Inditex sigue extendiendo su cuartel general: compra otra parcela en Arteixo

Inditex sigue ganando terreno en su feudo. El grupo de distribución de moda ha comprado otra parcela en el polígono de Sabón, en la localidad coruñesa de Arteixo, para ampliar la fachada de su cuartel general, según La Voz de Galicia.

Con esta compra, Inditex será dueña de casi la mitad del suelo del polígono industrial. La última ampliación de su sede se llevó a cabo el año pasado, cuando el grupo invirtió 31,5 millones para levantar un nuevo edificio.

 En los últimos tres años, Inditex ha invertido más de 130 millones de euros en la construcción de edificios en la zona para facilitar su operativa. Además, la empresa también ha ampliado la sede de Tempe, en Elche (Alicante), donde en 2018 obtuvo el visto bueno para realizar un túnel que conecte las dos naves del grupo en la ciudad.

Inditex cerró 2018 con una facturación de 26.145 millones de euros, un 3,2% más, y un resultado neto de 3.444 millones de euros, un 2,3% más que el año anterior.

Tino González, a liquidación

Tino González desaparece del mercado. La compañía, especializada en la distribución de calzado y con cerca de cuarenta años de trayectoria, entra en liquidación tras fracasar en la búsqueda de un comprador. Tal y como adelantó Modaes.es el pasado enero, la empresa se encontraba sondeando el mercado para evitar el cierre.

El Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), recogió ayer la entrada en liquidación de la sociedad Zapaterias TG Factory España, a través de la cual opera la compañía. La empresa entró en concurso de acreedores en diciembre de 2013 y logró dejar los juzgados cinco años después.

Tino González cerró 2019 con una facturación de más de veinte millones de euros, pero la falta de liquidez y las dificultades de acceso al crédito después de salir del concurso han abocado a la compañía a la liquidación. “La aprobación del convenio supuso mucha rigidez financiera y mermó la caja por el calendario de pagos, lo que redujo la capacidad de capex”, explicaba el pasado enero el propio Tino González.

La compañía, que llegó a facturar 43 millones de euros en 2012, echó a andar en la década de los ochenta y se expandió rápidamente en el mercado español con la fórmula de la franquicia. Con los años, la compañía llegó a desarrollar una cadena de calzado infantil, Kids Club, y otra de outlets. En 2011, atrajo al capital riesgo y dio entrada a Atlas Capital, que se hizo con el 49% de la empresa.

Tino González arrancó como un proyecto familiar en 1981. La familia González puso en marcha un comercio de calzado, del que Valentín González terminó tomando las riendas. A finales de noventa, el negocio contaba con una red de veinte tiendas y decidió cambiar su modelo y convertirse en fabricante.

La compañía llegó a ser uno de los principales operadores del segmento de calzado low cost en España, en el que competía con Marypaz, Merkal o la alemana Deichmann.

Gilles Lasbordes (Première Vision): “Las marcas deben entender no sólo qué quiere el cliente, sino cómo quiere que se produzca”

Gilles Lasbordes lleva varios días preocupado. El director general de la feria parisina Première Vision ha visto cómo la alerta por el coronavirus ha atravesado medio planeta para llegar al recinto ferial Paris Nord Villepinte. De los 1.775 expositores de la feria, un tercio de ellos proceden de fuera de Europa, especialmente de China, Japón y Corea del Sur. La cancelación de la participación de estos expositores ha supuesto un golpe duro para el evento, que repercutirá en el número de visitantes. Con todo, Lasbordes no duda en continuar manteniendo el optimismo y debate sobre el futuro del sector, argumentando que pasa por la sostenibilidad. Según el directivo, las empresas del sector no sólo tienen que entender qué quiere el consumidor que se le ofrezca, sino también cómo quiere que se produzca y diseñe.

Pregunta: ¿Cuál es su pronóstico para esta edición de Première Vision?

