “En un mundo global, los riesgos y las oportunidades son globales”, concreta el experto.

Para Mansilla, además, esta crisis cuenta con un elemento “buena dentro del terror”: la no rotura de las estructuras productivas. “Es más fácil recuperar la producción después de un mes paralizada que después de un año, en el que también ha habido bombas”, señala Mansilla.

Para Silvia Ortega, consultora de moda y lujo, se experimentarán dos fases en la moda tras la crisis del coronavirus. En la primera, “buscaremos recuperar el tiempo perdido con nuestros seres queridos y lo social y experiencial estarán en nuestra lista de prioridades”. “En una segunda fase, a medida que pase el tiempo y se recupere la normalidad, la indumentaria irá cobrando relevancia y la moda recobrará su razón de ser como expresión y vía de disfrute del ser humano”, aclara Ortega.

“La tendencia de la relajación en el vestir se habrá consolidado, reforzada por el tiempo transcurrido confinados en los hogares, pero el deseo de un dressing up irá en ascenso a medida que transcurra el tiempo y mejore el contexto económico”, puntualiza la experta.

El oportunismo será uno de los reflejos que dejará en la moda la crisis del coronavirus. Mansilla explica que los grupos que se suben a la pasarela inventarán reflexiones que remitan a la situación de conflicto, donde el público podrá identificarse. En este caso, el experto no descarta que la próxima temporada se vean “mascarillas con el logo de Gucci o guantes de quirófano con el sello de Dior”.

Plazas se muestra de acuerdo con esta opinión. El experto afirma que desde el conflicto de Irak el mundo no ha dejado de estar en guerra, ya sea una guerra cibernética o bacteriológica. “La guerra contra el cambio climático, las protestas de los chalecos amarillos o los conflictos de Hong Kong son situaciones a las que la moda responde en tiempo real con símbolos como capucha o guantes”, explica.

“Tenemos las necesidades materiales cubiertas, pero no las afectivas, por lo que en un futuro próximo probablemente buscaremos marcas que nos aporten sensación de cobijo emocional y seguridad”, aventura Ortega. “Marcas con fuertes valores y compromiso por crear un mundo mejor, transparentes e íntegras y que durante esta situación estén poniendo sus recursos a disposición de la sociedad, como puede ser Inditex con la elaboración batas, Callaghan con mascarillas o LVMH, con la fabricación de gel sanitario en sus fábricas de perfumes”, añade la experta.

En ese sentido, Plazas también destaca que la moda tiene la responsabilidad de no banalizar los mensajes que se puedan malinterpretar, y sensibilizar con colecciones y mensajes. “Esta crisis llevará a evitar cualquier atisbo de ostentación y dado que el concepto de guerra ha cambiado, afectará de una forma diferente, hacia el minimalismo”, explica. “El enfoque que las marcas tenían ahora hacia la sostenibilidad pasará también a la idea de cuidar a las personas”, detalla Plazas.

“Es difícil hacer previsiones sobre lo que va a venir”, destaca Ana Balda, profesora de la Universidad de Navarra. “Seguramente se dejará de hablar de apocalipsis porque la gente tiene ganas de salir a la calle y concentrará sus fuerzas en salir adelante”, añade la experta.

“Sería interesante tener en cuenta el papel que ocupará la industria textil y su papel en la creación de tejidos inteligentes”, explica Descalzo. “La indumentaria militar siempre ha sido muy importante en la evolución del traje civil a lo largo de la historia, a ellos les debemos todos los tejidos inteligentes que disfruta la sociedad civil”, señala la experta. “Creo que a partir de aquí la industria textil y con ellos los creadores de moda estarán ocupados en incluir un vestuario realizado con tejidos inteligentes que nos libren de estos enemigos que no vemos como son los virus”, añade Descalzo.

El aumento del entorno digital y el mercado de la segunda mano son las dos principales tendencias que identifica Plaza que despuntarán tras la actual situación. La reventa de ropa terminará de imponerse entre los consumidores, “que tras el confinamiento se darán cuenta de la cantidad de ropa que no usan”, explica Plaza.

Para Plazas, Netflix e Instagram son ahora quienes dictan las tendencias, y el mundo está más conectado que nunca. De hecho, el experto apunta a que se aumentará la inversión en esports, ya que “ahora hay millones de personas en el planeta jugando diariamente”. “Son los únicos deportistas en activo, la audiencia está ahí y va a ir a más, y las marcas le seguirán”, concreta Plazas.

Existen otras tendencias que van a afectar al sector en general según Plazas, que van más allá del diseño. Una de ellas es el impacto en el ámbito de los recursos humanos a la hora de contratación de nuevos perfiles. El experto opina que los perfiles tecnológicos serán los más demandados para trabajar en entornos digitales tras el boom después de la crisis. También en este sentido, Plazas añade que aumentará la contratación de freelances, ya que es probable que se abra una ventana a la colaboración de empresas con profesionales.

La flexibilidad laboral también será una de las consecuencias tras la crisis del coronavirus, ya que esta situación ha dejado ver que no es necesario trabajar desde una oficina, aclara el experto. Plazas también asegura que el modelo de distribución también cambiará tras el confinamiento y generará nuevos conceptos de retail. “Aumentarán las pop ups y también se dará lugar a nuevos conceptos de tiendas experienciales para compensar el crecimiento del ecommerce y generar más experiencias en el punto de venta”.

Plazas también anticipa un aumento de las colaboraciones entre marcas al hilo de la humanización de la sociedad. “Es muy probable que esta sea una de las consecuencias como respuesta a todo lo que está sucediendo”, concluye Plazas. 

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