La confianza de los consumidores se desploma en marzo por el coronavirus y registra un mínimo histórico

El coronavirus desploma la confianza de los consumidores en marzo. En el tercer mes del año, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se ha situado en 63,3 puntos, según los datos provisionales del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Esta es la mayor caída del indicador en toda su serie histórica.

El indicador ha retrocedido en 22,4 puntos respecto a febrero, cuando alcanzó 85,7 puntos. En relación al mismo mes del año anterior, la confianza de los consumidores ha retrocedido en 30,6 puntos.

La valoración de la situación actual, por su parte, se ha situado en 57,2 puntos, frente a los 75,9 puntos del pasado febrero, mientras que el índice de expectativas ha alcanzado 69,4 puntos, frente a los 95,4 puntos registrados el mes anterior.

Los mayores descensos se producen en relación a las valoraciones sobre la economía en el futuro inmediato, que ha retrocedido en 30,2 puntos respecto a febrero. Las expectativas sobre la evolución del mercado de trabajado han caído en 21,8 puntos mientras que la futura evolución de la situación de los hogares ha descendido en 8,3 puntos.

La industria china de la moda hunde su producción un 36,6% por el coronavirus

La industria china de la moda, a la baja por el coronavirus. La producción del sector ha descendido un 36,6% en enero y febrero por la crisis del coronavirus, según datos de la agencia estadística china.

La cancelación de pedidos por parte de operadores como H&M o Primark también ha penalizado a las exportaciones del país, que han descendido un 20% durante el periodo, hasta 16.060 millones de dólares. La inversión, por su parte, se ha recortado un 50,6%.

Según los últimos datos, las ventas del comercio minorista en el país cayeron un 20,5% en enero y febrero por la crisis del coronavirus. Desde mediados de marzo, China ya ha iniciado la recuperación con la reapertura de tiendas y la reactivación de las fábricas que estaban paralizadas. El país fue el primer afectado por la pandemia del coronavirus, donde tuvo su primer foco en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei.

Reino Unido: la confianza de los consumidores se desploma al nivel más bajo desde 1974

La confianza de los consumidores británicos se desploma. Según datos de GfK, el indicador retrocedió 24 puntos entre las dos primeras y las dos últimas semanas de marzo, hasta 34 puntos negativos. Se trata del mayor descenso desde que existen datos, en enero de 1974.

Todos los indicadores cayeron en el periodo, desde confianza en la situación financiera personal en los últimos doce meses hasta la previsión para los próximos doce meses y la visión general de la economía en el próximo año. La encuesta recoge las opiniones de 2.000 personas entre el 16 y el 17 de marzo.

“La última vez que vimos una caída tan grande fue durante la crisis económica de 2008 -ha señalado Joe Staton, de GfK, en declaraciones recogidas por Drapers-; la caída de la confianza en la situación financiera personal y en la economía en general refleja la nueva preocupación para muchos en todo Reino Unido”. 

La cosmética se prepara para la mayor caída en sesenta años

Ni siquiera la cosmética aguanta el tirón. Aunque en tiempos de crisis artículos como los pintalabios experimentan repuntes de ventas, en esta ocasión no será así. Según la consultora estadounidense Kline, el sector de la cosmética y los artículos de aseo personal se prepara para la mayor caída en sesenta años como consecuencia de la crisis del coronavirus.

Las previsiones de Kline pasan por que las ventas de este segmento registren un retroceso del 2,5% en 2020, una caída mayor que en la crisis de 2008 (cuando la industria experimentó un descenso del 0,8% en 2009) y que en 1991, cuando el retroceso fue del 0,3%, según datos recogidos por WWD.

La caída del 2,5% en 2020 es la previsión más factible, con el escenario más optimista reflejando un alza del 1,5% y el más pesimista un retroceso del 8,1%, según Kline. “Teniendo en cuenta el estado actual de la pandemia, con cierres de tiendas cada vez más cercanos a verano, nuestro escenario más pesimista podría convertirse en el más probable”, señala el informe.

