Dior expande su alianza con Jordan Brand y lanza moda y accesorios

Dior estrecha su alianza con Jordan Brand. La empresa francesa, propiedad de LVMH, y la marca controlada por Nike presentarán una nueva colección cápsula de moda y accesorios, que se lanzará a partir de abril, según WWD.

La primera colaboración entre ambas firmas se presentó en el desfile de Dior en Miami durante Art Basel Miami Beach, el pasado diciembre. Entonces, la unión se limitaba a un nuevo modelo de las clásicas zapatillas de baloncesto.

Sin embargo, la nueva colección Air Dior estará compuesta por ropa deportiva inspirada en los años ochenta, con una paleta de colores azul marino, blanco y gris. Los precios de cada prenda todavía se desconocen. Anteriormente, Jordan Brand realizó colaboraciones con Off-White, Fragment Design, Dover Street Market y Comme des Garçons.

LVMH, el conglomerado que controla Dior, es propietario también de marcas como Louis Vuitton o Céline. El grupo cerró 2018 con un crecimiento del 10%, hasta 46.826 millones de euros. El beneficio neto se incrementó un 18%, hasta 6.354 millones de euros.

Kingpins continúa su apuesta por la sostenibilidad y se alía con Zdhc

Kinpings sigue apostando por la sostenibilidad. La feria especializada en denim se ha aliado con la asociación sin ánimo de lucro Zdhc con el objetivo de promover la sostenibilidad en los sectores del textil, la confección y el calzado.

En concreto, Zdhc impartirá una serie de charlas en la próxima edición del certamen, que tiene lugar entre el 20 y 21 de enero. Los seminarios se centrarán en cómo gestionar los residuos en la industria textil y ofrecerá una serie de pautas.

“Kingpins se dedica a educar, inspirar y equipar a la industria del denim, desde fábricas y fabricantes hasta marcas y minoristas, para lograr un cambio real y significativo”, ha señalado Andrew Olah, fundador de Kingpins Show y Kingpins Transformers, en un comunicado.

Fundado en 2004, Kingpins se ha consolidado como uno de los eventos clave para la industria del denim. Desde entonces, el certamen ha ido exportando la fórmula a diferentes puntos del planeta. La feria se organiza en Ámsterdam, Nueva York y Hong Kong.

Desigual crece con retail en México y roza las cien tiendas en el país

Desigual suma y sigue en México. La compañía española de moda continúa ampliando su red comercial en el mercado azteca con la puesta en marcha de un nuevo establecimiento en el centro comercial Paseo Interlomas, en el municipio de Huixquilucan.

En el complejo, la compañía compartirá espacio con otras empresas españolas e internacionales como Zara, Bershka, Bimba y Lola, Forever 21 o Studio F, entre otras. La apertura de la nueva tienda de la empresa se produce poco después de abrir dos puntos de venta en Veracruz a finales de año.

La compañía española desembarcó en México en 2015 de la mano de El Palacio de Hierro. Actualmente, Desigual cuenta con trece puntos de venta en el mercado azteca, repartidos entre centros comerciales como Antara, Artz Pedregal, Perisur o Satélite Toro, entre otros.

La empresa está presente en noventa países con alrededor de quinientos establecimientos. Desigual finalizó el ejercicio 2018, el cuarto año de su plan de transformación, con una caída de las ventas del 14%, hasta 655 millones de euros, perdiendo la barrera de los 700 millones de euros por primera vez desde 2011.

Del consumo a los materiales: la moda regresa al consejo de sabios de Davos

Davos vuelve a dar voz al negocio de la moda. Consumo, industria, cadena de valor, transparencia, energía y, sobre todo, sostenibilidad serán las principales cuestiones que afectarán al futuro del sector que se abordarán en la próxima edición de la cumbre del Foro Económico Mundial. La jornada tendrá lugar en la localidad suiza de Davos entre el 21 y 24 de enero.

El negocio de la moda estará presente en primera persona en la mesa redonda Redesigning Fashion for a Sustainable Future. Según el Foro, la economía global puede ganar más de 177.000 millones de dólares (158.771 millones de euros) al año a través de un uso más eficientes de los recursos y mejoras en las condiciones de trabajo.