Respuesta: Desafortunadamente, el evento se ve afectado por la crisis del coronavirus, porque Première Vision Paris es muy internacional y una tercera parte de los expositores provienen de Asia, en concreto de China, Japón y Corea del Sur. Entonces, seguro que veremos una disminución del número de visitantes procedentes de China, ya que no pueden volar a París debido a las restricciones. Además, otras compañías procedentes de otros países europeos han evitado viajar durante estos días. Veremos el resultado de esta crisis al final de la feria.

P.: ¿Cómo pueden las ferias enfrentar la transformación actual del sector?

R.: Hay varios ejes a los que hacer frente. Desde mi punto de vista, una de las claves de futuro es la responsabilidad ecológica. La idea del Smart Creation Area es la puesta en marcha de un espacio para empresas innovadoras y poner en escena lo que está haciendo toda la industria. El futuro también pasa por educar o dar información a los consumidores para que lo entiendan. Es importante porque es la realidad del mercado.

P.: ¿Cuál es el sentido de las ferias si los tiempos de la moda han cambiado?

R.: La industria de la moda se enfrenta a muchos cambios, pero las ferias continúan teniendo importancia, tanto para los expositores como para los compradores.

 

P.: ¿Las ferias tienen sentido en la era del fast fashion?

R.: No creo que ya no haya más temporadas, es la forma en que se introduce la colección lo que ha cambiado. De hecho, lo que está sucediendo ahora es que el proceso se ha extendido. En lugar de introducir novedades dos veces al año, llegan a las tiendas productos casi todas las semanas. Pero eso no significa que las temporadas hayan desaparecido.

P.: Con la digitalización de la industria, ¿perderán importancia las ferias?

R.: Sí y no. Todavía se necesita tener un contacto directo con la gente, porque aún se necesita sentir y tocar el producto. Esto es importante, poque el hecho de que haya múltiples colecciones ha hecho que las marcas de moda necesitan aprovisionarse durante todo el año, y para eso las plataformas de ecommerce son más interesantes.

P.: En el futuro, ¿habrá menos ferias más grandes o más y más pequeñas?

R.: No lo sé. Lo que veo ahora es que en los últimos diez años ha aumentado el número de ferias, y algunas de ellas han crecido en tamaño. Creo que han ido creciendo en otros mercados, y ofrecen un buen servicio a la industria, por lo que puede como comprador es más fácil elegir a dónde vas. Pueden optar por ir a las ferias de su país y apostar por lo local, o acudir a una feria internacional, donde se benefician de la oferta, los servicios y las tendencias de las grandes empresas.

 

P.: ¿Hay espacio para tantas ferias?

R.: No lo sé. Pero si una feria no funciona, muere.

P.: ¿Se abrirán al consumidor final?

R.: Nosotros no. Todavía estamos apuntando al mercado b2b. Nuestra estrategia es permanecer enfocados en este segmento.

P.: ¿Son rentables las ferias para los expositores?

R.: Sí Las ferias comerciales son una de las formas más baratas de hacer márketing.

P.: ¿Cómo afecta la desaceleración en el sector a los expositores de Première Vision?

R.: Sin duda, la crisis del sector ha afectado a nuestros expositores, ya que ellos también han tenido que disminuir su producción.

P.: ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las ferias?

R.: La industria de la moda, y las ferias, se enfrenta a una gran transformación y múltiples dificultades como la pérdida de atractivo de los productos, el interés de las nuevas generaciones, la sostenibilidad … Hay mucho por hacer, pero soy optimista.

P.: ¿Cómo han afectado los nuevos hábitos de consumo a las ferias?

R.: Depende. Las marcas de moda tienen que pensar en cómo pueden ser atractivas para las generaciones jóvenes para que puedan involucrarse con ellas. Las compañías deben adoptar los mismos valores que los consumidores, e ir de su mano. Las empresas tienen que comprender lo que quieren las nuevas generaciones, no sólo en qué quiere el consumidor que se le ofrezca, sino también cómo quiere que se produzca y diseñe. Si no, morirán. 