Por productos, Klein augura que productos como geles higienizantes y jabones, así como champús y desodorantes, se comportarán bien a corto plazo. En cambio, artículos de cuidado facial y lacas de uñas podrían caer a corto plazo. Según Kline, fragancias y maquillaje son artículos que el consumidor pondrá en la lista de espera de su consumo.

El coronavirus también penaliza al algodón: el consumo caerá un 7,8% esta temporada

El coronavirus también impacta en el algodón. El Comité Internacional Consultivo del Algodón (Icac, por sus siglas en inglés) prevé que en la temporada 2019-2020 el consumo de algodón sea de 24,6 millones de toneladas, frente a los 26,7 millones de toneladas previstas, un 7,8% menos.

“Todavía no sabemos cuál será el impacto final del Covid-19 en la industria del algodón, pero la pandemia ha llenado de incertidumbre la cadena de valor global y el negocio textil se encuentra virtualmente congelado”, ha señalado la organización en un comunicado.

La asociación destaca que la cancelación de pedidos y la paralización de la producción ha afectado a la industria de los países del Sudeste Asiático y la situación podría empeorar durante los próximos meses.

Las estimaciones sobre el precio del algodón para la temporada 2019-2020 son de 73,5 centavos por libra, mientras que para la campaña 2020-2021, el Icac estima que los precios del algodón se sitúen en 64 centavos por libra.

Por grupos de edad y de sur a norte: el plan de Confindustria para reactivar el ‘made in Italy’

Confindustria elabora un plan para la supervivencia del made in Italy. La patronal italiana ha elaborado un documento en el que establece las pautas de actuación para salvaguardar el bienestar de los empleados del sector y el futuro de las empresas en la etapa de reactivación tras la emergencia sanitaria del coronavirus.

El documento propone que los empleados del sector se dividan en grupos de edad y comiencen a trabajar los más jóvenes. La patronal también apunta que las empresas del sur del país, región menos afectada, sean las primeras en iniciar su actividad.

La industria italiana de la moda está formada por 65.000 empresas que generan unos ingresos de alrededor de 95.500 millones de euros anuales y dan empleo a 585.000 personas.

Por otro lado, Cofindustria también ha propuesto llegar a un acuerdo con los empleados del sector con el summer vacations pact, en el que propone que los trabajadores anticipen sus vacaciones durante una semana en mayo o junio para que la industria no esté completamente parada en agosto.

El Gobierno italiano decretó el pasado 22 de marzo la paralización de toda la actividad industrial no esencial ante el avance del coronavirus. Esta medida se produjo una semana después de que el Ejecutivo italiano decretara el confinamiento de la población. Las estimaciones de Cofindustria para el país pasan porque el Producto Interior Bruto (PIB) caiga cerca de un 10% en el primer semestre del año.  

El coronavirus destruye cinco años de recuperación del empleo en moda

El coronavirus destruye cinco años de recuperación de empleo en moda. Desde 2014, la industria de la moda en España, incluyendo los subsectores del textil, la confección, el cuero y calzado ha ido ganando año a año el empleo perdido durante la última crisis. La llegada de la pandemia Covid-19 ha echado por tierra cinco años de recuperación, en los que la plantilla del sector llegó a superar los 140.000 trabajadores.

Marzo fue el peor mes en la historia del empleo en España para todos los sectores. En total, la afiliación perdió 833.979 empleados. En la industria de la moda, el número de empleados se situó en 132.044 personas.

En 2014, el primer año de la recuperación, el empleo en la industria española de la moda alcanzó los 133.780 afiliados a la Seguridad Social, un 3,7% más que un año atrás. Desde entonces, el sector ha ido sumando puestos de trabajo hasta el pasado marzo, cuando se situó por primera vez por debajo de los niveles de 2014.