En la charla se debatirá sobre cómo pueden los líderes del sector de la moda unir fuerzas en cuestión de sostenibilidad con el objetivo de aumentar la transparencia, la circularidad y la inclusión en la cadena de suministro.

Una de las respuestas del debate es que el negocio de la moda deberá aprovechar las tecnologías de la cuarta revolución industrial incrementando la eficiencia a través de la estandarización y la colaboración entre empresas.

Entre los expertos que participarán en el debate se encuentran Andrew Moose, director de retail, bienes de consumo y lifestyle del World Economic Forum; Holly Syrett, manager de la división de transparencia de la Sustainable Apparel Coalition; Miroslava Duma, consejera delegada y fundadora de Future Tech Lab; el arquitecto estadounidense William McDonough; la activista, abogada y modelo sudafricana Thando Hopa y Brune Poirson, Secretaria de Estado de Francia y ministra de Transición Ecológica y Solidaria.

El futuro del consumo también será objeto de debate en la próxima cumbre del Foro Económico Mundial. La agenda de la jornada ha dado prioridad a este asunto con la conferencia Shaping the Future of Consumption, en la que se reflexionará sobre cómo ha cambiado el panorama competitivo en el último año, cuáles son los desafíos y oportunidades de la próxima década y cuáles deberían ser las prioridades.

Otro de los ámbitos que afectan a la industria de la moda, los materiales y la energía, también se ha hecho un hueco en Davos. La jornada revisará cómo las industrias y las instituciones globales están llevando a cabo iniciativas para el cambio y los retos para la próxima década.

Además, la jornada también pondrá el foco en cómo ha afectado la transformación tecnológica de la cadena de valor, de la que dependen uno de cada cinco empleados de las potencias mundiales y dos tercios del comercio internacional. Según Davos, las presiones ambientales y la geopolítica han redefinido los flujos de la cadena. Durante la jornada se cuestionará sobre cómo estos cambios modificarán las estrategias empresariales y afectarán a la economía.

También sobre la cadena de suministro, el Foro Económico Mundial hará hincapié en la trazabilidad y transparencia, ya que tiene el potencial de descubrir el impacto ambiental y social de cualquier producto, así como optimizar los recursos disponibles, definir la autentificación de los productos y asegurar el comercio justo.

China, a por la rata de metal: sesenta años más para el mayor mercado de la moda

La casualidad ha querido que, por una vez, los horóscopos y los economistas coincidan en un pronóstico. China comenzará el sábado el año de la rata de metal, que marca el inicio de un nuevo ciclo de sesenta años y que promete, según los expertos, un cambio radical. La segunda mayor economía del mundo deja atrás décadas de crecimiento imparable a cualquier precio para abrazar una nueva etapa en la que tendrá que digerir ese progreso y definir su papel en el escenario mundial.

La moda ha sido testigo directo de la transformación de China en los últimos años y ocupará también un papel protagonista en su siguiente etapa. Si en 2005, con su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), China se convirtió en la fábrica de la moda, en 2022 pasará a ser su mayor mercado de consumo, según datos de Euromonitor International.

Entre 2018 y 2022, las ventas de moda en el país ascenderán un 10,2%. En 2024, la facturación del sector en el país ascenderá a 435.328 millones de dólares, frente a los 384.560 millones de Estados Unidos y cuatro veces más de lo que generará la India, con 100.000 millones de dólares, según Euromonitor.

El país continuará siendo un importante polo de aprovisionamiento del textil y la confección, si bien en los últimos años ha comenzado a virar su enfoque hacia productos de mayor añadido, externalizando el resto a países de su entorno como Bangladesh. China es también uno de los principales inversores extranjeros en el textil etíope, considerado el próximo hub del sector.

China es el mayor exportador de textil, copando un 37,6% de las ventas globales, frente al 10,3% de 2000. Las exportaciones chinas de esta categoría de producto ascendieron a 119.000 millones de euros en 2018, según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El país es también el tercer mayor importador de textiles, tras la Unión Europea y Estados Unidos.