Première Vision mantiene el tipo en una edición marcada por la crisis del coronavirus

Première Vision mantiene el tipo en su última edición. Coronavirus ha sido la palabra más repetida en los cinco pabellones de la feria francesa de aprovisionamiento. Sin embargo, la opinión general de los participantes es que la jornada ha conseguido sobreponerse y ha salvado la edición.

Durante los días previos al evento, tanto la organización como los expositores y los compradores se mantuvieron alerta no sólo ante la decisión de los operadores y clientes de china de no acudir al certamen, sino también de varios participantes procedentes de países europeos, que se echaron atrás en el último momento ante la crisis del coronavirus.

Con todo, el clima general del evento, que ha tenido lugar entre el 11 y el 13 de febrero, fue positivo. El miércoles, primer día de la feria, se saldó con largas filas a primera hora para acceder al recinto ferial Paris-Nord Villepinte y un tráfico elevando en los pasillos de los cinco pabellones de la feria, donde expusieron un total de 1.775 compañías de más de cuarenta países.

El miércoles y el jueves la jornada dejó situaciones similares. La organización prevé igualar la cifra de visitantes de la edición de febrero del año pasado, cuando acudieron alrededor de 53.000 personas.

“Ha ido mejor de lo que esperábamos pese a lo de China”, señala la compañía española Bombardo, especializada en tejidos. “Sobre todo porque al final sí que han acudido compradores, que era nuestro mayor temor”, explicaban desde Obradors.

“Esperábamos un desastre total, pero nos ha ido mejor que otras ediciones”, señalaban desde Textil Settam. “Estamos más contentos de los que pensábamos, teníamos expectativas muy altas y se están cumpliendo”, explicaban, por su parte, desde Textil Dimas.

De hecho, la feria continúa concentrando su atractivo en los expositores de tejidos. Este segmento copa el grueso de los stands de la feria y está compuesto en su mayoría por compañías internacionales, el grueso de ellas procedentes de Italia, Portugal o Turquía.

Entre los expositores españoles se encuentran pesos pesados como Gratacós, que explicaban que “para nosotros Première Vision es la mejor de todas”; Juan Boluda, Textil Settan, Sedatex, Diverchildren o Tejidos Rebes.

Los expositores internacionales de tejeduría también se mostraron satisfechos con esta edición de Première Vision. “Estamos teniendo más visitas de las que esperábamos”, explican desde la compañía italiana Manteco. “Por ahora estamos contentos”, señalaba por su parte un proveedor turco el primer día de la jornada.

Sin embargo, aunque Première Vision mantiene alto el número de visitantes, la mayoría de los expositores de tejidos coinciden en que “esto no es lo que era antes” y que lo “importante es que compren”, y eso “no se sabe hasta el final”.

Mientras que en los halls cinco y seis, ocupados casi en su totalidad por expositores de tejidos, se respiraba un ambiente optimista, en el hall tres la situación era la contraria. El espacio, ocupados por los expositores de cuero, fue uno de los que recibió menos tráfico y dejó a algunos stands cruzados de brazos y con poco movimiento.

Aunque los italianos fueron los que ocuparon más metros cuadrados en el espacio dedicado al cuero, España estuvo representada por empresas como Curtidos Badía, Juan Poveda, Colomer 1792, Texpiel o Inpelsa, entre otros.

“Esta edición ha ido peor que otros años”, explicaban desde Curtidos Badía. “Y no ayudan que coloquen el espacio de sostenibilidad al lado”, señalaba el representante del stand. El empresario se defendía argumentando que “la piel es el primer producto sostenible, porque sino se tiraría, y sería un desecho”.

El área de empresas eco también contó con la participación de empresas españolas como Recover, de hilo sostenible, o Greendyes, especializada en tintes ecológicos. El Smart Creation Area reunió a cincuenta compañías con propuesta de productos con una fuerte base innovadora y sostenible.