Un año después, el número medio de afiliados a la Seguridad Social en la industria de la moda en España creció un 3,4%, con una plantilla de 138.361 personas, y en 2016 se elevó un 0,9%, hasta 139.646, según datos del Ministerio de Trabajo Migraciones y Seguridad Social.

En 2017 el sector superó la barrera de los 140.000 empleados en el textil, la confección y el cuero y el calzado en España, con 141.237 afiliados a la Seguridad Social, un 1,1% más que un año atrás.

Ese año, el empleo en la industria española de la moda alcanzó el mayor número de afiliados a la Seguridad Social desde la recuperación en 2018, cuando registró un aumento de 0,2%, hasta 241.539 trabajadores en el sector.

En 2019 la industria de la moda finalizó el año con 137.358 empleados, un 3% menos que un año atrás. Sin embargo, en los dos primeros meses de 2020, el sector volvió a recuperar el ritmo, cerrando enero con 137.334 afiliados y febrero con 138.290 trabajadores.

Aunque el dato de marzo no incluye a los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal del empleo (Erte) ya que continúan dados de alta a la Seguridad Social, el empleo en moda en el tercer mes del año ha marcado uno de sus peores datos desde el inicio de la recuperación, con 132.044 personas.

En términos intermensuales, la caída fue del 4,5%, mientras que comparado con marzo de 2019, el retroceso es del 6,7%. En total, la industria de la moda en España destruyó 9.558 puestos de trabajo en el tercer mes del año frente al mismo periodo de 2019.

Marzo fue el peor mes en la historia del empleo en España para todos los sectores. En total, la afiliación perdió 833.979 empleados, y el número de parados en el país se situó en 3,5 millones de personas, un 9,3% más que el mismo mes de un año atrás.

SIMB35: la moda internacional cae en bolsa por el Covid-19 y se deja un 15,9% en marzo

El coronavirus castiga a la moda en los mercados bursátiles internacionales. El Selectivo Internacional Modaes.es de Bolsa (Simb35) ha cerrado el tercer mes de 2020 con un descenso del 15,9%, hasta los 16.658 puntos, la cifra más baja desde diciembre de 2018, impactado especialmente por la crisis del Covid-19.

Este retroceso es el tercero consecutivo del selectivo, que agrupa a las compañías cotizadas más significativas de la moda internacional. En enero, el índice descendió un 3,9%, mientras que en febrero la caída fue del 7,8%.

Ambos retrocesos, al que ha seguido la caída de marzo, se enmarcan en un contexto bajista en todos los mercados y sectores, afectados principalmente por la crisis del coronavirus, que ha supuesto el cierre de tiendas en todo el planeta, la paralización de la industria y el confinamiento de la sociedad decretado por los gobiernos. En ese sentido, en el tercer mes del año, el Dow Jones, selectivo de referencia en Estados Unidos, ha registrado un descenso del 16,3%, mientras que el Ibex35, selectivo de referencia en España, ha retrocedido un 24,6%.

Sólo una de las compañías cotizadas del SIMB35 ha escapado de la caída general de marzo. La empresa china especializada en moda y equipamiento deportivo Li&Ning ha cerrado el tercer mes del año con una subida en su cotización del 0,49%. China ya ha comenzado a recuperarse de los efectos de la pandemia, con la reapertura de tiendas y la activación del comercio.

En el lado contrario se encuentra el grupo estadounidense Capri, dueño de Michael Kors, Jimmy Choo y Versace. La compañía ha protagonizado la mayor caída de su cotización entre el 28 de febrero y el 3 de abril, del 66,9%.

Además de Capri, los peores resultados del mes los han marcado la británica Asos, y las estadounidense Gap, Guess y Macy’s, cuya cotización ha descendido más de un 60%. En el caso de Asos, la caída ha sido del 64,6%, mientras que el grupo de grandes almacenes ha reducido su cotización un 63,7% y Gap y Guess un 60,6% y un 62,7%, respectivamente.