En ropa, China copa el 31,3% de las exportaciones pero todavía tiene un peso pequeño en las compras, con una cuota del 1,6% (excluyendo Hong Kong). En 2018, exportó ropa confeccionada por valor de 158.000 millones, en línea con el año anterior. De hecho, las ventas al exterior de este sector encadenan ya cuatro años sin crecer, tras cerrar 2016 con una caída del 9%; 2017 con un descenso del 1% y 2018 en plano.

Este año está, además, marcado en rojo en el calendario de China, que se había fijado varios objetivos económicos para 2020 a las puertas del centenario del Partido Comunista, que se celebrará el próximo año.

Una de esas metas pasaba por duplicar su Producto Interior Bruto (PIB) entre 2010 y este año. China es ya la mayor economía del mundo en términos de PIB a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA) y todos los pronósticos apuntan a que cumplirá esa meta este año, pese a que la economía está desacelerando.

Para lograrse el objetivo, el país tendría que haber crecido, de media, un 7,5% al año desde 2010. La década empezó fuerte, con un alza del 10,3% en 2010, pero desde entonces el país ha perdido empuje. En el tercer trimestre de 2019, China creció un 6%, su menor subida en treinta años. Para alcanzar el objetivo marcado por el anterior presidente, Hu Jintao, China debería crecer al menos un 6%, una meta que parece realista.

También su PIB per cápita se ha disparado en los últimos años, pasando de 3.468 dólares en 2008 a 9.770 dólares en 2018. En 2015, ya con Xi Jinping al frente, el país se marcó como objetivo eliminar la pobreza extrema, definida como el número de personas con unos ingresos anuales de menos de 2.300 yuanes (300 euros). En 2015, había más de 50 millones de personas en este grupo, en 2018 se bajó por primera vez de la barrera de los 20 millones y el objetivo este año es reducir el dato hasta cero.

En las últimas décadas, China se ha convertido en la mayor fábrica del mundo, se ha industrializado a una velocidad frenética y ha escalado de la décima a la segunda mayor potencia mundial en sólo veinte años. Un proceso que a Europa le llevó siglos lo ha recorrido en sólo una generación. Pero ¿cuál es el siguiente paso?

El país lleva ya varios años inmerso en un proceso de transformación de su modelo económico, con el objetivo de pasar de ser un país apoyado en la industria, sin apenas garantías sociales ni regulación medioambiental, a una economía de consumo, abierta al mundo y siguiendo las normas globales.

Hamish McRae, autor del libro The World in 2020, publicado en 1994, anticipa en un artículo de The Economist que, en 2050, China “será claramente la mayor economía del mundo, pero el envejecimiento y la caída de su población harán que deje atrás su visión de dominio global para centrarse en hacer la vida más segura y cómoda para su gente”.

La demografía es, de hecho, uno de los principales desafíos para el país. Aunque abandonó la política del hijo único hace ya cinco años, la decisión no ha sido suficiente para revertir la tendencia descendente de la tasa de natalidad. Las previsiones más optimistas del Gobierno señalan que para 2020 los nacimientos no sobrepasarán los 16 millones.

Según las Naciones Unidas, la población China se reducirá en 31,4 millones de personas, o un 2,2%, hasta 2050. En menos de una década, aproximadamente en 2027, India superará al país como el más poblado del mundo.

Esto supone que a la propia transformación del país se sumará el gran desafío de hacer frente a una población envejecida antes siquiera de haber desarrollado un sistema de protección social.

La transición en el modelo económico no parece que vaya a venir acompañada de una transición política. El país continúa estando dominado por un único partido, el comunista, con un presidente todopoderoso.

En la Asamblea Nacional Popular de 2018 se aprobó una reforma de la constitución que eliminó el límite de dos mandatos de cinco años para el presidente, garantizando el liderazgo a Xi Jinping más allá de 2023, cuando estaba previsto.

Además, el país ha aumentado el control sobre su población, ha estrechado la censura en Internet y ha sido muy criticado por sus ataques a diferentes comunidades del país para imponer la cultura de “una sola china”.