Tampoco se mostraron satisfechos con esta edición de Premiére Vision los fabricantes de tejidos. “Falta organización, no se distingue entre fabricantes y distribuidores y eso dificulta la visita de los agentes”, señalaban desde la española Dobert.

“El atractivo de la feria es el tejido, la hilatura no tanto”, explicaban por su parte desde Arifil, que también se mostraron escépticos con esta edición de Première Vision. Lo mismo defendían desde el stand de Seaqual y Antex, argumentando que “esta edición está muy parada”.

El sector continúa perdiendo peso

A pesar de las diferencias entre los distintos expositores sobre el éxito o no de esta jornada de Première Vision, todos se mostraron de acuerdo en afirmar que el sector de la moda, en todas sus áreas, no pasa por un buen momento.

El ajuste de la producción por parte de los gigantes del sector, la desaceleración del consumo, el cambio en los hábitos de los consumidores o la crisis de los retailers, que provoca un efecto dominó en el resto del sector, son algunos de los motivos que esgrimieron los expositores, desde Textil Santanderina a Lakidain by Encajes Laquidain, sobre esta situación.

“El sector está en decadencia, se ven venir los nubarrones, sobre todo en España”, señalaban desde el stand de Juan Boluda. “La gente ya no va a las tiendas, con lo cual ellas no vienen a nosotros, pero ni los grandes ni los pequeños, que son los que al final nos salvan”, explicaban.

Otros se mostraban más dramáticos. “El sector lleva muchos años sin reponerse”, señalaban desde Juan Poveda. “Nuestro sector lleva treinta años en crisis”, defendían por su parte, desde  Textil Settam. “Estamos así desde que los retailers se fueron a confeccionar y a proveerse a China, y no van a volver”, añadían.

Los grupos internacionales también mostraban la misma opinión pesimista. “El futuro se ve muy negro”, explicaban desde un stand francés. Y a pesar de su importancia como principales hubs de aprovisionamiento, algunos expositores turcos e indios también se mostraron escépticos con la situación.

Factores externos como la climatología o, en esta ocasión, el coronavirus también pasarán factura a los operadores del sector. “El año estará marcado por esta crisis, se nota la ausencia de clientes chinos y continuará así durante los próximos meses”, opinaban desde Curtidos Badía.

La falta de ayuda de los gobiernos o la escasa colaboración por parte de las grandes empresas son otros de los factores que acentúan esta situación. “No nos ayudan, ni desde el Icex ni desde el gobierno”, se quejaban desde el stand de Juan Boluda. “Tenemos que ir de la mano, porque al lado de Zara no somos nadie, pero ellos también nos necesitan”, añadían desde Sedatex.

Otros de los puntos en común de todos los expositores fue el camino que marcará el futuro del sector: la sostenibilidad. En cambio, no creen que el futuro pase ni por la producción en proximidad, “ya que requiere una gran inversión volver a abrir fábricas”, ni por la concentración.

Todos los expositores confesaron que, “aunque no tenemos una fórmula mágica”, una de las soluciones en “crecer en transparencia, tecnología y sostenibilidad”. Así, según Dobert, “la industria volverá a ser importante”.  

Thomas Meyer (Desigual): “Los crecimientos rápidos te llevan a hacer cosas no tan perfectas”

Thomas Meyer da la cara por primera vez en la historia. El empresario, fundador de uno de los fenómenos de la historia reciente de la moda española, Desigual, compareció ayer ante los medios por primera vez. “En Desigual están pasando cosas bonitas y quiero contarlas”, se justificó tras años sin acceder a entrevistas ni comparecencias. Meyer realizó un recorrido por la situación actual de la empresa y, reconociendo que “la situación es compleja”, reivindicó que “Desigual sigue teniendo todo el sentido del mundo”. “A Desigual le ha gustado mucho crecer, ahora nos tocan otras cosas”, agregó.