Tres compañías europeas han sido las únicas que han contenido sus descensos en bolsa por debajo del 10% en el tercer mes del año. Es el caso de L’Oréal, que ha perdido un 2,1% de su valor en el mercado de valores; Hermés, que se ha dejado un 4%, y Tod’s que ha caído un 4,4%. La estadounidense Tiffany también ha contenido su caída por debajo del 10%, marcando un retroceso de su cotización del 3,97% en marzo.

Los gigantes del lujo, LVMH, Kering y Richemont, han marcado descensos históricos de sus acciones en marzo, con retrocesos del 12,35%, del 10,5% y del 23,6%, respectivamente. También en el lujo, las acciones de Tapestry han descendido un 52,7% en el tercer mes del año, mientras que Prada ha marcado un retroceso del 10,87% y Burberry, Hugo Boss y Ralph Lauren han descendido un 24,2%, un 44,7% y un 42,2%.

La gran distribución ha sido otro de los sectores más penalizados por los efectos de la pandemia con el cierre de miles de tiendas, especialmente en Norteamérica y Europa.

En el caso de Inditex, el retroceso de su cotización en marzo ha sido del 21,9%, a lo largo del tercer mes del año, la compañía gallega de distribución de moda ha marcado algunas de sus peores jornadas históricas. H&M, por su parte, ha perdido un 34,2% de su valor en bolsa en marzo, mientras que Fast Retailing ha descendido un 22,2%.

Actualizado mensualmente por Modaes.es, el SIMB35 es el resultado de la multiplicación del valor del mes anterior por la división de la suma de las capitalizaciones bursátiles en euros del mes actual de las 35 empresas que componen el selectivo entre la suma de las capitalizaciones del mes anterior, teniendo en cuenta un factor corrector si se producen alteraciones en el número de acciones. El SIMB35 nació en septiembre de 2011, con una base de cotización de 10.000 puntos.

Coronavirus: la mitad de los CEOs de la moda española prevé que la recuperación tarde un año

En V, en L, en U o, incluso, en forma del swoosh de Nike. Los analistas empiezan a dibujar las curvas de cómo será la recuperación económica tras la crisis del coronavirus. En el caso de la moda, la normalidad tardará a llegar en España. Según una encuesta realizada por Modaes.es a primeros ejecutivos de cien de las mayores empresas de moda con operaciones en España, más de la mitad de ellos prevé que la normalización del consumo tarde en llegar un año o más después de la reapertura de las tiendas.

Desde el pasado 14 de marzo (aunque en algunas comunidades autónomas fue antes), todos los establecimientos de moda de España permanecen cerrados como consecuencia del decreto del estado de alarma para contener el desarrollo del coronavirus en el país. En marzo, las ventas de moda en España se han desplomado más del 70% respecto al mismo mes del ejercicio anterior, con las tiendas cerradas durante quince días y el ecommerce evolucionando a ritmos sumamente bajos.

Según datos de Boston Consulting Group (BCG), la caída de ventas en España se situará entre el 35% y el 40%, en función de la duración del confinamiento, mientras para McKinsey nueve de cada diez compañías de moda cotizadas internacionales podrían enfrentarse a problemas financieros si el cierre de tiendas se alargase dos meses.

En este contexto, el índice de incertidumbre económica se ha disparado hasta su máximo histórico. El indicador, elaborado por la escuela de negocios Iese, no había llegado a ese techo ni tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, cuando marcó su anterior máximo.

¿Qué piensan los ejecutivos españoles de las mayores empresas del negocio de la moda? Más de la mitad, un 51%, consideran que, tras la reapertura de tiendas, el consumo de moda tardará un año o más en normalizarse en España. Otro 30% de ellos sitúa el horizonte temporal de la normalización en seis meses, mientras un 15% considera que ese momento llegará en tres meses y sólo un 4%, los más optimistas, en un mes.