 

“Las políticas del Gobierno chino dentro y fuera del país son una amenaza para todo el sistema global de protección de los derechos humanos”, denunció el año pasado la ONG Human Rights Watch.

El malestar con el Gobierno se ha hecho tangible en el último año en Hong Kong, donde miles de personas han salido a la calle para reclamar un sistema democrático. Sobre la excolonia británica pende como una espada de Damocles el deadline establecido para el pacto un país, dos sistemas, que vence en 2047.

Mientras, en el extranjero, China continúa inmersa en una guerra comercial con Estados Unidos, aunque la tensión se ha relajado con la firma de la primera fase del acuerdo. El país se enfrentará también a otros desafíos en su ambición de ganar influencia global.

La economía digital, con gigantes como Huawei, Tencent y Alibaba en cabeza, ha sido uno de los pilares de la transformación económica del país. Pero en el último año la geopolítica ha entrado en escena: Australia, Japón y Estados Unidos han impuesto ya duras restricciones a Huawei, citando motivos de seguridad, y países como Canadá, India o Italia están también considerando imponer restricciones.

 

Estas limitaciones no sólo afectarán al gigante asiático: sin acceso a Huawei, el desarrollo del 5G, clave para tecnologías transformadores como el Internet de las Cosas, dependerá de otros proveedores más caros como Nokia, Ericsson o Samsung.

Esta transformación se producirá, además, en un nuevo contexto global, marcado por el replanteamiento del propio sistema capitalista que China ha abrazado en los últimos años. Los términos en los que se ha definido el progreso en los últimos siglos podrían no ser los mismos que en el futuro.

El envejecimiento del planeta y la expectativa de una probable japonización de la economía en los mercados maduros, sumado a una mayor conciencia en términos de bienestar y sostenibilidad, podrían cambiar las reglas del juego. De hecho, países como Nueva Zelanda ya han cambiado su estándar para medir el progreso, citando factores como la integración o el respeto al medio ambiente.

El papel que tendrá China en esta nueva era está todavía por ver pero, al menos, el horóscopo acompaña: la rata, dicen los expertos, es un signo de líderes, inteligentes y de los que siempre consiguen lo que se proponen.

Décimas supera los 233 millones pero sigue encogiendo su beneficio

Décimas continúa creciendo, pero a costa de la rentabilidad. La cadena de moda deportiva ha superado la barrera de los 230 millones de euros pero ha vuelto a reducir su resultado neto, según las últimas cuentas de Sport Street, la matriz de la compañía, depositadas en el Registro Mercantil.

En concreto, Décimas disparó su facturación un 10,6% en el ejercicio 2018, hasta 233 millones de euros. España se mantiene como su principal mercado, con ventas que en el último ejercicio superaron los 200 millones de euros.

La empresa, que en el último año ha reforzado su expansión con aperturas en ejes como la Gran Vía de Madrid, facturó 219 millones de euros en el país, un 10,3% más que el año anterior.

El mercado de mayor crecimiento para la compañía fue Portugal, donde disparó su facturación de 1,6 millones de euros en 2017 a 2,8 millones en 2018. La empresa también creció a doble dígito en Rumanía, donde elevó su facturación un 27,7%, hasta 2,7 millones de euros.

En cambio, en Francia las ventas apenas se elevaron un 0,6%, hasta 7,8 millones, y en Polonia retrocedieron un 0,4%. En el último año, Décimas ha extendido sus operaciones online a todos los países europeos a los que opera, si bien no desagrega las ventas que se realizan a través de este canal.

Pese al avance de las ventas, la cadena ha continuado reduciendo su rentabilidad: la compañía elevó su resultado bruto de explotación un 3,8%, pero redujo su beneficio neto por tercer año consecutivo un 2,6%, hasta 8,5 millones de euros.

Décimas casi eliminó su deuda a largo plazo, que se redujo hasta apenas 1,5 millones de euros, pero elevó su deuda a corto hasta 15,5 millones de euros, frente a los 8,9 millones del año anterior. La compañía detalla que durante el ejercicio 2018 amortizó anticipadamente un préstamo por valor de 2,68 millones de euros cuyo vencimiento inicial era de noviembre de 2018.