El fundador de Desigual, de origen suizo pero nacido en Alemania y afincado en España desde niño, había apostado hasta ahora por mantener un perfil discreto y alejado de los medios, con apariciones puntuales, lo que hace que prácticamente no existan fotografías suyas. Como si de un maestro de escuela se tratara, Meyer compareció ante los medios sentado en un pupitre blanco y un lápiz entre las manos, con las que gesticula constantemente de forma efusiva. De pelo cano, Meyer vestía zapatillas deportivas Puma y una americana acorde a la marca: negra y con apliques (una manga y la espalda) de tejido denim. No hay testimonio gráfico de la intervención, pues la compañía no permitió realizar fotografías.

Con una propuesta totalmente diferenciada de sus competidores (caracterizada por colores llamativos y una comunicación atrevida), Desigual experimentó un acelerado crecimiento en la década de los 2000. En 2009, la empresa facturaba 300 millones de euros y en 2014, cuando llegó a su pico, había más que triplicado su tamaño, rozando los mil millones de euros. Alcanzar el “one billion” (en referencia a los 1.000 millones anglosajones) se convirtió en el mantra más repetido por la compañía.

 

“Entre 1990 y 2014 crecimos sin parar y eso es algo que no todas las marcas pueden decir -recalcó Thomas Meyer-; en plena crisis, entre 2007 y 2014, multiplicamos por doce nuestro tamaño”. “Esos crecimientos tan rápidos te llevan a hacer cosas no tan perfectas”, admitió, y agregó que “en 2014 y 2015 Desigual empezó a sentir que no iba tan bien”.

En ese momento, las ventas de Desigual comenzaron a flaquear y en 2015 su facturación cayó hasta 933 millones de euros, para pasar a 861 millones en 2016, 761 millones de euros en 2017, 655 millones de euros en 2018 y en torno a 600 millones en 2019. El cambio de ciclo de la compañía llevó al fondo francés Eurazeo, que a principios de 2014 había pagado 285 millones por el 10% del capital, a desinvertir y traspasar su participación a Meyer.

“Desigual sigue teniendo todo el sentido del mundo”, afirmó el fundador de la compañía. “Traemos al mercado cosas que otras marcas no ofrecen, permitimos a la gente ser diferente -desarrolló-; este es nuestro ADN: darle la vuelta a las ideas”.

¿Qué hemos hecho mal? -se preguntó-; no traer suficiente innovación al mercado”. “Cuando creces mucho se convierte en un contrapeso a la innovación y la creatividad”, explicó el fundador de la empresa.

La dificultad

“Es un momento especial para la compañía, creativamente difícil -dijo el empresario y creativo-; los momentos difíciles están para repensarte y hacer que cambies, son una oportunidad para mejorar”. De hecho, según el propio Meyer, “Desigual nació en un momento de dificultad”.

Hace treintaiséis años, Thomas Meyer trabajaba en el sector de la moda de segunda mano, con dos tiendas en Barcelona bajo el nombre Babia. Como él mismo recordó, compró un stock de vaqueros a los que no conseguía dar salida. En un viaje a Ámsterdam, Meyer se inspiró y a su regresó comenzó a realizar pruebas con los vaqueros, con los que terminó fabricando una cazadora.

“Era una cazadora hecha con cinco pantalones, técnicamente muy compleja”, dijo. “Y cara”, añadió, pues su precio era de 20.000 pesetas de la época, alrededor de 120 euros. “Era carísima y en las tiendas de segunda mano no se vendía, por eso nos abrimos al multimarca”, explicó. “Nos costó, no fue un arranque fácil, pero de esa dificultad y esa capacidad de adaptarnos nació Desigual”, afirmó.

 

Plan de transformación

Meyer desgranó asimismo los cinco pilares del plan de transformación en que está inmersa la compañía, que en 2019 cerró su quinto año de cambio de ciclo. Producto, marca, canales de distribución, sostenibilidad y (“no sé si es el más importante, pero es el que me hace sentir más orgulloso”, confesó) hacer de Desigual “un gran sitio para trabajar”.