La encuesta realizada por Modaes.es tiene como muestra a primeros ejecutivos de cien de las mayores compañías del negocio de la moda por volumen de negocio que operan en España, tanto nacionales como internacionales, incluyendo empresas de ropa, calzado y complementos y de segmentos como el deporte o la moda infantil. El cuestionario fue contestado los pasados jueves 2 y viernes 3 de abril.

Pero la gran incógnita es cuándo volverán a abrir las tiendas. ¿Con qué escenarios juegan los ejecutivos del negocio de la moda en España? Con la fecha final del confinamiento cada vez más cerca (el viernes estaba situada en el 11 de abril, pero el Gobierno anunció el sábado que propondrá postponerla al 25 de abril) pero con voces cada vez más autorizadas que advierten de una más que probable ampliación, más de la mitad de los ejecutivos sitúan en mayo la fecha de reapertura.

Preguntados por cuándo creen que su compañía abrirá de nuevo las tiendas en España, un 24% de los ejecutivos del sector de la moda considera que se producirá en la semana del 4 al 10 de mayo, mientras otro 20% cree que en la semana siguiente, del 11 al 17 de mayo.

Aunque mayo es el mes imaginado por un mayor número de ejecutivos, el desconcierto es máximo. De hecho, los siguientes mayores porcentajes corresponden a la semana del 27 de abril, con un 17%, y a junio, con otro 17%. Sólo el 2% se sitúa en el lado más pesimista y atrasan a julio la reapertura de las tiendas.

Pedro Yúfera: “No se puede dejar de pagar el alquiler, la solución es llegar a un acuerdo”

“No se puede dejar de pagar”. Así de contundente se muestra el abogado Pedro Yúfera, profesor de Derecho Civil y decano emérito del Colegio de Abogados de Barcelona, sobre los impagos de alquileres de locales comerciales tras de los cierres motivados por el coronavirus. Yúfera opina que es el Gobierno quien debería haber tomado medidas complementarias y que, en su ausencia “lo mejor que pueden hacer propietarios e inquilinos es llegar a un acuerdo”. A escala internacional, grupos como Adidas o H&M ya han anunciado que no pagarán, y en España varios operadores se están ya organizando para hacer presión en las negociaciones con los grandes propietarios.

Pregunta: Muchos retailers han anunciado ya que no pagarán sus rentas. ¿Lo recomendaría?

Respuesta: Creo que no pueden dejar de pagar. Hay quien dice que es aplicable la cláusula rebus sic stantibus, de una imposibilidad sobrevenida, de causas de fuerza mayor… Pero no procede.

P.: ¿Por qué?

R.: Porque lo que no se puede hacer es trasladar el problema que tiene el arrendatario al arrendador. Muchas veces el propietario es un gran fondo, pero otras son señores particulares que tienen un local y ese es su medio económico para vivir.  Ese señor tiene que seguir pagando la comunidad, el IBI… Y no podrá escudarse en que no cobra.

P.: ¿Por qué no aplica la cláusula rebus sic stantibus?

R.: Rebus sic stantibus se aplica jurisprudencialmente cuando hay un desequilibrio en las contraprestaciones que permite solicitar una modificación de contrato. Por ejemplo, si habías pactado pagar una renta de cien porque era un sitio fantástico pero las circunstancias después cambiaron.

P.: ¿Y no es el caso?

R.: No, porque mientras esto dure el arrendatario está ocupando un local, está almacenando una mercancía y el propietario no recibe nada. No puede ser que sólo una parte pierda. El riesgo es compartido.

P.: Uno no cobra y el otro no vende. ¿Cómo se soluciona?

R.: El Gobierno tendría que haber tomado unas medidas complementarias. En el año 1920, cuando la gente no tenía pisos, se implantó la prórroga forzosa. En los ochenta, cuando el IPC subía mucho, el Gobierno decretó que los alquileres no se podrían subir más de lo que marcaba cada año. Si ahora dictan el cierre de establecimientos, lo lógico es que tomasen medidas como aplazamientos o rebajas, como ya ha sucedido en Alemania, Italia y Francia. Si no habrá un problema de litigiosidad y los propietarios se verán afectados. Está mal resuelto por parte del Gobierno y hasta que se dicte una norma lo único que crea es indefensión.

