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Siguen siendo privilegiados los baristas, por tener los conocimientos para preparar una excelente taza de café, y las cafeterías, por contar con máquinas profesionales para tal bebida. Pero esos privilegios ya no son tan amplios. Tanto en casas como en oficinas hay una oferta interesante de cafeteras que no tienen la ambiciosa labor de producir cientos de tazas al día ni de que solo las puedan manejar adecuadamente los genios de la preparación.
Para degustar un buen café, sostienen los baristas, debemos primero, comprar un producto de calidad y, segundo, prepararlo en una máquina también de calidad. Y en ese mercado la competencia está muy dura porque grandes fabricantes han unido sus nombres a poderosas distribuidoras globales, para comercializar las máquinas.
En esa competencia las que han desarrollado modelos de moderna tecnología y destinados a su uso casero son las máquinas de cápsulas, que ganan posiciones en un mercado que dominaban las automáticas, las express y las italianas.
Máquinas de cápsulas
Las máquinas de cápsulas se han vuelto muy populares, por su rapidez y seguridad de un producto de buen sabor. Las cápsulas son de aluminio, con un cierre hermético, y contienen café molido. Las máquinas las perforan y les inyectan agua caliente. Tienen además la ventaja de que una vez usadas, las deposita en un compartimento interno, que facilita su posterior desecho y reduce el impacto que usualmente deja el café ya colado.
La alemana Krups, la italiana De’Longhi, la holandesa Philips y la alemana Bosch son las que mayores posiciones han ganado en ese mercado de hacer máquinas para cápsulas.
Krups es una firma de gran tradición, que se especializa en la fabricación de aparatos de cocina, con una trayectoria de respeto en máquinas de café, que data de 1846. El nombre de la compañía evoca el apellido de su fundador en el Siglo XIX, Robert Krups, un verdadero fanático de las máquinas cafeteras.
De’Longhi tiene una historia de 117 años, también de origen familiar, que se especializa en ar,tefactos de cocina y tiene fama de vanguardista en diseño. Tiene 30 subsidiarias fuera de Italia.
Philips es una de las gigantes de la tecnología a escala mundial, con enfoque especial hacia los equipos médicos. Es una de las empresas más grandes de Holanda, fundada a fines del Siglo XIX.
También de ese siglo es Bosch, una global más conocida por la fabricación de partes para la industria automotriz y la ingeniería de construcción, pero que tiene una división de electrodomésticos, que se encarga de producir máquinas de café.
Y con las fabricantes, el otro poder del mercado está basado en las grandes compañías vendedoras de café. La mayor del mundo es Nespresso, cuya controladora es la global suiza Nestlé.
Nespresso fue creada en 1986, para comercializar las cápsulas de café, concebidas, según la empresa, por un ingeniero aeroespacial de su nómina, el francés Eric Favre, quien igualmente, ideó cómo deberían ser las máquinas para su preparación, para lo cual se basó en la observación del trabajo de un barista. Y para triunfar con sus cápsulas, Nespresso pactó con Krups un joint venture para fabricar tales máquinas. Fue un éxito que catapultó sus ventas.
Las cápsulas fueron desarrolladas por Nestlé, pero en la actualidad tienen competidores que le pelean el que fuera su mercado cautivo.
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