Desigual vive por, para y a través de su producto, es la manera en que aportamos valor -explicó-; hay unas colecciones que viven de la historia de Desigual, pero a la vez hay que modernizarse”. Ese es, según Meyer, el mayor reto que tiene por delante la empresa: “¿Cómo conseguimos la relevancia en las cosas nuevas?”.

La marca Desigual está evolucionando a la vez que lo hace el producto. En este sentido, en 2019 la compañía introdujo un nuevo logotipo, “que expresa una manera diferente de hacer las cosas”. “El nuevo logo es un statement en sí mismo”, aseguró.

“Los canales de distribución son el medio con el conectamos con nuestras audiencias -dijo-; nos toca moderniza la red de distribución, estamos en ese trabajo. Desigual, que hoy trabaja con nueve canales, cuenta con alrededor de 500 puntos de venta. “Las tiendas físicas deben continuar existiendo, una cosa no va contra la otra: online y offline son la misma cosa”, destacó Meyer.

Respecto a la sostenibilidad, de donde Thomas Meyer dice proceder (“vengo que todo eso que está hoy tan de moda, la economía circular”), el empresario reivindicó la necesidad de que las empresas colaboren. “Debemos mirar qué hacemos en casa, pero también cómo fomentamos que el conjunto de la industria se lo tome en serio”, aseguró.

El plan de transformación de Desigual durará “dos, tres o cuatro años más”, según Meyer, que admitió que “a la velocidad que van los cambios hoy en día la transformación va a ser permanente”. “El mundo está en un momento difícil: los consumidores cambian de intereses, la manera de acceder a las marcas cambia, los players del sector son otros, el mundo online toma peso y las calles se vacían un poco de consumidores…”, explicó.

 

El futuro, según Meyer

¿Cómo ve el futuro de Desigual su fundador? “En el momento en que vivimos una marca como Desigual tiene más sentido que nunca, la gente quiere relevancia, experiencia”, reivindicó. “El comprar por comprar y llenar el armario está pasado -agregó-; la gente joven busca moda con propósito y marcas que le hagan ser diferente”.

“Nacimos haciendo cosas diferentes y es lo que vamos a seguir haciendo -dijo Meyer-; nos queda mucho trabajo por hacer”. “Estoy convencido que lograremos esa posición relevante en el mercado que le dé sentido a una marca como Desigual”, agregó.

Meyer reconoció que el ajuste que ha realizado y está realizando la empresa está siendo complicado. “No es fácil, pero las circunstancias son las que son”, se lamentó, al tiempo que agregó que “en la moda dependes de la deseabilidad y de cómo te acepta el mercado y hoy en día tenemos una conexión menor con el mercado”.

El objetivo del “one billion” queda ya lejos y todavía está por ver cuál será el tamaño en que la nueva Desigual se sienta cómoda. “No es que quisiéramos ser una compañía de mil millones, es que lo fuimos, aunque no era un objetivo en sí mismo -recalcó Meyer-; el crecimiento es fundamental en todas las compañías, el crecimiento forma parte del elixir que hace que todo funcione”. “No puedo decir si aspiramos a ser una empresa de 800 o mil millones, ahora lo importante es ser relevantes”, destacó.

El futuro de Desigual está lejos, según Meyer, de incorporar nuevos socios, alejando la posibilidad de repetir una operación como la de Eurazeo en 2014. “En el corto plazo no, no lo necesitamos -dijo tajante-; estamos suficientemente capitalizados y podemos hacerlo solos”, afirmó, para agregar a continuación que “en el momento actual necesitamos agilidad”.

El empresario tampoco tiene previsto que la empresa deba recurrir a fuentes de financiación bancarias. “No hay deuda en el sentido clásico”, aseguró, para volver a destacar que “tenemos suficientes recursos para afrontar las inversiones en tres o cuatro años”.