P.: Pero el Gobierno no ha actuado, ¿qué pueden hacer los propietarios y los inquilinos?

R.: Llegar a un acuerdo es lo mejor, tanto para arrendadores como para arrendatarios. Se puede pactar cobrar sólo el 50% durante este periodo, un aplazamiento o una rebaja del 20% durante seis meses, para que cuando la situación vuelva otra vez a estabilizarse el arrendatario no tenga el agobio de pagar y tenga unos meses para recuperarse. Es un problema para todos y entre todos tienen que crear una solución. Los propietarios son conscientes de que no pueden cobrar el 100%. Si la gente se sentase y hablase sería asumible.

P.: Si finalmente el arrendador no paga, ¿el arrendatario puede ir por la vía legal?

R.: El propietario tendrá todo el derecho a reclamar. Puede poner un desahucio por falta de pago, y a eso la única oposición que hay es pagar. La otra parte pondrá entonces una demanda para decir que es una barbaridad, que hay una pandemia, y lo único que haremos es saturar los juzgados y la decisión final dependerá de cada supuesto.

P.: ¿Una situación excepcional como el estado de alarma no se contempla en los contratos?

R.: No. Ya durante el estado de alarma, hemos firmado un contrato en el que sí se explicita que el arrendatario seguirá estando obligado a pagar aún en el supuesto que por causa de fuerza mayor no pudiera explotar el local. Pero antes de esto no se contemplaba.

R.: Las situaciones de fuerza mayor son causa de exoneración de las obligaciones. ¿Por qué no en este caso?

R.: Dentro de los contratos, se aborda el tema de quién asume el riesgo, si el vendedor o el comprador. En este caso se podría entender que el riesgo de que no abra el local lo asume el arrendatario.

P.: ¿Resolver el contrato es una opción?

R.: Si no hay cláusula de obligado cumplimiento, se podría hacer. Pero tienes que entregar la posesión, se tiene que dejar el local libre, vacuo y expedito. Vacío. Pero ahora no veo posible que pueda vaciarse un local al completo.

P.: Para el arrendador, ¿hay más opciones aparte del desahucio o el acuerdo?

R.: Cuando se acabe el estado de alarma y vuelvan a abrir los juzgados, podrían poner una demanda por falta de pago y reclamar la cantidad de esos meses. La diferencia es que con un desahucio la única oposición es demostrar que se ha pagado. En cambio, si pones una demanda de reclamación se puede discutir todo.

 

P.: ¿Se puede renegociar un contrato ahora?

R.: Sí. En estos momentos en los cuales no hay posibilidad de verse, es tan sencillo como hacerlo por correo electrónico y que todas las partes confirmen su recepción y aceptación por esa vía. Eso ya sirve como prueba. Si pudiéramos vernos se haría una cláusula anexa o adicional.

P.: ¿Y vincular el alquiler a las ventas?

R.: Si ya estaba así pactado, perfecto. Si no, es más complicado, porque eso comporta unos controles y unas supervisiones. No basta con decir “yo he vendido diez” o “he vendido cero”. Tienes que acreditarlo.  

P.: Si se decide dejar de pagar. ¿Recomienda dejarlo por escrito?

R.: Es mejor decir que no voy a pagar que no decir nada y después no pagarlo. Al menos así queda constancia de las causas y más tarde puede servir si se llega a los juzgados.

P.: ¿Hay diferencias entre un gran tenedor y un pequeño propietario?

R.: Siempre tendrá más fuerza el más grande, sea el propietario o el arrendatario. Pero en los contratos de arrendamiento las premisas son siempre estabilidad y rentabilidad. Si el arrendatario siempre ha pagado puntualmente y la renta me parece bien, siempre es mejor llegar a un acuerdo.    

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