Sport Street engloba a las filiales de Portugal, Francia, Rumanía y Polonia, así como las sociedades de Polinesia, su concepto de moda urbana, e Invain. Además, el grupo tiene acuerdos con Adidas para gestionar varias de sus tiendas. En total, la compañía madrileña emplea a 2.460 personas con todas sus cadenas y en todo el mundo.

¡Que trabaje el cliente! La moda abraza el ‘user generated content’ para cazar a los Z

Las redes sociales han creado un nuevo paradigma en el consumo y la comunicación. Las webs y los perfiles sociales de las marcas muestran, cada vez más chicas y chicos guapos usando productos de firmas y promocionándolos. Pero no son modelos, sino influencers o clientes anónimos. En el nuevo decenio, el consumidor se ha convertido en creador de contenido. Es el user generated content (UGC), un contenido creado de forma amateur, y más o menos espontáneo, con el que las marcas se ahorran costes y se conectan más con la nueva generación.

El funcionamiento es muy sencillo. Los usuarios cuelgan fotos en cualquier perfil en sus redes sociales. Las empresas, con ayuda de los proveedores, monitorizan las imágenes que hablan de su marca, seleccionan las que más les encajan y las utilizan en diferentes plataformas y con objetivos diversos, desde la venta de un producto concreto hasta la creación de comunidad.

Aunque ahora se conozca con este nombre, Burberry fue el pionero. En 2013 lanzó una iniciativa que, hoy, formaría parte del user generated content. Se llamaba Art of the Trench y Scott Schuman, el dueño del blog The Sartorialist, fotografíaba a gente por la calle llevando gabardinas Burberry. La empresa creó así comunidad y puso en valor la prenda más referente para la compañía.

La generación Z maneja el timón del cambio

Tras casi setenta años de publicidad, el cliente se ha aburrido. Las nuevas generaciones buscan inspiración, comunidad y experiencias. Según Nielsen, el 92% de los consumidores confían más en las redes sociales que en la publicidad. Por ello, el márketing ha desarrollado el user generated content (UGC) como una nueva herramienta. Además de ahorrar costes de producción del contenido, los clientes tienen más confianza. Tint, una empresa proveedora de este servicio, asegura que un 65% de los usuarios confía más en este tipo de contenido. En base a un estudio realizado por la misma compañía, para el 42% de los directores de márketing el engagement con el consumidor es uno de los principales pain points.

La generación Z es la responsable. Stackla, proveedor de servicios para gestión UGC señala que, el 73% de estos consumidores quieren autenticidad y tener una experiencia personalizada al realizar la compra.

Nuevos proveedores para un nuevo entorno

En este nuevo contexto, no sólo existe negocio para compañías y usuarios, que muchas veces acaban sacando beneficio por compartir su contenido. De la mano de esta nueva necesidad han surgido empresas dedicadas enteramente a vender servicios UGC con softwares que gestionan este contenido. Este contenido lo aplican en diferentes acciones de márketing, desde redes sociales o web hasta publicidad u offline. El resultado es que los costes por la creación de contenido único descienden y consolidan un discurso 360 grados utilizando un contenido que viene directamente de sus consumidores. Dentro de los proveedores más importantes a escala mundial se encuentran nombres como Photoslurp, Stackla, TINT y la española Olapic.

Photoslurp es una plataforma visual de ecommerce fundada en 2014 en Barcelona. Basa su demanda en proveer a las empresas la integración de UGC en todo el proceso de compra. Dentro de su cartera de clientes, se encuentran compañías de diferentes sectores donde también entra el retail.  United Colour of Benetton, por ejemplo, ya lo está utilizando.

Stackla es otra compañía dedicada al contenido visual pero con sede en San Francisco. Busca contenido que sea relevante y, después, analiza cómo ha funcionado. Provee con sus servicios a empresas como Lush o L’Oréal, centrándose en campañas de redes sociales.

Otra de las estadounidenses es Tint, ubicada en Texas desde 2013. Como las anteriores, se ha especializado en encontrar, publicar y analizar el contenido generado por usuarios. Pandora o Nike ya están trabajando con la compañía para mejorar su rendimiento.