“A Desigual le ha gustado mucho crecer, pero ahora nos tocan otras cosas -admitió-; ahora lo que nos debe preocupar es hacer las cosas bien hechas y ser relevantes”, afirmó. “Cuando lo tengamos, será el momento de volver a crecer”, agregó.

En cualquier cosa, sea cual sea la evolución de Desigual, tendrá lugar, de momento, con Thomas Meyer al frente. “Algún día habrá que salirse, pero no está en mis planes a corto plazo”, concluyó.

Navarra, País Vasco y Valencia: los ‘refugios’ donde sigue creciendo el gasto en moda

La resistencia de la moda en España tiene acento navarro. Mientras, en el conjunto de España, el consumo de moda no logra remontar, algunas comunidades autónomas resisten y continúan elevando el gasto per cápita en ropa y calzado. La que más se demarcó de la tendencia nacional fue Navarra, donde el gasto por persona se disparó un 12,9% en 2018, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

De hecho, la comunidad foral es la única que supera los 700 euros en gasto, con 772,5 euros el año pasado. El dato se sitúa muy por encima de la media nacional, que volvió a caer de los 600 euros el año pasado, hasta situarse en 588,7 euros.

Navarra tiene una población de apenas 643.866 habitantes, pero es la tercera comunidad de España con un mayor Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, de 31.809 euros en 2018, sólo por detrás de Madrid y País Vasco.

Antes de la crisis, los navarros no estaban ni entre las cinco autonomías con mayor gasto en ropa y calzado. En 2007, lideraban la tabla Murcia, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana, con desembolsos que superaban en todos los casos los 800 euros.

Aunque en Navarra el gasto también descendió durante la crisis, fue una de las primeras comunidades autónomas donde se recuperó, con alzas del 2,9% en 2014, del 1,9% en 2015, del 4,4% en 2016 y del 17% en 2017.

El segundo refugio de la moda en España es otra de las comunidades más ricas de la península: País Vasco. Con todo, el crecimiento del gasto en esta comunidad fue mucho menor que en Navarra, del 5,1%.

Cada vasco gastó 686,9 euros en ropa y calzado en 2018, situándose como la cuarta comunidad que más gasta en el sector. Antes de la crisis, era la segunda región que menos gastaba, sólo por delante de Asturias.

Completan la lista Comunidad Valenciana, Aragón y Asturias, con subidas mucho más moderadas, del 3,5%, del 2,9% y del 2,8%, respectivamente. Sin embargo, en las tres comunidades el gasto está por debajo de la media nacional, que se sitúa en 608,6 euros.

En cambio, otras ocho comunidades autónomas redujeron su gasto en moda en 2018. La que más lo hizo fue La Rioja, con un descenso del 12,8%, hasta 568,9 euros. Le siguió Galicia, que pese a reducir su gasto un 7,8% el año pasado continúa siendo la segunda con un mayor gasto per cápita, de 682,9 euros. Andalucía, con una caída del 7,8%, y Madrid, con un descenso del 7,2%, completaron la tabla.

Bobo Choses crece un 17,9% en 2019 y se vuelca en el online

Bobo Choses emprende nueva estrategia para los años veinte. La compañía de moda infantil ha cerrado 2019 con un incremento en sus ingresos del 17,9%, hasta 11,2 millones de euros. La nueva hoja de ruta de Bobo Choses pasa por reforzar su ecommerce, fortalecer el mercado español y potenciar su negocio de moda para adultos.

En la actualidad, Bobo Choses comercializa sus colecciones a través de su única tienda física ubicada en el centro de Barcelona, y cuenta con 450 puntos de venta multimarca repartidos en Francia, Alemania, Italia, Suecia, Países Bajos, China y Corea, además de en todo el territorio español. El volumen de negocio de Bobo Choses en España apenas representa el 5% de su facturación total.

Para 2020, la empresa prevé ampliar la cartera de la mano de distribuidores en los países donde ya está presente. Además, la empresa prevé impulsar el negocio de ropa para adultos: “queremos que cuando los clientes vengan a comprar ropa para sus hijos, también salgan con ropa para ellos”, expone el consejero delegado de Bobo Choses, Joaquim Esperalba. En la actualidad, este modelo de negocio es muy residual en el conjunto de la firma, aunque antes de que finalice 2020 la compañía estima que tendrá un “peso muy relevante”. Además, Bobo Choses también está estudiando la opción de ampliar su red de tiendas propias antes de que finalice el año.

Bobo Choses también opera a través de su plataforma online, que puso en marcha a finales de 2012. Las ventas generadas en este canal aumentaron un 10% en 2019, superando los 1,2 millones de euros. “Apostamos por el desarrollo digital de la marca porque es la vía que nos permite conocer mejor al cliente y en base a la cual queremos definir la estrategia con el offline”, explica el consejero delegado de Bobo Choses.

En el online, Alemania es el principal mercado para el ecommerce, mientras que el español se sitúa en segunda posición. Aunque en la actualidad la tienda online de Bobo Choses sólo está disponible en un único idioma, el inglés, la compañía trabaja para abrir una nueva versión en español a fin de “crear un vínculo más cercano con el público nacional”, asegura Esperalba.

Fundada en 2008 en Barcelona, la compañía centra su producción en la capital catalana donde fabrica el 90% de las prendas. Un 8% se fabrica en Portugal, y otro procede de la India o China. La compañía emplea a un total de 35 personas.

Kering frente a LVMH: ‘it bags’ e ‘influencers’ contra ‘heritage’ y tamaño

En una esquina del ring, un titán cada vez más grande de apetito insaciable. En la otra, un eterno número dos que ha apostado por el menos pero mejor para seguir en el juego. LVMH y Kering están hoy a casi 40.000 millones de euros de distancia, más del doble que hace diez años. Además, sus estrategias no podrían ser más diferentes.

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Alibaba, relevo en Europa: sale el director en la región

Alibaba pierde a su director europeo. Tras cinco años en la compañía, Terry von Bibra abandona el grupo asiático. Este movimiento no para a la compañía online, que sigue avanzando en Europa “con el objetivo de ganar mayor mercado”, según Manager Magazine.

Terry von Bibra, ex de Amazon, entró en Alibaba en 2015. Inicialmente, comenzó en la compañía como responsable del mercado alemán. Después, el exejecutivo ocupó la posición de director europeo y se dedicó a dar mayor visibilidad a Alibaba en el país germano y Europa del Este.

Mientras tanto, Alibaba no para. La compañía online abrió un centro logístico en Bélgica. En España, la empresa ha saltado al retail con un punto de venta de la mano de AliExpress, ubicado en Madrid y otro en Barcelona.

Alibaba sigue liderado por Daniel Zhang. La compañía cerró 2018 con una facturación de 250.266 millones de yenes (32.380 millones de euros), un 58% más del año anterior. Fue su mayor crecimiento desde que el grupo dio el salto a bolsa en 2014. 

Luz verde al acuerdo comercial con Vietnam

El acuerdo de libre comercio con Vietnam tiene luz verde. La Eurocámara ha aprobado hoy el acuerdo con el que se eliminan casi la totalidad de los aranceles con una amplia mayoría de 401 votos a favor, 192 en contra y 40 abstenciones.

Vietnam es el segundo mayor socio del bloque comunitario en la Asociación de Nacionales del Asia Sudoriental. La desaparición de los aranceles será gradual y prevé la protección de 169 productos europeos emblemáticos.

La ratificación del acuerdo había peligrado por las dudas sobre los estándares laborales y el respeto a los Derechos Humanos. Por ello, el acuerdo incluye salvaguardias vinculantes a la protección del clima, derechos laborales y Derechos Humanos que permitirán su suspensión en caso de violación.

La Comisión Europea cifra el comercio de mercancías entre la Unión Europea y Vietnam en 47.600 millones de euros al año y 3.600 millones en el caso de los servicios. El país asiático exporta a la UE sobre todo productos de vestir y alimentarios.

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