Dentro de estas empresas hay otra española con sede en Nueva York. Olapic, fundada por los españoles Pau Sabrià, José de Cabo y Luis Sanz en 2009, fue vendida en 2016 a Monotype, empresa creadora de tipografías como Times New Roman. Centrada en el sector de la moda y la belleza, Olapic ha brindado servicio a empresas como Adidas, Garnier o Carhartt.

UGC en la práctica

Varias marcas han aprovechado la oportunidad en esta nueva técnica de marketing. Ternua, por ejemplo, ha creado en su web la comunidad TERNUA #PLANETGUARDIANS. Los usuarios pueden compartir las fotos en sus redes sociales con el hashtag. Gracias a los servicios de software la sección se actualiza con imágenes de los propios usuarios y al hacer click, se pueden comprar las prendas de la foto directamente.

Otro ejemplo es el de Cluse, una empresa de relojes, que ha conectado el contenido de Instagram con su web creando un escaparate de cómo sus clientes llevan el producto. Esta acción ha incrementado la conversión de sus usuarios en un 19% tal y como presenta la plataforma de gestión Photoslurp. Massimo Dutti o Uterque, marcas del grupo Inditex, también están probando este nuevo servicio para poder ofrecérselo a sus clientas.

La hoja de ruta ha cambiado. Las compañías ya no mantienen una relación unidireccional con sus usuarios. Ahora, los usuarios crean la conversación en torno a la marca y son las compañías quienes utilizan ese el contenido para vender sus productos. La generación Z tiene el control, pero ¿tienen las empresas el control de los Z?

Observatorio de la moda en España: perspectivas 2020 ¿cómo prepararse para un año de retos?

¿El sector es permeable a la economía? ¿Está la moda más preparada ante una inminente crisis? ¿Cuáles son las palabras que marcarán al sector en la nueva década? ¿Y los errores a evitar? Estos fueron algunos de los focos de debate en la última edición del Observatorio de la Moda en España, una serie de encuentros organizada por Modaes.es para debatir sobre aspectos clave del sector. Patrocinada por Analyticalways, la sesión celebrada el pasado 4 de diciembre se desarrolló bajo el título Perspectivas 2020: ¿Cómo prepararse para un año de retos? y contó con la introducción de Jaime Díez, client director en Kantar.

“En los últimos años han llegado cambios y realidades para quedarse”, explicó Díez en el inicio de la sesión. Cambios en los hábitos del consumidor, sostenibilidad y tecnología y competencia son, según el consultor, las nuevas realidades del sector.

En primer lugar, Díez apuntó que el cliente de hoy es un consumidor experto, que ha aprendido a comprar barato y ahorrar comprando, impulsado, en gran medida, por el clima de descuentos que las compañías ofrecen durante todo el año.

 

Por otro lado, existe un reto demográfico, según el experto. “Estamos en un momento en que no hay crecimiento de la población, hay menos niños, y una gran parte de los jóvenes sufre precariedad”, apuntó Díez. “En este escenario, la población adulta es más relevante para las empresas de moda”, señaló. Sin embargo, “este consumidor tiene que aprender a incorporar nuevos canales que antes no tenía y abrirse a nuevos estilos de vida”, explicó.

Además, “existe una gran competencia entre retailers, todos luchan contra todos, por lo que las empresas tienen una necesidad constante de reclutar nuevos clientes, nadie es fiel”, apuntó Díez. Además, “en los últimos tres años hemos sufrido una situación de estancamiento y ajuste severo, hasta el punto de preguntarnos si hemos tocado fondo”, explicó Díez. “Ese ajuste se traduce en los precios, y el consumidor es muy sensible a los vaivenes en este contexto”, prosiguió el consultor. El reto en este escenario es llevar a cabo nuevas iniciativas en plena incertidumbre, porque el sector “no es independiente a la economía”, añadió Díez.

“La coyuntura influye muchísimo, está en la mente de todo el mundo, sobre todo del consumidor”, coincidió Montserrat Figueras, directora general de SystemAction. “Ahora el consumidor prefiere destinar el dinero a momentos de su vida que le den felicidad”, argumenta la directiva.

 

“Cuando empieza a apretar el bolsillo, la moda es uno de los primeros sectores que deja de ser un bien de primera necesidad”, compartió Sergio Almeida, area manager de Salsa Jeans. “Con la crisis, las compras son más pensadas y racionales, y nos jugamos más en la medida que entran nuevos players con precios inferiores”, continuó el directivo. En ese sentido, Ana Cruz, directora de márketing de Analyticalways, señaló que “estamos entrando en un momento de recesión, el consumidor siente miedo, y la moda es un gasto superfluo”.

“Todavía está muy fresco lo que pasó hace diez años”, opinó, por su parte, Mònica Moran, directora de wholesale de Lacoste para España. “Estamos pagando lo que hicimos hace diez años: quitarnos de encima el stock y tirar la marca”, continuó Moran. “Aunque nos hemos ido recuperando, nos hemos quedado con la política del descuento”, señaló la directiva.

En cuestión de promociones y política de precios, todos los directivos se pusieron de acuerdo en que el mayor reto del sector en los últimos años, y en los años que vienen, son las promociones. “Si no hacemos promociones nos morimos”, lamentó Luis Salas López, consejero delegado de Bosanova. Pero la competencia es el factor clave en esta política, coincidieron los directivos.

“Tenemos miedo a la competencia, no queremos que nadie nos pise”, apuntó Katia Vilagines, fundadora de Kaotiko. Black Friday, mid season sales o semana de oro son algunos de los nombres que ha puesto la moda para incentivar el consumo, “pero al final es como adelantar las rebajas”, explica Mónica Cantor, directora general de Hunkemöller en España, “y el cliente ya se ha acostumbrado”, añadió Bárbara Bruno, fundadora de Tinycottons.

 

La sostenibilidad es una de las palabras que más han marcado los últimos años en la moda. “La crisis también es de valores, no sólo de economía”, alertó Vilagines. “Hay que preocuparse por esto y hay que empezar a hacer algo, porque ya lo estamos haciendo tarde”, confesó Almeida. La palabra global, según Cantor, también ha formado parte del sector en los últimos años, “así como social media”, señaló la directiva. “También tecnología, aunque no hemos sabido estar a la altura”, explicó Moran. “Hoy en día la tecnología se ha democratizado y existen menos barreras, eso es un punto positivo a tener en cuenta”, apuntó Cruz.

Ante la pregunta de qué errores tiene que evitar la moda de cara al nuevo ciclo, todos los directivos lo tuvieron claro: los descuentos. “Tenemos que dejar de prostituir los precios”, señaló Moran y “dejar de tener falta de control”, apuntó Vilagines. “El Black Friday irá desapareciendo y en la próxima década no existirá, nos vamos concienciando poco a poco”, coincidió Figueras. Almeida, por su parte apuntó que el futuro pasa por no cometer excesos, “ser muy racionales y metódicos, cuando empiezas a entrar en locura pierdes el control.

En ese sentido, Salas añadió que “las marcas ya están retrocediendo en la política de descuentos”. “No tener al cliente como primera opción”, apuntó Bruno, por su parte. Además la directiva señaló que “el futuro es online, por lo que hay que evitar problemas ahí”.La marca también es otro de los elementos a tener en cuenta para los próximos años, según los ejecutivos. “Es muy importante trabajar para que los clientes formen parte de ella”, concluyó Moran.

Hacia el modelo híbrido: fase III

Los retailers profundizan a pasos agigantados en su estrategia omnicanal. Su integración online y offline es cada vez más eficiente en operativa de negocio y en experiencia del cliente. La nube y la analítica de datos son las tecnologías que más han contribuido a esta evolución al permitir tener una foto en tiempo real de las operaciones y conocer mejor al cliente.

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Aprovechemos nuevas sensibilidades

En los últimos tiempos, cuando escribimos acerca del sector, siempre ponemos un foco especial en la situación que ha estado viviendo desde que empezó la crisis, los ajustes que ha tenido que experimentar y cómo el comportamiento del consumidor y la evolución de la distribución le han afectado a lo largo de todos estos años.

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